Per¨² sigue sin esclarecer qu¨¦ pas¨® en el enfrentamiento de Bagua en 2009
Sale a la luz una nueva investigaci¨®n sobre el enfrentamiento entre ind¨ªgenas y polic¨ªas en el que murieron 33 personas
Pedro Tiwi Jempe, un ind¨ªgena de la selva norte de Per¨² acusado de la muerte de polic¨ªas, falleci¨® el pasado s¨¢bado. Las causas fueron las secuelas de una herida de lanza que le hicieron cuando defend¨ªa a los agentes retenidos en una instalaci¨®n estatal durante el paro amaz¨®nico de 2009. Desde entonces, una orden de detenci¨®n pesaba sobre Tiwi, pero el dirigente prefiri¨® no acudir a un puesto m¨¦dico y vivir escondido. Su caso fue mencionado en la presentaci¨®n de una investigaci¨®n exhaustiva sobre el enfrentamiento del 5 de junio de 2009 en Bagua (departamento de Amazonas) que tuvo como saldo 33 muertos, entre polic¨ªas e ind¨ªgenas. La tragedia fue el ep¨ªlogo de una lucha de las etnias awaj¨²n y wampis contra los decretos que modificaban el acceso a la tierra y sus recursos y para los que no fueron consultados.
La violencia caus¨® entonces tal impacto que por primera vez el Gobierno y la ¨¦lite de Per¨² notaron cu¨¢n postergadas estaban las organizaciones y las comunidades de la Amazon¨ªa. Pese a los varios reportes sobre el Baguazo, los hechos no est¨¢n suficientemente esclarecidos pues han desaparecido pruebas y ninguno de los procesos judiciales ha concluido. Los que m¨¢s han avanzado son los de imputaciones a los ind¨ªgenas. Los expedientes de los pol¨ªticos y los agentes policiales se mueven m¨¢s lento, a¨²n.
Pasados cuatro a?os, el abogado Roberto Guevara ha publicado el libro Bagua: de la resistencia a la utop¨ªa ind¨ªgena. La ¡®Curva del diablo¡¯ y la lucha de los pueblos amaz¨®nicos en el siglo XXI. Se trata de la novena versi¨®n de lo ocurrido, e incluye importante documentaci¨®n oficial sobre el operativo policial para desalojar a nativos que hab¨ªan bloqueado una carretera en el punto denominado Curva del diablo. Los tres primeros informes de lo ocurrido fueron elaborados por el relator de pueblos ind¨ªgenas de la ONU, Amnist¨ªa Internacional y la Federaci¨®n Internacional de Derechos Humanos. Otro lo elabor¨® la Defensor¨ªa del Pueblo. Luego hubo un informe en mayor¨ªa y otro en minor¨ªa de una comisi¨®n investigadora del Congreso, y por ¨²ltimo el reporte de la Comisi¨®n Especial para investigar y analizar los sucesos de Bagua, formada por el Gobierno aprista. Un par de miembros de ese grupo discreparon con gran parte del documento y elaboraron otro informe en minor¨ªa meses despu¨¦s, con sus propios recursos.
El autor califica el desalojo de ¡°negligente¡± pues llegaron menos polic¨ªas que los anunciados y los fiscales aparecieron dos horas tarde por error. Pero tambi¨¦n asegura que la v¨ªspera los manifestantes hab¨ªan pedido a la polic¨ªa unas horas para irse al d¨ªa siguiente por sus propios medios y as¨ª evitar la confrontaci¨®n los gases lacrim¨®genos y los disparos de los fusiles AKM.
Guevara ha publicado el texto como profesional independiente pese a que es el jefe de la oficina de la Defensor¨ªa del Pueblo en Amazonas desde 2003. Su libro constata adem¨¢s que, desde 2002, los Gobiernos peruanos incumplen los compromisos que han firmado cada vez que encaraban una medida de fuerza de los ciudadanos en la Amazon¨ªa.
¡°Como nunca fueron atendidos sus peticiones con documentos, entendieron que la ¨²nica manera de hacerse escuchar era tomando carreteras y haciendo paros. Desde entonces, llegaban comisiones de alto nivel y levantaban el paro creyendo en la palabra de un representante del Gobierno. Pero en 2003 hubo paros por el cumplimiento del acta de 2002; y en 2004 por los acuerdos de 2002 y 2003. Eso se llama enga?o, aunque as¨ª han conseguido sus puentes, su hospital, su agencia agraria¡±, relat¨® Guevara en la presentaci¨®n de su obra.
El paro amaz¨®nico contra los decretos legislativos que facilitar¨ªan la entrada de empresas privadas en territorio ind¨ªgena empez¨® en abril de 2009. En mayo, el Gobierno decret¨® el estado de emergencia en la zona para presionar a los manifestantes a desbloquear las carreteras en varios departamentos. Guevara califica la medida como un error porque los ind¨ªgenas la interpretaron como un ataque, e incluso no entend¨ªan la situaci¨®n de excepci¨®n. En ese lapso, en Lima, los l¨ªderes de organizaciones amaz¨®nicas buscaban di¨¢logo con el Gobierno, pero no llegaba a concretarse.
El jueves 4 de junio de 2009, el Congreso deb¨ªa votar la derogatoria de los decretos -calificados como inconstitucionales por una comisi¨®n parlamentaria que los evalu¨® y por la Defensor¨ªa del Pueblo-, pero decidieron postergar la votaci¨®n. Seg¨²n los manifestantes que se encontraban en la Curva del Diablo siguiendo esa noche la sesi¨®n del Legislativo, hubo mucha decepci¨®n y acordaron el retiro del lugar al d¨ªa siguiente, despu¨¦s de semanas de desgaste sin resultados. La madrugada del viernes 5 se produjo el desalojo y la tragedia en la carretera y, horas m¨¢s tarde, en una estaci¨®n de petr¨®leo un grupo enardecido asesin¨®, por venganza, a once polic¨ªas, al enterarse de las muertes de nativos en la v¨ªa y de desapariciones no confirmadas hasta hoy.
¡°Los resultados del conflicto amaz¨®nico del 2009 se produjeron como consecuencia de la ineficacia y la incapacidad del Estado para atender las demandas de los pueblos ind¨ªgenas; la presencia de un Poder Ejecutivo renuente a los llamados de las autoridades locales y representantes de las organizaciones ind¨ªgenas de Amazonas¡±, a?ade Guevara. El autor tambi¨¦n documenta el ineficiente trabajo de inteligencia de la Polic¨ªa Nacional en esa ocasi¨®n y hacer referencia a los ascensos posteriores al operativo del 5 de junio: solo los lograron los polic¨ªas de la Direcci¨®n Nacional de Operaciones Especiales, pero dejaron fuera a los agentes de las comisar¨ªas locales que tambi¨¦n participaron en las acciones en aquella ocasi¨®n, lo cual produjo resentimiento entre miembros de esa instituci¨®n.
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