Amado Boudou, el gran aplaudidor
La figura del presidente en funciones fue perdiendo lustre en el Gobierno desde que arreciaron las denuncias contra ¨¦l
El presidente en funciones de Argentina, Amado Boudou, era hasta el lunes un personaje de tercera fila en el Gobierno. No impuls¨® ninguna de las decisiones que han marcado el segundo mandato de Cristina Fern¨¢ndez. No ha tenido un papel relevante ni en la expropiaci¨®n de YPF a Repsol, ni en las trabas a las importaciones, ni en el acuerdo con Ir¨¢n para investigar de forma conjunta el atentado en el centro jud¨ªo de la AMIA (1994), ni en la frustrada amnist¨ªa fiscal para quienes no declaran sus d¨®lares.
En los ¨²ltimos meses, su apellido solamente aparec¨ªa en los medios argentinos cuando se informaba sobre alguna de las causas judiciales pendientes que pesan contra ¨¦l por supuesto enriquecimiento il¨ªcito o tr¨¢fico de influencias. En televisi¨®n aparec¨ªa cuando Cristina Fern¨¢ndez pronunciaba alg¨²n discurso en p¨²blico. Entonces, s¨ª, las c¨¢maras sol¨ªan enfocarlo casi siempre festejando con risas y aplausos las frases de la presidenta. Pero su estrella se fue apagando desde principios de 2012, cuando estrenaba el cargo de vicepresidente.
En junio de 2011 Boudou era el rutilante ministro de Econom¨ªa, un tipo audaz, due?o de 12 guitarras el¨¦ctricas, un ministro que sal¨ªa en los programas de televisi¨®n cantando con su guitarra, que montaba en Harley Davidson y que en los m¨ªtines cantaba ¡°Se?or banquero, devu¨¦lvame mi dinero¡±, antes de explicar la pol¨ªtica econ¨®mica del Gobierno. Ten¨ªa 48 a?os pero parec¨ªa mucho m¨¢s joven. Viv¨ªa y vive en Puerto Madero, el barrio m¨¢s caro de Buenos Aires, pero eso no parec¨ªa perjudicarle.
Otra cosa distinta era su pasado. El economista Boudou ven¨ªa de un partido liberal llamado Uced¨¦ que defend¨ªa la privatizaci¨®n de los servicios p¨²blicos. Aquello era la ant¨ªtesis ideol¨®gica del kirchnerismo. Pero Boudou se fue acercando al Gobierno a medida que cambiaba de ideas. O quiz¨¢s fue al rev¨¦s. El caso es que en 2008 asumi¨® la jefatura de la Anses, el organismo que gestiona las pensiones. Y desde all¨ª impuls¨® un proyecto que se encontraba en las ant¨ªpodas de lo que hab¨ªa sido su credo pol¨ªtico: la nacionalizaci¨®n de los fondos privados de pensiones. ?sa fue su gran haza?a y tambi¨¦n la medida m¨¢s audaz hasta entonces del Ejecutivo de Fern¨¢ndez. N¨¦stor Kirchner, que lo miraba con recelo, tuvo que admitir: ¡°En mi Gobierno no fuimos capaces de llegar tan lejos¡±. La presidenta le perdon¨® su pasado liberal con esta frase: ¡°Tuvo la capacidad y la valent¨ªa de cambiar y adaptarse, en un mundo que est¨¢ cambiando¡±. Y en julio de 2009 lo nombr¨® ministro de Econom¨ªa.
Boudou se ech¨® a la espalda todas las pol¨ªticas econ¨®micas del Gobierno, incluso la manipulaci¨®n de las estad¨ªsticas que rebajan la inflaci¨®n y aumentan el crecimiento. Y carg¨® contra el FMI en 2010 en un documento interno: ¡°El programa de ajuste ahogar¨¢ la capacidad de pago de Grecia, pero adem¨¢s es pol¨ªticamente insustentable¡±, se?al¨®. Un a?o despu¨¦s, en junio de 2011, la presidenta anunci¨® para sorpresa de su propio Gabinete, que Boudou ser¨ªa el segundo en su lista presidencial. Y lo present¨® as¨ª: ¡°?l es la persona que cuando empez¨® la crisis global vino a decirme que el mundo hab¨ªa cambiado y que me propuso medidas a tomar. Amado es un hombre leal y que no te teme a las corporaciones¡±. Al resto del Gabinete peronista no le qued¨® m¨¢s remedio que disimular el asombro y aplaudir.
Pero despu¨¦s llegaron los litigios judiciales contra ¨¦l. Entre febrero y abril de 2012 su nombre aparec¨ªa casi a diario en las p¨¢ginas de La Naci¨®n y Clar¨ªn. Se le acusaba de haber utilizado su cargo a favor de una empresa de impresi¨®n de billetes que fue a parar a las manos del abogado Alejandro Vandenbroele. Boudou sostiene que nunca tuvo relaci¨®n con Vandenbroele, pero la exesposa de ¨¦ste, Laura Mu?oz, declar¨® que Vandenbroele era testaferro de Boudou.
La presidenta siempre guard¨® silencio sobre aquellas acusaciones. Se rumoreaba que Boudou iba a dimitir. Pero el cinco de abril Boudou ofreci¨® una conferencia de prensa en el Senado. Ah¨ª atac¨® al fiscal general Esteban Righi, un peronista hist¨®rico de 73 a?os que present¨® su dimisi¨®n poco despu¨¦s; atac¨® tambi¨¦n al juez y al fiscal que lo investigaban y ambos fueron apartados del caso. Gan¨®, pero su figura se fue diluyendo bajo una mancha de sospecha.
Cuando el Gobierno anunci¨® el s¨¢bado la existencia del hematoma, Boudou se encontraba en Brasil, donde los medios locales lo hab¨ªan fotografiado encima de una moto. Tuvo que volver de urgencia. Y el lunes firm¨® el traspaso de poderes. Dijo que ser¨¢ una etapa como la de enero de 2012, cuando reemplaz¨® a la presidenta por 20 d¨ªas. En aquella ocasi¨®n hizo lo que se esperaba que hiciera: el m¨ªnimo ruido posible.
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