Bruselas se enfrenta a los Gobiernos europeos por la inmigraci¨®n
La Comisi¨®n aboga por crear una pol¨ªtica com¨²n y flexibilizar las entradas legales Los grandes pa¨ªses responden con medidas m¨¢s duras
La ecuatoriana que se labr¨® un futuro en Espa?a como peluquera y el subsahariano rescatado tras naufragar su patera en las costas de Lampedusa son las dos caras de un mismo fen¨®meno, la inmigraci¨®n, que ha transformado Europa en los ¨²ltimos lustros. Todos los pa¨ªses combinan en sus pol¨ªticas la gesti¨®n de los flujos legales con la contenci¨®n de los irregulares. La crisis, los populismos y tragedias como las de la isla italiana han convertido esos episodios en la cara m¨¢s visible de las migraciones. Un escenario que enfrenta a la Comisi¨®n Europea, partidaria de pol¨ªticas comunes m¨¢s aperturistas que las actuales, con los pa¨ªses miembros, reacios a la integraci¨®n y a flexibilizar las v¨ªas de entrada por motivos humanitarios.
Bruselas rechaza abordar la pol¨ªtica migratoria a golpe de naufragio e invita a los pa¨ªses a pensar en propuestas a largo plazo, con la mirada puesta en las necesidades laborales que tendr¨¢ el continente una vez superada la crisis. Los l¨ªderes pol¨ªticos, en cambio, sufren la escasez de recursos y, en muchas ocasiones, se ven prisioneros de los populismos que demonizan a los extranjeros como foco de tensiones econ¨®micas. En ese contexto, los Estados desplazan cualquier decisi¨®n en este terreno hasta despu¨¦s de las elecciones europeas, en mayo de 2014. La brecha entre Comisi¨®n y Consejo (los jefes de Gobierno) es cada vez mayor.
La respuesta dada a las ¨²ltimas muertes en las costas mediterr¨¢neas evidencia hasta qu¨¦ punto el debate asusta a los dirigentes pol¨ªticos. La comisaria de Interior, Cecilia Malmstr?m, propuso hace unos d¨ªas crear visados temporales por motivos humanitarios dentro del grupo de trabajo que debe decidir este a?o c¨®mo hacer frente a los naufragios en el Mediterr¨¢neo. ¡°La propuesta fue inmediatamente rechazada por los Estados miembros; no lleg¨® ni al primer borrador¡±, explica una alta fuente comunitaria. Los jefes de Estado y de Gobierno deben analizar en diciembre los resultados de esa misi¨®n (task force) para tomar medidas, pero fuentes diplom¨¢ticas advierten de que no cabe esperar grandes novedades.
La UE apuesta por implicar a los pa¨ªses de origen en el control de los flujos migratorios
En privado, la Comisi¨®n admite que es necesario dar una alternativa legal a las miles de personas que arriesgan sus vidas en alta mar para llegar a Europa. Una de las principales apuestas para los pr¨®ximos a?os consiste en explorar los llamados acuerdos de movilidad entre la UE y los pa¨ªses de origen, que ofrecen flexibilidad en las entradas a cambio de control en sus fronteras. Bruselas exhibe lo logrado con Marruecos y aspira a hacer lo mismo con Jordania, T¨²nez y Egipto, aunque es consciente de que el verdadero reto es Libia. Desde ese pa¨ªs, que vive en el desgobierno desde la ca¨ªda de Gadafi en 2011, parten sin control multitud de barcos con personas procedentes del Cuerno de ?frica.
Para que esos acuerdos funcionen y sean cre¨ªbles, Europa necesita abrir la mano en el desplazamiento legal de la inmigraci¨®n. Porque el ejemplo de Marruecos, desde donde no salen ya embarcaciones, seg¨²n Bruselas, demuestra que los terceros pa¨ªses aceptan controlar sus dominios y poner en marcha mecanismos de asilo a cambio de otras ventajas. La principal, que la UE facilite los visados para que estudiantes y trabajadores accedan al continente de manera regular. Una aproximaci¨®n que requiere repensar el fen¨®meno migratorio sin el cors¨¦ electoral.
Ese es el doble enfoque que Bruselas lucha por conservar desde que lo enunci¨® por primera vez, hace 14 a?os: aproximar las legislaciones europeas con criterios comunes para regular la inmigraci¨®n laboral ¡ªel grueso de los inmigrantes que llama a las puertas de la UE lo hace para trabajar¡ª y combatir las entradas ilegales firmando acuerdos con los pa¨ªses de origen y luchando contra las mafias. ¡°El ¨²nico aspecto que no ha avanzado en estos a?os es la regulaci¨®n de la inmigraci¨®n laboral¡±, asegura Anna Terr¨®n, ex secretaria de Estado de Inmigraci¨®n y asesora de la comisaria Malmstr?m.
Las entradas por mar suponen solo el 10% del total; la mayor¨ªa de los extranjeros llega en avi¨®n
Aunque su discurso suene ahora demasiado buenista a o¨ªdos de los Estados miembros, Malmstr?m sigue defendiendo que a largo plazo Europa va a necesitar trabajadores de fuera de sus fronteras para sostener el proyecto comunitario. Incluso hoy, a pesar de las elevadas tasas de paro, muchos pa¨ªses tienen dificultades para cubrir la demanda de determinadas profesiones (ingenieros en Alemania o enfermeras en Reino Unido). ¡°Es hora de que Europa abra los ojos. La inmigraci¨®n ha sido uno de los debates m¨¢s importantes y, a la vez, menos discutidos en los ¨²ltimos cinco a?os¡±, subraya un portavoz de la Comisi¨®n Europea.
Acuciados por la crisis, los Estados han preferido poner el foco en la vertiente m¨¢s represiva: reforzar la seguridad frente a las entradas irregulares y endurecer las pol¨ªticas sociales. El debate se centra ahora en c¨®mo proteger mejor las fronteras del Mediterr¨¢neo, aunque las entradas mar¨ªtimas apenas representan un 10% del total, seg¨²n datos de la Agencia de Derechos Fundamentales. En realidad, la mayor¨ªa de los extranjeros que se embarcan en el sue?o europeo lo hace con un billete de avi¨®n en la mano.
Los l¨ªderes pol¨ªticos ni siquiera est¨¢n dispuestos a dotar mejor Frontex, la agencia europea que coordina la vigilancia de las fronteras exteriores. ¡°Es necesaria una pol¨ªtica com¨²n de inmigraci¨®n y no la tenemos. Sabemos que no es posible sustentar el crecimiento econ¨®mico de Europa sin los extranjeros. Para eso, tenemos que definir qu¨¦ inmigraci¨®n queremos. El problema no es la falta de soluciones, sino la falta de voluntad pol¨ªtica para hacerlo¡±, lamenta Carlos Coelho, eurodiputado portugu¨¦s del Partido Popular, que se confiesa pesimista sobre la actitud de los l¨ªderes pol¨ªticos, la mayor¨ªa de su propio partido.
El diagn¨®stico es compartido tambi¨¦n por las organizaciones de derechos humanos. ¡°La UE a¨²n est¨¢ muy dominada por la agenda pol¨ªtica de los pa¨ªses miembros, a su vez condicionada por los populismos. Muchas veces las propuestas se ven rebajadas por la presi¨®n interna. Pero un enfoque basado exclusivamente en la seguridad no funcionar¨¢¡±, advierte Nils Muiznieks, comisario de Derechos Humanos del Consejo de Europa, una organizaci¨®n que vela por ellos en 47 pa¨ªses del continente.
La brecha norte-sur
El desigual tratamiento hacia los demandantes de asilo divide a Europa en dos: el norte y el sur. Los pa¨ªses ricos, con sistemas m¨¢s generosos y eficaces, atraen la mayor parte de las solicitudes ¡ªcada vez m¨¢s numerosas¡ª, mientras los m¨¢s desfavorecidos las gestionan con lentitud. Alemania, Francia, Suecia, Reino Unido y B¨¦lgica registraron, por este orden, el 70% de las peticiones de asilo en 2012, que sumaron 332.000 en toda la UE, seg¨²n datos de Eurostat, la agencia estad¨ªstica comunitaria. Y no necesariamente porque los inmigrantes llegaran a esos Estados en primera instancia, sino porque sus sistemas son mejores. Un nuevo paquete de asilo aprobado este a?o intenta armonizar las legislaciones y gestionar mejor los flujos, pero queda mucho por hacer.
Ese enfoque conjunto es uno de los grandes asuntos pendientes en el ¨²ltimo Consejo Europeo. Los pa¨ªses no quieren ni o¨ªr hablar de redistribuir a los demandantes de asilo, es decir, de transferir m¨¢s a los pa¨ªses donde escasean para equilibrar las cifras. Y ello pese a que el ¨¦xodo sirio y la inestabilidad regional lo hacen prioritario.
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