Felices pactos
En este acuerdo, en el que todos ganan porque todos ceden, ha contado ante todo la voluntad pol¨ªtica: la de Obama y la de Rohan¨ª
Netanyahu dice que es un ¡®mal acuerdo¡¯, pero todo el mundo sabe, incluso los halcones israel¨ªes, saud¨ªes e incluso estadounidenses, que es un acuerdo ¨²til y beneficioso para todos, tambi¨¦n para quienes lo denigran, y que por eso es el mejor acuerdo al alcance de la mano, y por tanto un muy buen acuerdo que abre el camino al acuerdo definitivo.
?La prueba de que no se sostiene la tesis de Netanyahu es que con este acuerdo se consigue pac¨ªficamente lo que se hubiera intentado conseguir por las armas. Seg¨²n los expertos, un bombardeo de las instalaciones nucleares, por preciso y bien planificado que estuviera, solo conseguir¨ªa retrasar durante unos pocos a?os el programa nuclear, quiz¨¢s dos o tres, pero Ir¨¢n volver¨ªa al poco tiempo a situarse en el actual nivel de fabricaci¨®n de combustible considerado peligroso.
?Pues bien, con la eliminaci¨®n de parte del uranio enriquecido a m¨¢s del 20%, la disminuci¨®n del nivel de enriquecimiento del 20 al 5% (inocuo este ¨²ltimo a efectos militares), la congelaci¨®n del n¨²mero de centrifugadoras activas y la paralizaci¨®n de la actividad en el reactor de plutonio de Arak, que es todo lo acordado en Ginebra en la madrugada del domingo, ya se consigue el efecto de retrasar el entero camino hacia la obtenci¨®n del arma nuclear sin disparar ni un solo tiro.
?Los seis meses del acuerdo provisional son buenos en s¨ª mismos, pero lo son tambi¨¦n porque eliminan el riesgo b¨¦lico que abrir¨ªa el bombardeo contra Ir¨¢n, adem¨¢s de constituir el camino para la neutralizaci¨®n definitiva con un acuerdo final, que se quiere obtener en el plazo del pr¨®ximo a?o. Har¨¢n de escrupulosos vigilantes quienes se han opuesto hasta ahora: Israel y Arabia Saud¨ª por razones existenciales, es decir, por p¨¦rdida de palancas geopol¨ªticas en la regi¨®n; Francia, por sus reflejos de antigua superpotencia; y los halcones del Congreso estadounidense por su permanente marcaje de los poderes presidenciales.
?Pero la desconfianza servir¨¢ tambi¨¦n para convencer a los halcones iran¨ªes que recelan del acuerdo. Con sonrisas de satisfacci¨®n en Jerusal¨¦n, Riad y Washington le hubiera sido m¨¢s dif¨ªcil a Rohan¨ª vender las concesiones a los duros del r¨¦gimen. No hay perdedores, aunque algunos disimulen. Las p¨¦rdidas que puedan registrar Israel e Ir¨¢n, que son geopol¨ªticas, son anteriores y se dar¨¢n en cualquier caso. Habr¨¢ perdedores, todos otra vez, si no se alcanza el acuerdo definitivo.
?Este final feliz, aunque todav¨ªa provisional, tiene beneficios monetizables. Seguro que han contado los 7.000 millones de d¨®lares en activos congelados que ir¨¢n a bolsillos iran¨ªes en las pr¨®ximas semanas y el ahorro en presupuesto militar que har¨¢n EE UU e Israel al excluir un ataque. Pero ha contado, ante todo, la voluntad pol¨ªtica: de Obama y de Rohan¨ª. Hay datos ya sobre una v¨ªa de negociaci¨®n secreta anterior a las elecciones presidenciales iran¨ªes, que no puede gustar a quienes abominan de la moderaci¨®n, a los enemigos de los felices pactos en los que todos ganan porque todos ceden.
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