El Gobierno venezolano manda milicias a los supermercados
Maduro acusa a los empresarios de tener pocos cajeros para crear colas y malestar El Gobierno interviene los puertos para agilizar el abastecimiento
El chavismo se ha internado en su propio laberinto y a¨²n no encuentra el hilo de Ariadna para salir de este. El Gobierno es consciente del desabastecimiento de productos b¨¢sicos y ha preferido decirle a sus electores que est¨¢ haciendo frente ¡ªy derrotando¡ª a "una guerra econ¨®mica de la burgues¨ªa" tras evaluar c¨®mo trabajaban los supermercados de capital privado. La semana pasada, el presidente Nicol¨¢s Maduro denunci¨® que estos eran parte de un plan que pretend¨ªa en ¨²ltima instancia generar un estallido social. Denunciaba el presidente que la gerencia ordenaba no colocar los productos en los anaqueles y causaba largas filas de clientes frente a las cajas registradoras al no destinar personal para operarlas. Era la manera, dijo, de dar la sensaci¨®n de un mayor desabastecimiento, a pesar de que el Banco Central de Venezuela report¨® esta semana que para 17 alimentos b¨¢sicos las provisiones eran un 40% inferior al nivel adecuado para satisfacer la demanda.
En realidad las largas filas que a veces salen de los locales son consecuencia de la aprobaci¨®n de la nueva Ley del Trabajo, la ¨²ltima gran transformaci¨®n legada por Ch¨¢vez antes de su desaparici¨®n, que obliga al patrono a garantizar dos d¨ªas de descanso continuo al personal y un m¨¢ximo de 40 horas laborales a la semana. Una ley que naci¨® con la idea de que los privados contrataran m¨¢s personal termin¨® siendo un bumer¨¢n para el Gobierno en su intento de bajar el ¨ªndice de desempleo y subempleo.
Los empresarios en cambio ajustaron sus estructuras de costos a la nueva realidad ¡ªalgunos decidieron cerrar el fin de semana, otros establecieron nuevos horarios para respetar las disposiciones¡ª y los consumidores son quienes pagan las consecuencias. En un muy sintonizado programa en la radio local un oyente contaba al presentador del espacio, el periodista C¨¦sar Miguel Rond¨®n, que el gobierno hab¨ªa convertido los s¨¢bados en domingos y ¨¦stos en 1 de enero.
Para paliar esa situaci¨®n Hebert Garc¨ªa Plaza, jefe del ?rgano Superior de la Econom¨ªa, anunci¨® que incorporar¨¢ a la milicia bolivariana ¡ªgrupos de civiles encuadrados por el Gobierno susceptibles de estar armados¡ª a las cajas registradoras. Antes de que esa presencia se concrete el Gobierno deber¨¢ coordinar con los supermercados la preparaci¨®n de los milicianos para que puedan conocer los c¨®digos de los productos y la metodolog¨ªa de trabajo. Al mismo tiempo, el vicepresidente Arreaza prometi¨® agilizar el despacho en los puertos creando nuevos turnos el fin de semana para descargar la mercanc¨ªa que pasa semanas sin poder atracar en los muelles. Maduro dice tener el dinero necesario para garantizar el abastecimiento pleno. Pesa y mucho el recuerdo de lo que ocurri¨® hace once a?os, cuando el paro de la industria petrolera y de parte del empresariado hizo que los venezolanos vivieran una precaria Navidad.
Por ello, apenas baj¨® del avi¨®n que lo trajo desde China, donde cumpli¨® una visita oficial de cuatro d¨ªas, el presidente Maduro decidi¨® aceptar una propuesta del gabinete econ¨®mico y el ?rgano Superior de la Econom¨ªa para atacar el repunte de la escasez. Con un aparato productivo nacional arruinado debido al modelo impulsado por el Gobierno, las masivas importaciones de productos para la ¨¦poca de fin de a?o ¡ªVenezuela trae desde el exterior el 96% de lo que consume¡ª corren por estos d¨ªas el riesgo de quedarse varadas en los puertos debido a una serie de trabas burocr¨¢ticas que impiden sacarla a tiempo de los contenedores y a una muy interesada interpretaci¨®n de la Ley del Trabajo por parte de los empleadores que ha reducido el horario de trabajo.
El Gobierno ha pretendido impulsar la producci¨®n nacional en medio de un severo control de cambios que lleva m¨¢s de una d¨¦cada vigente, pero al empresariado le es m¨¢s rentable importar debido al tipo de cambio sobrevaluado (6,30 bol¨ªvares por un d¨®lar estadounidense). Para evitar esa vieja pr¨¢ctica y continuar con su plan desde 2007, cuando el presidente Hugo Ch¨¢vez anunci¨® el viraje hacia el socialismo ¡ªque se concret¨® en la nacionalizaci¨®n de empresas productivas y la masiva expropiaci¨®n de tierras¡ª, el Estado exige a los empresarios una serie de tr¨¢mites que ralentizan e impiden en muchos casos la importaci¨®n expedita de productos terminados o materias primas para fabricarlos en el pa¨ªs. Antes de tramitar las divisas a precios preferenciales ante Cadivi, el ¨®rgano regulador, el importador debe presentar un Certificado de No Producci¨®n Nacional y solvencias del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales y del Ministerio del Trabajo.
El resultado de ese pulso ha sido un generalizado desabastecimiento que se ha profundizado tras la muerte del presidente Ch¨¢vez. Hasta este mi¨¦rcoles el mismo Gobierno imped¨ªa cualquier soluci¨®n al problema de la escasez de productos, pero el vicepresidente Jorge Arreaza anunci¨® que se agilizar¨¢n los tr¨¢mites para importar en el menor tiempo posible alimentos b¨¢sicos y otros productos necesarios para abastecer, por ejemplo, el mercado de repuestos de veh¨ªculos.
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