Un juez que conden¨® al exdirector del Banco de Brasil justifica su fuga
"Es natural que la persona intente escapar, sobre todo conociendo las condiciones inhumanas de nuestros penales", dice Marco Aurelio Mello
Mientras la Interpol busca pistas en Italia para detener al exdirector del Banco de Brasil (BB), Henrique Pizzolato, fugitivo despu¨¦s de haber sido condenado en el proceso de corrupci¨®n del mensal?o a 12 a?os de c¨¢rcel por el Supremo Tribunal Federal (STF), uno de los magistrados que lo conden¨®, Marco Aurelio Mello, ha sorprendido al justificar su fuga debido a la situaci¨®n en que se vive en las c¨¢rceles de este pa¨ªs.
¡°Necesitamos entender la angustia de quien es condenado. Es natural que la persona intente escapar, sobre todo conociendo las condiciones inhumanas de nuestros penales¡±, dijo Mello, y a?adi¨®: ¡°Se sirvi¨® (Pizzolato), quiz¨¢s de su doble nacionalidad para huir de Brasil y verse libre de lo que le supondr¨ªa entrar en una de nuestras c¨¢rceles¡±. El magistrado tambi¨¦n justific¨® la fuga por el hecho de que Brasil ¡°tiene fronteras muy largas y abiertas, lo que propicia episodios de esta naturaleza¡±.
La referencia del magistrado al estado de las c¨¢rceles brasile?as no ha extra?ado, ya que hace solo unos meses, el ministro de Justicia, Eduardo Cardozo, lleg¨® a decir: "Preferir¨ªa morir a tener que pasar muchos a?os en una de nuestras c¨¢rceles", que calific¨® de "medievales".
La Polic¨ªa Federal sigue el rastro de la fuga del exdirector del BB desde que, una noche hace seis semanas, lo vieron salir con tres grandes maletas de su piso de Copacabana (R¨ªo de Janeiro). Las ¨²ltimas pistas apuntan a que pas¨® la frontera de Paraguay en coche con documentos falsos y que acab¨® en Italia, pa¨ªs en que tiene familia y posee la nacionalidad. No hay confirmaci¨®n oficial de su paradero.
Las posibilidades de extradici¨®n de Pizzolato ser¨ªan casi nulas. El Gobierno de Brasil se conformar¨ªa con que el exbanquero pueda ser procesado en Italia por los mismos cr¨ªmenes por los que fue condenado aqu¨ª: corrupci¨®n pasiva, blanqueo de dinero y peculado por haber desviado ilegalmente 77 millones de reales (unos 33,3 millones de d¨®lares) del BB para el esquema de corrupci¨®n del mensal?o.
Lo que empieza a preocupar son dos noticias que aparecen en la prensa. La primera es que Pizzolato se sinti¨® abandonado por su partido, el PT, que solo le habr¨ªa demostrado solidaridad cuando su condena era irrerversible -al rev¨¦s de lo que habr¨ªa hecho con los condenados pol¨ªticos-. La otra noticia es que sus familiares han difundido que el exdirector del BB se llev¨® junto con sus ropas ¡°un fajo de documentos secretos¡± que podr¨ªa usar un d¨ªa si volviera a verse abandonado de nuevo.
Pizzolato -que hab¨ªa sido hasta ahora un personaje casi burocr¨¢tico, sin historia p¨²blica- empieza a despertar la curiosidad de la calle por ser capaz de burlar al Supremo, a la Polic¨ªa y al mismo Gobierno. La prensa pone de relieve una caracter¨ªstica poco conocida del personaje: su gran devoci¨®n a v¨ªrgenes y santos. Cat¨®lico por herencia familiar, desde que se descubri¨® el mensal?o iba a misa todos los d¨ªas a la Iglesia de Nuestra Se?ora de Copacabana. El despacho de su casa, cuya foto publica este jueves el diario O Globo, es una especie de santuario con im¨¢genes de San Francisco, dos de la Virgen Mar¨ªa, otra del arc¨¢ngel San Gabriel y siete rosarios colgados en la pared. Desde de su fuga, uno de los clavos que sosten¨ªan los rosarios est¨¢ vac¨ªo. Cuando a¨²n pod¨ªa viajar, Pizzolato peregrinaba a los Santuarios de Lourdes y F¨¢tima y? una vez complet¨® el Camino de Santiago.
?ltimamente, a pesar de ser cat¨®lico practicante, Pizzolato frecuentaba el centro Espiritista Engenho Novo, una confesi¨®n religiosa que en Brasil tiene muchos adeptos entre empresarios y banqueros.
Pizzolato fue seminarista antes de trabajar en banca. Justamente en el mismo seminario en que? estuvo el hoy ministro de la Secretar¨ªa General de la Presidencia de la Rep¨²blica, Gilberto Carvalho, que ya hab¨ªa sido Jefe de Gabinete del expresidente Luiz In¨¢cio Lula da Silva.
La devoci¨®n a santos y v¨ªrgenes en Brasil es conocida entre los pol¨ªticos. Sus despachos en el Congreso suelen estar llenos de estatuas religiosas. La presidenta Dilma Rousseff, agn¨®stica, tiene en su sala de espera varias estatuas de v¨ªrgenes a las que llama ¡°santas¡±, al estilo de muchos brasile?os. Y su antecesor, Lula, conservaba sobre su mesa de trabajo un crucifijo de madera de dos metros de altura, que hab¨ªa recibido de regalo.
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