Riad arresta a miles de inmigrantes irregulares tras el fin de la amnist¨ªa
El objetivo es liberar puestos de trabajo para los saud¨ªes Se ha puesto de relieve la existencia de un mercado negro de obreros Las detenciones se producen tras una amnist¨ªa de medio a?o
Miles de inmigrantes en situaci¨®n irregular han sido detenidos desde el lunes en Arabia Saud¨ª al concluir la amnist¨ªa de medio a?o dada por las autoridades. Durante ese tiempo, han salido del pa¨ªs cerca de un mill¨®n de trabajadores extranjeros y otros cuatro millones han logrado arreglar sus papeles. Pero se estima que a¨²n hay decenas de miles que corren el riesgo de ser deportados sin contemplaciones. La medida, cuyo objetivo es liberar puestos de trabajo para los ciudadanos saud¨ªes, ha puesto de relieve la existencia de un enorme mercado negro de obreros.
Un total de 3.918 extranjeros sin el permiso pertinente fueron detenidos el lunes en Yeddah, la segunda ciudad del pa¨ªs, y sus alrededores, seg¨²n un portavoz policial citado este martes por el diario Arab News. El n¨²mero se duplica al sumar los detenidos en otras zonas del pa¨ªs con 2.200 m¨¢s en Samta, 379 en la Provincia Oriental, 300 en Mediha y varios centenares m¨¢s en otras localidades.
"Queremos que los extranjeros permanezcan en el reino de forma legal", declar¨® el vice ministro de Trabajo Mufrej Bin Saad al Haqbani el domingo por la noche al anunciar el fin de la amnist¨ªa. Al Haqbani explic¨® que los inspectores de trabajo van a visitar establecimientos comerciales, obras, empresas de mantenimiento, tiendas, restaurantes, cafeter¨ªas y otros sectores en los que la mano de obra extranjera es habitual. "Comprobar¨¢n que sus identidades coinciden con sus papeles de trabajo para asegurarse de que est¨¢n dentro de la legalidad", a?adi¨®.
Los irregulares que tanto preocupan a las autoridades no son necesariamente personas que hayan entrado de forma ilegal en el pa¨ªs, aunque tambi¨¦n los haya. Algunos han sobrepasado su visado, pero la mayor¨ªa son trabajadores que fueron contratados bajo el patrocinio de un empleador para un puesto determinado y que luego han cambiado de actividad o se han instalado por su cuenta. Durante d¨¦cadas, el Gobierno ha hecho la vista gorda hacia esas irregularidades, lo que ha dado lugar a un mercado negro que abastec¨ªa de obreros a bajo precio y un jugoso negocio paralelo de sobornos a los sponsors (los empleadores originales) que cobraban por renovar los papeles a alguien que ya no trabajaba para ellos.
Con las nuevas medidas, los responsables esperan reducir el n¨²mero de inmigrantes, un tercio de los 27 millones de habitantes y la mitad de la fuerza de trabajo, adem¨¢s de favorecer el empleo de los ciudadanos saud¨ªes cuya tasa de paro ronda el 12,5%. Sin embargo, no est¨¢ claro c¨®mo va a lograrse es objetivo cuando la mayor¨ªa de los extranjeros son obreros sin cualificar y empleados dom¨¦sticos, actividades que la poblaci¨®n local rechaza, mimada como est¨¢ por el Estado de bienestar que proporciona el petr¨®leo.
De hecho, cuando el pasado marzo se anunci¨® la normativa, los analistas advirtieron del impacto negativo que supondr¨ªa para la econom¨ªa la salida simult¨¢nea de decenas de miles de extranjeros, sobre todo en el sector de la construcci¨®n. Se calculaba entonces que hasta dos millones de inmigrantes carec¨ªan de permiso de trabajo y residencia. Pero muchos m¨¢s estaban trabajando en ocupaciones distintas a las que figuraban en sus papeles. De hecho, la amnist¨ªa de tres meses que se dio inicialmente para que regularizaran su situaci¨®n tuvo que extenderse tres meses m¨¢s porque ni las embajadas ni las oficinas de inmigraci¨®n daban abasto para atender las solicitudes.
Muchos han quedado atrapados sin posibilidad de regularizar su situaci¨®n ni pasaportes o visados de salida. Arab News cuenta que 3.000 indonesios se han congregado en un conocido cruce de Yeddah para protestar por la imposibilidad de arreglar sus papeles a tiempo. Es frecuente que carezcan de pasaportes porque quienes les contrataron inicialmente los retuvieron, seg¨²n una pr¨¢ctica frecuentemente criticada por las organizaciones de derechos humanos, y no se los han devuelto.
Resulta significativo que desde el lunes muchas de las obras y lugares donde trabajan inmigrantes est¨¦n casi desiertos. Pero tambi¨¦n hay escuelas que permanecen cerradas porque sus responsables no han logrado arreglar los papeles de sus profesores, a menudo hijos o esposas cuyos visados avala el cabeza de familia en vez del empleador. La prensa local se hace eco de inmigrantes que han optado por no salir de casa para evitar las anunciadas redadas de la polic¨ªa. Quienes no tengan los papeles en regla se arriesgan a la detenci¨®n, hasta dos a?os de c¨¢rcel o una multa de 100.000 riales (unos 20.000 euros) y la deportaci¨®n.
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