Alec Reid, el sacerdote que medi¨® ante el IRA y ETA
Su imagen rezando ante un soldado linchado durante un funeral del IRA se convirti¨® en un icono de la violencia en el Ulster
Fue una figura clave en el proceso de paz de Irlanda del Norte y medi¨® tambi¨¦n en las conversaciones para el cese de la violencia de ETA en Euskadi. El sacerdote cat¨®lico Alec Reid, fallecido ayer a los 82 a?os en un hospital p¨²blico de Dubl¨ªn, tendi¨® puentes entre el IRA y los pol¨ªticos que durante los a?os ochenta buscaban una salida al conflicto, aproxim¨® posiciones entre los duros y los moderados del movimiento republicano y acab¨® ejerciendo de testigo del desarme del Ej¨¦rcito Republicano Irland¨¦s. Reid fue fundamentalmente un hombre de paz que logr¨® ganarse la confianza de todas las partes enfrentadas y encarrilar el camino hacia el fin de tres d¨¦cadas de violencia que provoc¨® m¨¢s de 3.500 muertes en la provincia.
El religioso fue protagonista de una de las im¨¢genes m¨¢s ic¨®nicas del conflicto norirland¨¦s, cuando en 1988 y en plena escalada de la violencia, fue fotografiado rezando ante el cuerpo de uno de los dos soldados brit¨¢nicos asesinados ¡ªcuyo linchamiento previamente hab¨ªa intentado evitar¡ª durante un funeral en Belfast de combatientes del IRA. Fue un gesto valiente por parte de este sacerdote cat¨®lico, miembro de la orden Redentorista, que a lo largo de cuarenta a?os desempe?¨® su ministerio en el monasterio Clonard del norte de la convulsa ciudad. Su tremenda fe, fortaleza y convicciones le merecieron generalmente el respeto de las dos comunidades enfrentadas en Irlanda del Norte, cat¨®licos y protestantes.
El monasterio de Clonard fue ayer descrito como ¡°la cuna del proceso de paz¡± por el propio Gerry Adams, antiguo miembro del IRA y presidente de su brazo pol¨ªtico, el Sinn Fein. Fue all¨ª donde Alec Reid auspici¨® las conversaciones secretas de Adams con el l¨ªder de los nacionalistas moderados (SDLP), John Hume, a finales de los ochenta, para comenzar a dise?ar una estrategia negociadora y crear las condiciones que facilitar¨ªan un alto el fuego del IRA en 1994. ¡°Sin su coraje, determinaci¨®n y falta de ego¨ªsmo el camino de la paz hubiera sido mucho m¨¢s largo y dif¨ªcil¡±, ha subrayado Hume ¡ª¨¦l mismo Premio Nobel de la Paz¡ª sobre el sacerdote cat¨®lico nacido en el condado de Tipperary, en la Rep¨²blica de Irlanda.
Reid era fotografiado a menudo junto a Gerry Adams, de quien fue confidente durante los a?os primigenios del proceso de paz. Tras la firma del Acuerdo de Viernes Santo, en abril de 1998, el religioso sigui¨® muy vinculado a los esfuerzos para que la banda armada abandonara la violencia de forma definitiva y se adhiriera a la v¨ªa democr¨¢tica. Cuando el IRA accedi¨® finalmente al decomiso de sus armas, en 2005, Reid actu¨® de testigo, junto al reverendo protestante Harold Good, de ese proceso supervisado por la Comisi¨®n Internacional Independiente de Desarme.
¡°Todos tenemos una deuda de gratitud con ¨¦l por su papel en el proceso de reconciliaci¨®n¡±, ha subrayado la ministra brit¨¢nica para Irlanda del Norte, Theresa de Villiers, como tributo a un personaje fundamental que siempre eludi¨® la luz p¨²blica para no frustrar su trabajo como mediador tambi¨¦n entre el IRA y el Gobierno brit¨¢nico. Solo una vez rompi¨® esa discreci¨®n y esp¨ªritu conciliador, en octubre de 1995, generando gran controversia: al verse acosado por el familiar de una v¨ªctima protestante compar¨® el trato que los unionistas dispensaban a los cat¨®licos con el de los nazis respecto a los jud¨ªos. Reid se retract¨® luego y pidi¨® disculpas.
A partir de 2002, Reid ofreci¨® su experiencia en la resoluci¨®n de conflictos en otras partes del mundo, sobre todo en el Pa¨ªs Vasco, donde residi¨® peri¨®dicamente y mantuvo contactos con todos los partidos, aunque no careci¨® de cr¨ªticos que le reprochaban una cercan¨ªa excesiva al entorno del nacionalismo radical.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.