¡°Ni?os, hab¨ªa tantos ni?os...¡±
La presencia de menores entre los fallecidos conmociona a los socorristas La xen¨®foba Liga Norte culpa de la tragedia a la ministra negra de Integraci¨®n
Ser ni?o en Italia es un buen asunto. Los italianos, que por lo general conservan la gentileza y la educaci¨®n que en otros lugares de Europa se fueron a la tumba con los abuelos, adoran a los ni?os y se lo hacen saber, d¨¢ndoles su sitio, escuch¨¢ndolos, regal¨¢ndoles una sonrisa.
Una tragedia en la que adem¨¢s de hombres y mujeres en busca de un porvenir, mueren ni?os peque?os, atrapados entre un barco en llamas y las aguas oscuras de la noche, provoca un dolor insoportable. Al ser preguntados por el naufragio?en el que han muerto m¨¢s de 200 inmigrantes junto a las costas de Lampedusa, la socorrista, el m¨¦dico del ambulatorio y el curtido capit¨¢n de la Guardia de Finanzas coinciden por separado en una frase que se agarra a la garganta: ¡°Ni?os, hab¨ªa tantos ni?os¡¡±.
Los mismos ni?os que, como en tantas otras fronteras del mundo, viajan de noche y escondidos, so?ando un futuro esplendoroso que tal vez solo exista en la televisi¨®n, pero que siempre ser¨¢ mejor que la herencia recibida. ¡°Los motivos de la fuga¡±, dice Laura Boldrini, ahora presidenta de la C¨¢mara de Diputados y antes portavoz de ACNUR (la agencia de la ONU para los refugiados), ¡°siempre son los mismos: las guerras, las persecuciones, las violaciones de los derechos humanos¡±.
Tambi¨¦n la pobreza, un hambre que esperan saciar cruzando la frontera, solo que aqu¨ª ¡ªadem¨¢s de las mafias que en todo el mundo se aprovechan de la necesidad¡ª existe el mar. Un mar nuestro, pero no suyo.
El doctor Pietro Bartolo hace su recuento trist¨ªsimo despu¨¦s de examinar a las v¨ªctimas ¡ªcuando todav¨ªa no llegaban al centenar y no hab¨ªan sido localizadas las mujeres y los ni?os junto al barco hundido¡ª: ¡°Una de las mujeres ahogadas en el naufragio estaba encinta, en el sexto mes de embarazo. Tres de los cuatro ni?os muertos, entre ellos una chiquilla, ten¨ªan una edad comprendida entre el a?o y medio y los tres a?os. Entre los 155 supervivientes hay tambi¨¦n seis mujeres y dos ni?os¡¡±.
Ni?os que no podr¨¢n crecer y ni?os que, si crecen en Italia, tendr¨¢n que tener cuidado de por d¨®nde pisan cuando dejen de serlo si el pa¨ªs no planta cara, de una vez, a los cada vez m¨¢s preocupantes brotes racistas. El pa¨ªs que adora a los ni?os tiene a veces serios problemas para aceptarlos si tienen la piel oscura.
Cuando los pescadores y los voluntarios de Lampedusa a¨²n recog¨ªan cad¨¢veres de inmigrantes del agua, varios responsables de la Liga Norte, el partido xen¨®fobo que gobierna Lombard¨ªa y cuyo actual presidente fue ministro del Interior con Silvio Berlusconi, se apresuraron a culpar de la tragedia a ¡ªatenci¨®n¡ª la actual ministra de Integraci¨®n, C¨¦cile Kyenge, nacida en la Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo.
Umberto Bossi, l¨ªder hist¨®rico de la Liga y compa?ero de correr¨ªas pol¨ªticas de Berlusconi, dijo que la culpa de tragedias como esta la tienen quien, como la ministra Kyenge o la ya citada Laura Boldrini, lanzan ¡°mensajes hip¨®critas de acogida cuyos resultados son dram¨¢ticos¡±.
Las aludidas no quisieron dar demasiado p¨¢bulo a las palabras de la infamia, pero s¨ª pidieron respeto a las v¨ªctimas. A los beb¨¦s sin nombre que no tendr¨¢n la suerte de ser ni?os en Italia.
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