El apoyo de tropas de la ONU resulta clave en el avance del Ej¨¦rcito de Congo
Las tropas regulares arrebatan posiciones a los rebeldes del M23
La entrada en acci¨®n de la primera unidad ofensiva de la historia de las misiones de paz de Naciones Unidas -en apoyo de las Fuerzas Armadas de Congo-- ha tenido efecto. El Ej¨¦rcito de Congo ha recuperado en un golpe de efecto posiciones que hab¨ªa perdido hace un a?o a manos de los rebelde del Movimiento M23, el grupo m¨¢s poderoso de la zona y el que acostumbraba a marcar el paso.?
Los combates se reanudaron el viernes. Los morteros y las explosiones se confundieron entre los refugiados en la ruta que arranca de la capital provincial, Goma, y se adentra hacia el parque y las monta?as, haciendo curvas cerca de la frontera con Ruanda y con Uganda. Las tropas regulares han recobrado la llanura de Kibumba ¨Ca 25 kil¨®metros de Goma-, el feudo de Kiwanja ¨Ca 75 km- y tambi¨¦n la importante ciudad de Rutshuru, adem¨¢s de la base militar de Rumangabo.
El sorpresivo avance pone de manifiesto la diferencia que est¨¢ marcando la presencia de la Brigada de Intervenci¨®n de Naciones Unidas -unos 3.000 soldados tanzanos, malau¨ªes y sudafricanos que tienen por primera vez autorizaci¨®n para atacar- en la eficacia y la confianza del Ej¨¦rcito congole?o. Pero sobre todo ha encendido de nuevo las alarmas, ya que se teme otra oleada de enfrentamientos.
Aceptando la derrota en el feudo de Kiwanja, el portavoz del M23, Amani Kabasha, ha indicado que su grupo ha decidido ¡°dejar Kiwanja y su vigilancia a manos de la Monusco [la misi¨®n de paz de la ONU]¡°, pero que ¡°no tolerar¨¢ otro ataque a sus posiciones¡± porque esto, afirma, les ¡°forzar¨ªa a cambiar la opci¨®n defensiva autoimpuesta hasta ahora¡±. As¨ª que el M23 amenaza ahora con ¡°organizar una contraofensiva a gran escala¡± si no hay un ¡°inmediato cese de la hostilidades que permitan la vuelta a la mesa de negociaciones de Kampala¡±.
Las negociaciones de Kampala, en las que participan el M23 y el Gobierno congole?o, son una puesta de escena que no ha dado ning¨²n fruto desde que empez¨® el a?o pasado. La ocupaci¨®n de Goma por parte del M23 en noviembre pasado forz¨® al Gobierno de Joseph Kabila a sentarse a negociar. Pero la guerra congole?a empez¨® hace casi dos d¨¦cadas y desde entonces nunca se ha conseguido un esbozo de soluci¨®n de uno de los m¨²ltiples acuerdos.
Las ra¨ªces del conflicto congole?o yacen en el genocidio de Ruanda, que provoc¨® la huida masiva de v¨ªctimas y perpetradores ruandeses a Congo, y en la riqueza de su tierra. En los Kivus, las provincias m¨¢s da?adas por la guerra, hay yacimientos de esta?o, tungsteno, t¨¢ntalo y oro, todos ellos considerados minerales de sangre (usados para financiar el conflicto) y materias necesarias, por ejemplo, para alimentar la industria de las nuevas tecnolog¨ªas que fabrica m¨®viles y port¨¢tiles.
M¨¢s de cinco millones de personas han muerto en esta guerra, la m¨¢s mort¨ªfera desde la Segunda Guerra Mundial, y ni los numerosos inertes procesos de paz ni el espectacular despliegue de cascos azules ¨C la misi¨®n de paz en Congo vuelve a ser la mayor en todo el mundo¨C han conseguido contener su violencia mientras los minerales siguen fluyendo.
Ruanda, adem¨¢s, tambi¨¦n ha amenazado en lanzar una ¡°operaci¨®n quir¨²rgica¡± a Congo si recibe m¨¢s impactos de proyectiles a su lado de la frontera. Acusada?Grupo de Expertos de Naciones Unidas de financiar y apoyar al M23 por la vecina Ruanda fue, parad¨®jicamente y pese a las graves acusaciones, elegida en octubre del a?o pasado miembro no permanente del Consejo de Seguridad de la ONU, donde tiene un voto hasta el a?o que viene.
Las autoridades congole?as han anunciado el descubrimiento de fosas comunes con huesos de adultos y ni?os en Kibumba y han creado una comisi¨®n de investigaci¨®n.
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