Los beduinos de Israel luchan por sus tierras ancestrales
El gobierno de Netanyahu quiere recolocar a unos 40.000 ¨¢rabes que viven en 38 villas ilegales Recientes protestas han tomado un cariz violento y han acabado con numerosos arrestos
Las 22 familias que conforman la villa de Al Araqib, en el desierto israel¨ª del Negev, viven hoy api?adas junto a su cementerio. No por decisi¨®n propia. El gobierno ha destruido sus hogares, total o parcialmente, en 62 ocasiones a lo largo de los a?os y les ha empujado all¨ª. De lo que eran sus casas de cemento s¨®lo quedan hoy escombros junto a un barranco. Las han sustituido caba?as de madera, lat¨®n y pl¨¢stico. Cultivaban olivos, pero los soldados los talaron. Un peque?o reba?o de ovejas y unos cuantos caballos se han salvado y viven en establos improvisados. Al Araqib es una de las 38 villas consideradas ilegales en el desierto del sur de Israel, lejos de escuelas u hospitales, con el agua tra¨ªda en bidones y la electricidad, si la hay, tomada de paneles solares o desviada del tendido p¨²blico.
¡°Me han deportado 150 metros¡±, se queja, casi sin aliento, Ismael Abu Negim, de 75 a?os, en una caba?a de madera en la que vive junto a su mujer y cuatro hijos, junto a un redil con 40 cabras. Padece de asma, agravado, cuenta, desde que los soldados rociaron unos campos cercanos con herbicida. Su familia vive en Al Araqib desde mucho antes de que se creara el Estado de Israel. Su padre naci¨® aqu¨ª. Su abuelo tambi¨¦n. ¡°No hay futuro para nosotros en Israel. Es un pa¨ªs de tiranos. No nos respetan, nos tratan peor que a los animales¡±, dice.
El gobierno de Israel ha aprobado un plan para recolocar a los 40.000 beduinos que viven en estas 38 villas ilegales en centros urbanos ya existentes o de nueva creaci¨®n. A los afectados les compensar¨¢ con tierras y dinero. La mayor¨ªa de beduinos israel¨ªes habitan en el desierto del Negev, en 18 localidades reconocidas y con las condiciones b¨¢sicas de habitabilidad. La mayor, Rahat, est¨¢ s¨®lo un kil¨®metro al oeste de Al Araqib y tiene 55.000 habitantes. El congreso est¨¢ considerando ahora el plan impulsado por el ejecutivo y debe someterlo a votaci¨®n.
El plan de evacuaci¨®n de las villas beduinas ha provocado una serie de protestas que en las semanas pasadas se han intensificado y han tomado un cariz violento. En una jornada de manifestaciones en varios puntos del pa¨ªs, a finales de noviembre, se lanzaron piedras y bombas incendiarias a la polic¨ªa, que acab¨® arrestando a 28 personas.
¡°Hemos entrado en una fase violenta debido a las provocaciones de la polic¨ªa. Nuestra intenci¨®n es mantener las protestas pac¨ªficas, pero el gobierno ha decidido aplastar nuestras manifestaciones con un uso excesivo de la fuerza¡±, dec¨ªa el jueves Thabet Abu Ras, director de Adalah, el centro legal para la minor¨ªa ¨¢rabe de Israel, en una manifestaci¨®n en Beersheva, una ciudad en el Negev. ¡°El gobierno tiene un plan. Est¨¢ decidido a imponerlo. Y va a emplear la fuerza contra quienes se le opongan. Ese plan se llama judaizar el Negev, demoler villas beduinas para construir localidades jud¨ªas¡±.
Estiman los activistas que Israel tiene la intenci¨®n de construir en el Negev 15 nuevas localidades para que en ellas habiten ciudadanos jud¨ªos. El mes pasado el ejecutivo de Benjam¨ªn Netanyahu aprob¨® la creaci¨®n de la localidad de Hiran, que tendr¨¢ 2.500 viviendas, en su mayor¨ªa para jud¨ªos religiosos, construidas en parcelas donde en el pasado hubo dos asentamientos beduinos, Umm al Hiran y Atir.
En 2008 el entonces primer ministro Ehud Olmert cre¨® un comit¨¦ para resolver el problema de la tierra en el Negev, despu¨¦s de que el estado israel¨ª recibiera 3.200 demandas de beduinos que reclamaban como propias 80.000 hect¨¢reas, un 6% de todo el desierto. Despu¨¦s de un lustro de investigaciones y negociaciones, fue Netanyahu quien ofreci¨® a los beduinos un compromiso: reubicarse en centros urbanos y recibir compensaci¨®n monetaria por ello. La cantidad que se estudia en este momento es de unos 417 millones de euros.
¡°No se trata de una recolocaci¨®n, sino de una regularizaci¨®n de los beduinos en la misma ¨¢rea en la que viven ahora, pero en lugar de la pobreza y los poblados chabolistas desperdigados en el Negev, pensamos establecer comunidades especiales que sean sostenibles para mejorar su calidad de vida¡±, asegura Doron Almog, responsable de la aplicaci¨®n del plan aprobado por el Gobierno israel¨ª. ¡°Se trata de priorizar su acceso a unas viviendas adecuadas, escuelas de primaria, guarder¨ªas y el sistema sanitario¡±.
Esos planes no convencen a los afectados. Aziz Alturi, de 37 a?os y residente tambi¨¦n de Al Araqib, duerme ahora frente a la comisar¨ªa de polic¨ªa de Rahat, en protesta contra las constantes demoliciones de su vivienda y la de sus familiares y vecinos. ¡°Hacen muchas promesas. Dicen que nos van a recolocar en siete pueblos. ?Pueblos? Eso no son pueblos. Son campos de refugiados. All¨ª no hay f¨¢bricas, no hay trabajo. El desempleo en esas villas beduinas es de m¨¢s del 40%¡±, dice.
Alturi tiene, como los dem¨¢s beduinos, pasaporte israel¨ª. Cuando se declar¨® la independencia del Estado, en 1948, viv¨ªan en el Negev unos 60.000. Hoy son 200.000, que han dejado atr¨¢s, en la memoria colectiva, los a?os de nomadismo y pastoreo. A muchos lo que les queda de su identidad es su preferencia por vivir en estas villas rurales, donde renuncian a las comodidades de la vida moderna por vivir en la tierra de sus ancestros. Alturi a¨²n pasea a diario por lo que fue la villa de Al Araqib. Hoy el viento barre los restos de unas chabolas destruidas repetidamente. Monta?as de cemento hecho a?icos y azulejos rotos indican donde estaba antes su hogar. ¡°Esta es nuestra democracia en Israel¡±, dice. ¡°Es democracia s¨®lo para los jud¨ªos¡±.
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