Fallece Tadeusz Mazowiecki, arquitecto de la transici¨®n polaca
En 1989, se convirti¨® en el primer jefe de Gobierno no comunista de un pa¨ªs de Europa del este desde la II Guerra Mundial
El h¨¦roe silencioso de la transici¨®n poscomunista, Tadeusz Mazowiecki, ha muerto a los 86 a?os. Mazowiecki fue el primer jefe de Gobierno no comunista de Europa oriental tras la II Guerra Mundial, ejerciendo el cargo entre septiembre de 1989 y enero de 1991. Un intelectual tranquilo, al que los caricaturistas polacos retrataban como una tortuga, no lleg¨® a simbolizar el final del comunismo del mismo modo que Lech Walesa, pero durante su Gobierno el paso en Polonia de una dictadura comunista a una democracia liberal se hizo irreversible.
Nacido en una familia cat¨®lica de izquierdas, su adaptaci¨®n a la Polonia comunista fue dif¨ªcil. Miembro de varias asociaciones cat¨®licas, a finales de los a?os cincuenta se integr¨® en la oposici¨®n tolerada por los comunistas a la que incluso concedieron una peque?a representaci¨®n en el Parlamento que controlaban. Mazowiecki fue elegido miembro del Parlamento en la d¨¦cada de los sesenta, hasta que los comunistas decidieron que era demasiado cr¨ªtico y le prohibieron renovar su esca?o en los setenta.
Con una postura cada vez m¨¢s inflexible hacia el Gobierno, Mazowiecki cruz¨® la l¨ªnea en agosto de 1980, cuando apoy¨® la huelga en los astilleros de Gdansk y se convirti¨® en asesor del nuevo sindicato independiente, Solidaridad, y de su l¨ªder, Lech Walesa. Despu¨¦s de que los comunistas aplastaran Solidaridad en diciembre de 1981 e introdujeran la ley marcial, Mazowiecki fue encarcelado. Tras ser puesto en libertad, mantuvo su actividad en Solidaridad y otros grupos prodemocr¨¢ticos.
Tras el acuerdo entre el Gobierno y Solidaridad, Polonia celebr¨® sus primeras elecciones semicompetitivas (solo el 35 % de los esca?os eran de libre elecci¨®n) en el bloque comunista, abriendo el camino a una transici¨®n progresiva hacia la democracia.
Considerado un hombre de consenso, Mazowiecki es elegido como el primero de los jefes de Gobierno no comunistas desde 1945, pero tuvo que lidiar con retos internos e internacionales formidables. En 1989 Polonia era m¨¢s libre que el resto del bloque sovi¨¦tico, pero estaba inmersa en una profunda crisis econ¨®mica. El Partido Comunista inicialmente retuvo una fuerte posici¨®n dentro del aparato del Estado, manteniendo el control de sectores estrat¨¦gicos, entre los que estaban el Ej¨¦rcito y las fuerzas de seguridad. El general Jaruzelski, el arquitecto de la ley marcial, fue elegido presidente por el Partido Comunista y sus aliados. Polonia segu¨ªa dentro del Pacto de Varsovia, estaba rodeada de Estados comunistas y miles de tropas sovi¨¦ticas permanec¨ªan en territorio polaco.
Mazowiecki abord¨® esas tareas con tranquila determinaci¨®n. Hombre de pocas palabras, nunca se le dieron bien los grandes discursos y los anuncios de iniciativas pioneras. Se limit¨® a trabajar con m¨¦todo y calma, alcanzando sus objetivos de forma progresiva. Se mantuvo en el cargo poco m¨¢s de un a?o, pero durante ese tiempo puso en marcha reformas pol¨ªticas y econ¨®micas que sentaron los cimientos de la democracia que se consolid¨® en Polonia durante los a?os siguientes.
En materia de pol¨ªtica exterior, logr¨® acercar a Polonia a Occidente mediante una diplomacia cautelosa que no despert¨® la hostilidad de los sovi¨¦ticos al tiempo que ampliaba el margen de soberan¨ªa de Polonia. Tambi¨¦n fue crucial su papel en la reconciliaci¨®n entre Polonia y Alemania despu¨¦s de 1989, una relaci¨®n que se convirti¨® en uno de los pilares de la ampliaciones de la OTAN y de la UE y de la incorporaci¨®n de Polonia a ambas instituciones.
En muchos aspectos, Mazowiecki, con su insistencia en el trabajo callado y despreocupaci¨®n por su imagen medi¨¢tica, contradice la pol¨ªtica actual. Aunque algunos ridiculizaran su modesta imagen de tortuga, est¨¢ claro que, despu¨¦s de todo, las tortugas pueden ganar la carrera.
Marcin Zaborowski es presidente del Instituto Polaco de Asuntos Internacionales (PISM).
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