Sandra Honor¨¦: ¡°El desacuerdo pol¨ªtico amenaza la estabilidad de Hait¨ª¡±
La jefa de la Misi¨®n de Naciones Unidas para la Estabilizaci¨®n de Hait¨ª urge al Estado haitiano a convocar elecciones parlamentarias y municipales
Minutos antes de que parta el helic¨®ptero que la llevar¨¢ con toda su comitiva a la poblaci¨®n de Les Cayes, madame Honor¨¦ hurga en su cartera en busca del carnet que desde julio pasado la acredita como jefa de la Misi¨®n de Naciones Unidas para Estabilizaci¨®n de Hait¨ª (Minustah). ¡°Lo habr¨¦ dejado en otro bolso. ?Tendr¨¦ problemas para abordar?¡± Sandra Honor¨¦ es la primera mujer, la primera caribe?a ¨Cnacida Tunapuna, Trinidad y Tobago, en 1955¨C, que asume la conducci¨®n de la misi¨®n civil y militar que en 2014 cumplir¨¢ diez a?os en Hait¨ª, procurando la paz que a¨²n no reina. Ya no son la guerra civil, ni los desastres naturales, ni la miseria las peores amenazas a la estabilidad del pa¨ªs m¨¢s pobre del hemisferio: es la incapacidad de los partidos y de los poderes p¨²blicos para lograr un acuerdo pol¨ªtico perdurable que garantice la alternabilidad en el poder, las rutinas democr¨¢ticas.
Madame Honor¨¦ hace inventario desde el aire de las ¨²ltimas noticias que reporta la prensa: m¨¢s sobre el constante desencuentro entre el Poder Legislativo y el Gobierno del presidente Michel Martelly que mantiene estancadas la aprobaci¨®n del presupuesto nacional y la convocatoria a las elecciones parlamentarias y municipales que debieron realizarse en diciembre de 2011. ¡°La mayor amenaza para la paz y la estabilidad ser¨ªa que no haya un acuerdo pol¨ªtico y un consenso sobre las elecciones, sobre el funcionamiento continuo del Parlamento despu¨¦s de enero de 2014. Y no queremos esta inestabilidad. El pa¨ªs ha hecho progresos en el campo socioecon¨®mico, ha dado pasos importantes hacia la democracia, hacia la consolidaci¨®n de un Estado donde reine el estado de derecho. De modo que hacemos todo lo posible para trabajar con las partes para llegar a este consenso pol¨ªtico¡±, dice Honor¨¦. Pero ni ella puede predecir cu¨¢ndo se realizar¨¢n los comicios para renovar la tercera parte del Senado y elegir nuevas autoridades municipales.
La actual mayor¨ªa de los senadores no simpatiza con Martelly y tampoco con los casos azules que desde hace cuatro meses comanda Honor¨¦. En mayo de este a?o la c¨¢mara alta demand¨® el retiro de la Misi¨®n de Naciones Unidas para la Estabilizaci¨®n de Hait¨ª y fij¨® el 28 de mayo de 2014 como fecha l¨ªmite para salidas. Pero ni las tropas ni los funcionarios se ir¨¢n: este 11 de octubre, el Consejo de Seguridad de la ONU resolvi¨® extender por un a?o el mandato de la misi¨®n. As¨ª ha ocurrido cada a?o, desde que el primer contingente de cascos azules lleg¨® a Hait¨ª el 29 de febrero de 2004, tras el derrocamiento y el exilio en Sud¨¢frica del presidente Jean Bertrand Aristide. Se prev¨¦ que as¨ª seguir¨¢ ocurriendo, al menos hasta 2016. ¡°Tenemos plena conciencia de la resoluci¨®n adoptada por el Senado haitiano pero la misi¨®n contin¨²a su trabajo de acuerdo al mandato del Consejo de Seguridad y de acuerdo con los deseos del Gobierno de Hait¨ª. El secretario general presentar¨¢ en marzo de 2014 algunas opciones para ver c¨®mo puede ser reconfigurada la misi¨®n¡±, responde la jefa de la Minustah.
Lo que est¨¢ abajo es la zona metropolitana de Puerto Pr¨ªncipe: el mosaico de favelas del barrio de Cit¨¦ Soleil, las casas de arena y zinc del barrio Carrefour Feuille, los cerros desmoronados de P¨¦tion-Ville, el estadio de f¨²tbol y enfrente, el gran parche de telas azules y blancas que forma uno de los 352 campamentos donde a¨²n viven 279.000 desplazados del terremoto que sacudi¨® la capital el 12 de enero de 2010.
¡°Hay todav¨ªa un trabajo de reconstrucci¨®n en curso. Se ha hecho cierto progreso f¨ªsico en el pa¨ªs, pero todav¨ªa hay mucho por hacer. Hait¨ª va a necesitar de mucho acompa?amiento para superar toda esta serie de tragedias que el pueblo ha tenido que vivir en los ¨²ltimos a?os¡±. En 2010, 60 pa¨ªses del mundo prometieron donar 9.900 millones de d¨®lares para reconstruir en una d¨¦cada todo cuanto estaba desecho en la isla. El env¨ªo de dinero a¨²n no ha sido completado. En su presupuesto de 576.619.000 d¨®lares anuales, la Misi¨®n de Naciones Unidas para la Estabilizaci¨®n de Hait¨ª no contempla ninguna partida para trabajos de reconstrucci¨®n. Es una misi¨®n de paz, no desarrollo, y el grueso de ese monto (262.728.800 d¨®lares) se utiliza para pagar a 6.270 soldados y 2.601 polic¨ªas; el plan de Honor¨¦ es reducir el contingente militar a 5.021 hombres en 2014.
Camino a Les Cayes, la capital del departamento del Sur, se abre un horizonte de r¨ªos vaciados por la tala, cubierto por una lana verde de pastos que acaba en playas id¨ªlicas de postal caribe?a que ning¨²n turista visita. Madame Honor¨¦ se reunir¨¢ all¨ª con el delegado departamental, con el jefe de polic¨ªa, con representantes del Ministerio de Turismo, con la prensa local, con el personal de Naciones Unidas y con las tropas de la armada de Uruguay y del ej¨¦rcito de Senegal acantonadas en la ciudad. Desde arriba todo parece inofensivo. Por el departamento del Sur circula el 20% de la droga traficada a trav¨¦s del Caribe y las carreteras del departamento vecino, Petit-Goave, est¨¢n tomadas por el crimen organizado. Desde la ca¨ªda de Aristide Hait¨ª no tiene Ej¨¦rcito y la Polic¨ªa Nacional, que suma 11.200 oficiales, es responsable de la seguridad. ¡°Nuestra meta es que hasta 2016 el personal efectivo de la PNH sea de 15.000 oficiales. No es una cifra ideal, pero ser¨ªa un gran avance en la preparaci¨®n de la polic¨ªa para apropiarse plenamente de la tarea de la seguridad en el territorio haitiano¡±. Cuando esto ocurra, las tropas de Naciones Unidas se ir¨¢n. Mientras tanto, madame Honor¨¦ alienta a los soldados: ¡°S¨¦ que su trabajo es arduo, que las circunstancias no son perfectas, pero los animo a continuar trabajando como contribuci¨®n a la paz de Hait¨ª y al desarrollo del pueblo haitiano¡±, les dir¨¢ madame Honor¨¦ a los soldados.
Las imperfecciones de la misi¨®n militar de la ONU en Hait¨ª se han mostrado p¨²blicamente en al menos dos grandes esc¨¢ndalos, en los ¨²ltimos cuatro a?os. El 10 de octubre fue consignada en Nueva York una denuncia contra la Minustah por infectar a Hait¨ª con la bacteria del c¨®lera, que en cuatro a?os ha matado m¨¢s de 8.412 personas y ha contagiado a otras 630.000, y que ya comienza a extenderse en el continente americano. ¡°No es la pr¨¢ctica de Naciones Unidas comentar p¨²blicamente los detalles que tienen que ver con este tipo de demanda¡±, responde Honor¨¦. ¡°Lo que puedo decir es que, desde el inicio de la epidemia en Hait¨ª, Naciones Unidas ha trabajado, no solo a trav¨¦s la Minustah sino con todas las agencias, programas y fondos, al lado del Ministerio de la Salud P¨²blica y de la Poblaci¨®n y de otras instituciones para tratar el asunto del c¨®lera en el pa¨ªs¡±.
Las denuncias por abusos sexuales son otro problema. En septiembre de 2011, seis soldados uruguayos fueron acusados de violar a un chico justo aqu¨ª, en la base militar Les Cayes; el presidente Jos¨¦ Mujica pidi¨® disculpas de inmediato y tras un juicio, los seis fueron hallados culpables: ¡°falta grave de servicio y desobediencia¡±. Para Honor¨¦, el caso de los marinos uruguayos es un modelo de c¨®mo deben manejarse este tipo de faltas: ¡°En cada caso de abuso sexual las personas reconocidas como responsables deben ser sancionadas de acuerdo a la ley aplicable, sea la haitiana o del pa¨ªs de origen de la persona, de acuerdo a los convenios establecidos entre Naciones Unidas y el Estado haitiano y entre Naciones Unidas y el Estado que contribuye con tropas, polic¨ªas o civiles que trabajen con la Minustah¡±.
Pero ahora los soldados uruguayos planean irse y tras de ellos, podr¨ªan abandonar Hait¨ª los nueve pa¨ªses de Am¨¦rica del Sur que concentran el 70% de las tropas de la Minustah. El presidente Mujica ha dicho este 15 de octubre que ni su Gobierno ni el de Brasil est¨¢n dispuestos a que sus tropas se conviertan en la ¡°guardia pretoriana¡± de un r¨¦gimen que no avanza en la convocatoria a elecciones, ni en la formaci¨®n de un cuerpo de polic¨ªa que se haga cargo de la seguridad del pa¨ªs. ¡°Si en diez a?os no hemos podido solventar estas cuestiones, el camino debe ser otro¡±, ha dicho el mandatario en su audici¨®n radial de la semana.
El jefe de polic¨ªa le agradece los dormitorios construidos con fondos de la Minustah en la comisar¨ªa de Les Cayes. Un coro de estudiantes de hoteler¨ªa le canta y muestra modelos en miniatura de las 300 habitaciones disponibles para el turismo. Los soldados uruguayos y senegaleses la despiden con una parada militar. En 34 a?os de carrera en el servicio diplom¨¢tico de Trinidad y Tobago, en la Comunidad del Caribe y en la Organizaci¨®n de Estados Americanos, nunca tuvo madame Honor¨¦ una exposici¨®n como la actual. Conoce cinco lenguas ¨Cingl¨¦s, franc¨¦s, creole, espa?ol y portugu¨¦s¡ªy desde que lleg¨® a Hait¨ª las usa, sobre todo, para escuchar: ¡°Uno vive la vida, estudia, trabaja y no piensa que va a terminar en este o aquel cargo. Tal vez ese trabajo discreto que tuve como embajadora y jefa de Gabinete del Secretario General Adjunto de la OEA me prepar¨® de cierta forma para lo que necesita hacerse en Hait¨ª, donde todav¨ªa la discreci¨®n es necesaria. Porque no todo puede dirimirse en p¨²blico antes del momento apropiado¡±.
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