Medio Brasil es hermano de Mandela
Brasil tiene una deuda especial con Nelson Mandela porque no es posible entender a este pa¨ªs sin la contribuci¨®n que le hizo ?frica, con los millones de esclavos llegados a su suelo. Hoy la mitad de los brasile?os son gente negra o de color, que lleva en sus venas la sangre de los antiguos esclavos africanos.
Por ello, medio Brasil se siente hoy hermano del pacifista negro que fue capaz de dar al mundo la lecci¨®n de que es con el perd¨®n y no con la guerra, con el di¨¢logo y no con la discriminaci¨®n, como se pueden resolver los problemas de racismo sin un nuevo derramamiento de sangre provocado por odios ancestrales.
Brasil ser¨ªa otro pa¨ªs sin la llegada a su suelo de millones de esclavos africanos que acabaron mezclando su sangre con los nativos. Es una historia ambivalente, de tragedia y de riqueza al mismo tiempo. La vida de los esclavos negros no fue f¨¢cil en este pa¨ªs donde la esclavitud fue la ¨²ltima en ser abolida en todo el mundo (en 1888). Una historia de dolor y al mismo tiempo de enriquecimiento. L¨¢grimas y cultura se mezclaron en un abrazo ti?endo a esta tierra de una cultura africana de la que pocos otros pa¨ªses gozan.
Los soci¨®logos aseguran que la esclavitud no ha acabado; que los esclavos de ayer, dejados a su suerte sin educaci¨®n al conquistar su libertad, siguen sufriendo el estigma de ser considerados inferiores. Y es cierto que en Brasil la convivencia entre blancos y negros?a¨²n no es pac¨ªfica, porque estos ¨²ltimos contin¨²an ocupando los puestos m¨¢s bajos del trabajo y de la escala social.
Sin embargo, el esp¨ªritu de lucha de?Mandela para abolir las diferencias, para tratar de vivir y trabajar juntos en vez de guerrear, ha ido creciendo en el pa¨ªs donde, sobre todo en los ¨²ltimos a?os e impulsadas por el expresidente Lula da Silva, se han llevado a cabo pol¨ªticas de gran relieve a favor de la clase negra, que ha continuado la presidenta Dilma Rousseff, sea a trav¨¦s de las cuotas reservadas a los mismos, sea introduciendo en las escuelas el estudio obligatorio de la historia de ?frica y de los esclavos que llegaron hasta aqu¨ª para que la sociedad vaya tomando conciencia de la deuda que el pa¨ªs tiene con el mundo de ?frica Negra.
Ser¨ªa imposible entender hoy una parte de Brasil sin la cultura, las costumbres, los ritos y hasta la gastronom¨ªa aportada por los antiguos esclavos.
Justamente, en este momento, la sociedad brasile?a aplaude por donde pasa el magistrado negro, Joaquim Barbosa, que con su actitud durante?el esc¨¢ndalo de corrupci¨®n pol¨ªtica del mensal¨¢o?fue capaz de devolver la esperanza de una justicia menos elitista y mas igualitaria. Adem¨¢s de haber sido designado por Lula para el Supremo.
Hace unos a?os no solo habr¨ªa sido imposible que un negro presidiera la Suprema Corte de Justicia del pa¨ªs, sino que consiguiera el consenso, el aplauso y la simpat¨ªa de la mayor parte de la poblaci¨®n.
Y la figura de Nelson Mandela, que de guerrillero militar supo convertir su vida en una guerrilla por el pacifismo y el perd¨®n entre hermanos de diferente color, no es ajena a este despertar brasile?o hacia una mayor conciencia de la dignidad de los negros.
De alguna forma, los brasile?os negros sienten suyo al l¨ªder africano cuya muerte hoy lloran todos los que apuestan por el di¨¢logo y el encuentro, m¨¢s que por la las contiendas que prefieren mantener encendidas las cenizas de los viejos odios del racismo tan dif¨ªcil de eliminar.
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