De Blasio y su mensaje progresista calan en Nueva York
El candidato dem¨®crata gana la alcald¨ªa con una contundente victoria que supone un giro a la izquierda
En mayo de 1961 Warren Wilhem Jr vino al mundo en un hospital del Upper East Side frente a Gracie Mansion, la residencia del alcalde de Nueva York. A los 52 a?os, Bill de Blasio ¨Cdespu¨¦s de acortar su nombre y adoptar el apellido materno¨C ocupar¨¢ a partir de enero esa misma casa, en la que actual regente de la ciudad, Michael Bloomberg, nunca lleg¨® a vivir. Pasadas las 10.30 de la noche del martes de Blasio tom¨® el escenario en Brooklyn para dar su discurso de victoria: ¡°Los retos a los que hacemos frente se han cultivado durante d¨¦cadas. Y los problemas que queremos atender no se solucionan en una noche. Pero no se equivoquen. La gente de esta ciudad ha elegido un senda progresista. Y esta noche avanzamos en ella, juntos, como una ciudad¡±, afirm¨®. Seg¨²n los primeros recuentos no hay ninguna duda de su victoria que ha ido m¨¢s all¨¢ de las diferencias entre g¨¦neros, clase o etnia. Tras su toma de posesi¨®n en enero Blasio ser¨¢ el 109 alcalde de Nueva York y su familia multirracial dar¨¢ un nuevo aire al Upper East Side.
El tono entendido como radical por algunos, cuaj¨® y as¨ª De Blasio ha logrado un amplio margen de ventaja que las encuestas sit¨²an en torno al 40%?
El fulgurante ascenso de este pol¨ªtico, pr¨¢cticamente desconocido hasta que logr¨® imponerse en las elecciones primarias de octubre en una muy concurrida carrera entre los candidatos dem¨®cratas, viene avalado por un giro hacia la izquierda. De Blasio ocupaba el cargo de abogado del pueblo en Nueva York cuando decidi¨® lanzarse a la campa?a con un programa que tomaba un t¨ªtulo prestado del novelista Charles Dickens: ¡°Historia de las dos ciudades¡±. La prosperidad de la era Bloomberg, que se ha prolongado durante 12 a?os, ha dejado de lado a los m¨¢s desfavorecidos, el nivel de pobreza ha crecido significativamente ?qui¨¦n protege a la clase media?
El tono entendido como radical por algunos, cuaj¨® y as¨ª De Blasio ha logrado un amplio margen de ventaja que las encuestas situaban en torno al 40% y que los primeros recuentos ratificaban. Pero m¨¢s all¨¢ del mensaje en s¨ª, lo cierto es que este hombre alto y un poco desgarbado, con un aspecto que le asemeja a Bill Clinton y una familia que le acerca al modelo de la de Obama, ha conquistado el imaginario de un buen n¨²mero de neoyorquinos.
Su esposa, la poeta y activista afromericana Chirlane McGray ha jugado un papel fundamental en su ascenso y en la estrategia de campa?a, como los Clinton en su d¨ªa, esta pareja es un bien engrasado equipo pol¨ªtico. McGray, hija de un administrativo en una base militar de la Costa Este y una trabajadora de una f¨¢brica, creci¨® como la ¨²nica ni?a negra en su instituto donde sufri¨® discriminaci¨®n, algo que canaliz¨® en su combativo esp¨ªritu progresista acerc¨¢ndose a colectivos feministas afroamericanos y gays en Wellesley el college donde estudi¨®. Conoci¨® a De Blasio, cinco a?os m¨¢s joven, cuando ella trabajaba en el gabinete de prensa de la alcald¨ªa en 1991 y la insistencia de su pretendiente que hac¨ªa caso omiso de su opci¨®n sexual gay, acab¨® por conquistarla. Pasaron la luna de miel en Cuba, se instalaron en Brooklyn y han tenido dos hijos, Chiara y Dante, cuya melena afro ha sido todo un icono de esta campa?a.
Su esposa, la poeta y activista afromericana Chirlane McGray, ha jugado un papel fundamental en su ascenso y en la estrategia de campa?a
El tinte izquierdista de De Blasio que aboga por una sociedad m¨¢s equitativa, ¡ªy por ejemplo propone una subida de impuestos a los m¨¢s ricos para financiar un sistema universal de guarder¨ªas p¨²blicas¡ª, es algo que le viene de familia. Sus padres se conocieron en la redacci¨®n de la revista Time en 1939, donde Wilhem tras graduarse en Yale, trabajaba como reportero econ¨®mico y Maria de Blasio, licenciada en Smith era una de las pocas mujeres en plantilla, en el departamento de documentaci¨®n. ?l se alist¨® al ej¨¦rcito poco despu¨¦s de Pearl Harbor y luch¨® en el Pac¨ªfico. Perdi¨® una pierna en la brutal batalla de Okinawa y regres¨® con condecoraciones, pero esto no impidi¨® que sufrieran, tanto ¨¦l como su esposa, las persecuciones de la era McCarthy siendo procesados y llamados a declarar varias veces en los cincuenta.
Alcoholizado y desencantado, el h¨¦roe de guerra es una figura de la que Bill ha tratado toda su vida de alejarse. Sus padres se divorciaron en 1969, diez a?os despu¨¦s Wilehm se peg¨® un tiro. Si en el curr¨ªculum de su padre figura un trabajo con el Senador Javits para tratar de aumentar la inversi¨®n en Latinoam¨¦rica, el v¨ªnculo de Bill con esta parte del mundo es mucho m¨¢s profundo. Tras su paso por las aulas de New York University, estuvo en Columbia en un programa de posgrado sobre Latino Am¨¦rica y fue un notable activista de la causa sandinista desde la organizaci¨®n Quixote Center y m¨¢s adelante desde una ONG, visit¨® Nicaragua y habla perfectamente espa?ol. Cuando ha tenido que hablar de su filosof¨ªa pol¨ªtica la ha definido como una mezcla del New Deal de Roosevelt y de la Teolog¨ªa de la Liberaci¨®n.
Cuando ha tenido que hablar de su filosof¨ªa pol¨ªtica la ha definido como una mezcla del New Deal de Roosevelt y de la Teolog¨ªa de la Liberaci¨®n
Eso s¨ª, de Blasio ha dejado claro que sabe pactar y resolver, y aunque su experiencia pol¨ªtica no incluye cargos de tanta responsabilidad como el que est¨¢ a punto de asumir ¨Ctrabaj¨® con el Departamento de Vivienda de la administraci¨®n Clinton y ocup¨® un esca?o en la Asamblea de la ciudad de Nueva York¨C, ha sabido ganarse tanto a los sindicatos como a los promotores inmobiliarios que a pesar de la hostilidad inicial, le han organizado algunos actos de campa?a. Ha templado su mensaje en las ¨²ltimas semanas y aunque tiene bien identificados los problemas de la clase media, y perfectamente articulada cual es su postura al respecto, no ha expuesto sus soluciones concretas para esta ciudad de 8 millones de habitantes, 300.000 funcionarios y un presupuesto de 700 millones de d¨®lares. Uno de los principales retos ser¨¢ renegociar los contratos de los trabajadores p¨²blicos, en el limbo desde hace 4 a?os, con los sindicatos. ?Qu¨¦ le queda de su pasado radical? ¡°Tengo el mismo deseo que los activistas de mejorar la vida de la gente¡±, ha afirmado. Lo mismo que el multimillonario Bloomberg.
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