El Tea Party brasile?o
El creciente poder de las Iglesias evang¨¦licas en Brasil impone una agenda cada vez m¨¢s conservadora en el pa¨ªs
En Brasil, el reino de Dios es cada vez m¨¢s de este mundo. Como ocurre en otras partes de Am¨¦rica Latina, el poder de las Iglesias evang¨¦licas y pentecostales, que funcionan como una especie de Tea Party a la brasile?a, est¨¢ alterando la pol¨ªtica. Hasta tal punto que la clase dirigente entona sus mejores plegarias cuando tiene que negociar temas espinosos con sus representantes en el Congreso, algo muy frecuente, incluso si est¨¢n a a?os luz de su ideolog¨ªa superconservadora.
Conocedores de su creciente poder, todos los partidos sue?an con tener en sus listas candidatos evang¨¦licos porque saben que sus seguidores, la mayor¨ªa pobres y poco cultivados intelectualmente, son mucho m¨¢s obedientes a la hora de seguir las ¨®rdenes de sus pastores en las elecciones que, por ejemplo, los cat¨®licos. ¡°Las fuerzas pol¨ªticas buscan tener evang¨¦licos en sus cuadros porque son un elemento sustantivo del electorado. Esa religi¨®n est¨¢ creciendo e interesa como masa electoral¡±, asegura Jo?o Paulo Peixoto, catedr¨¢tico de la Universidad de Brasilia. Por ejemplo, la mism¨ªsima presidenta Dilma Rousseff, cuando disput¨® las presidenciales en 2010 con el apoyo de su antecesor, Lula da Silva, tuvo que presentar un documento a los evang¨¦licos en el que se compromet¨ªa a no defender, si ganaba, la liberalizaci¨®n del aborto. De lo contrario, es muy probable que hubiese perdido.
La teolog¨ªa de la liberaci¨®n ha sido sustituida por la teolog¨ªa de la prosperidad, el te¨®logo Leonardo Boff por los predicadores televisivos, dicen los dem¨®cratas preocupados por la expansi¨®n de estas iglesias entre la clase C, las capas medias que se incorporan al consumismo, muy conservadoras pol¨ªticamente y a las que se les promete algo mejor que el para¨ªso: la curaci¨®n de las enfermedades mortales aqu¨ª en la tierra. Ya son 42 millones de fieles (una progresi¨®n imparable desde 1977, uno de cada cuatro brasile?os), repartidos, sobre todo, entre la Asamblea de Dios y la Iglesia Universal del Reino de Dios. En total, 71 congresistas (68 diputados y 3 senadores) y desde marzo la presidencia de la emblem¨¢tica e importante Comisi¨®n parlamentaria de Derechos Humanos y de las minor¨ªas a cuyo frente han situado a un personaje considerado hom¨®fobo y racista. Pero los esca?os no son suficientes, aspiran a tener el primer presidente evang¨¦lico de la historia.
¡°Dios tiene un gran proyecto de naci¨®n elaborado por ¨¦l mismo y es nuestra responsabilidad ponerlo en pr¨¢ctica¡±, ha confesado el obispo Edir Macedo, fundador de la poderosa Iglesia Universal, en su libro Plano de poder.
Al estilo estadounidense, Macedo es due?o de la TV Record, l¨ªder de audiencia despu¨¦s de la cadena de televisi¨®n Globo, y posee el cuarto grupo de comunicaci¨®n del pa¨ªs. Su iglesia, adem¨¢s, posee 23 emisoras de televisi¨®n, 40 estaciones de radio y una docena de editoriales propias.
¡°Dios, los cristianos y la pol¨ªtica neopentecostal del obispo Macedo, dan miedo¡±, asegura el periodista y director del grupo de comunicaci¨®n O Povo Plinio Bortolotti. ¡°Est¨¢ obcecado con el poder y tiene un plan para tomarlo. Parece un nuevo Mois¨¦s que est¨¢ convencido de actuar bajo las ¨®rdenes directas de Dios¡±.
Carlos Eduardo Calvani, de la Iglesia Anglicana en Brasil, va m¨¢s all¨¢. Seg¨²n ¨¦l, los evang¨¦licos brasile?os predican una pol¨ªtica muy parecida a la de los fundamentalistas isl¨¢micos, con la ¨²nica diferencia de que act¨²an dentro de una democracia. Con su sue?o de llegar al poder, podr¨ªan, en palabras de Calvani, llevar a Brasil a una especie de ¡°r¨¦gimen talib¨¢n evang¨¦lico¡±.
En un pa¨ªs aparentemente abierto, aunque de un conservadurismo latente, los evang¨¦licos se oponen, por ejemplo, a la laicidad del Estado, al aborto, al matrimonio gay, al uso de c¨¦lulas madre y a la despenalizaci¨®n del consumo de drogas. Sus miembros han conseguido estar presentes en 16 formaciones pol¨ªticas y han creado tres partidos propios: el Partido Republicano de Brasil (PRB), el Partido Social Cristiano (PSC) y el Partido de la Rep¨²blica (PR).
A las fuerzas evang¨¦licas se unen una serie de diputados alineados en el Frente de Defensa de la Vida y Preservaci¨®n de la Familia y de la Vida, con 192 parlamentarios, un 40% del Congreso, una fuerza que hasta ahora ha sido capaz de paralizar cualquier apertura en la aprobaci¨®n de leyes progresistas en esta materia. El Congreso no ha conseguido, por ejemplo, aprobar a¨²n la regularizaci¨®n del aborto, y la aprobaci¨®n del matrimonio entre homosexuales fue obra del Tribunal Supremo, que lo consider¨® constitucional.
Pero el mayor ¨¦xito de los evang¨¦licos ha sido sin duda el nombramiento como presidente de una de las Comisiones m¨¢s emblem¨¢ticas y delicadas del Congreso, la de Derechos Humanos y de las minor¨ªas del pastor evang¨¦lico de 40 a?os, Marco Feliciano, figura pol¨¦mica y enemigo n¨²mero uno del movimiento gay. Feliciano defiende, Biblia en mano, que Dios cre¨® al ser humano ¡°var¨®n y hembra¡± y que no puede existir un ¡°tercer sexo¡±. El pastor ha llegado a afirmar que los africanos llevan encima una ¡°maldici¨®n divina¡± desde los tiempos de No¨¦ que les hace ser negros y pobres.
Haber conquistado la Comisi¨®n de Derechos Humanos del Congreso fue considerado por el columnista pol¨ªtico de Folha de S?o Paulo, Janio de Fretas, como el ¡°primer bloque org¨¢nico, ideol¨®gicamente bien definido y poderoso¡± en el Congreso por parte de los evang¨¦licos. ¡°Estamos en el camino hacia una Rep¨²blica teocr¨¢tica¡±, dice el escritor Luiz Manfredini.
Feliciano ya ha anunciado que se presentar¨¢ al Senado y proclama ante sus fieles, muchas veces en actos multitudinarios que re¨²nen a m¨¢s de cien mil personas, entre cantos y exclamaciones religiosas, que su meta tambi¨¦n es llegar a conquistar la Presidencia de la Rep¨²blica. Con la Biblia levantada en alto y mientras sus seguidores lloran y rezan, Feliciano profetiza: ¡°En el nombre y la paz de Cristo, un evang¨¦lico llegar¨¢ a ser presidente de Brasil¡±.
Feliciano fund¨® hace cinco a?os su propia Iglesia dentro de la Asamblea de Dios. En 2010, fue elegido diputado en S?o Paulo con el mayor n¨²mero de votos frente a los otros candidatos evang¨¦licos. A los 13 a?os era cat¨®lico, incluso ejerci¨® de monaguillo. Abraz¨® la nueva fe tras dejar las drogas.
Poderes terrenales
La fuerza del movimiento no disminuye, a pesar de que los diputados evang¨¦licos han sido denunciados muchas veces ante la justicia por corrupci¨®n. En 2003, 23 de ellos se vieron envueltos en la llamada ¡°Mafia de las sanguijuelas¡± y fueron llevados ante los tribunales.
Ahora mismo, el 50% de los congresistas evang¨¦licos est¨¢n bajo acusaciones judiciales por varios cr¨ªmenes que van desde la corrupci¨®n activa y pasiva al blanqueo de dinero, pasando por la evasi¨®n de divisas y delitos contra el fisco.
Sin embargo, la fe de sus seguidores en ellos pasa por encima de todas las acusaciones. Cuando llegan las elecciones, no existe candidato que no desee el apoyo de los millones de fieles evang¨¦licos con sus cientos de centros de propaganda que van desde los templos a las antenas de radio y televisi¨®n.
Si un d¨ªa se cumpliera su sue?o, Brasil dejar¨ªa, dicen los analistas pol¨ªticos, de ser un Estado laico, cuya segunda o primera Constituci¨®n ser¨ªa la Biblia, que es ya el libro que enarbola Feliciano en la comisi¨®n que preside, olvid¨¢ndose de la Carta Magna a la que considera supeditada a los libros sagrados.
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