M¨¢s de 93.000 filipinos siguen en refugios un mes despu¨¦s del tif¨®n Haiyan
Las escuelas han reabierto pero urge restablecer el suministro de electricidad y de agua potable
Algunos filipinos de la isla de Leyte han podido empezar a plantar arroz porque sus parcelas no resultaron contaminadas por el agua salada y porque han recibido semillas. Los chavales han vuelto a clase, aunque muchas escuelas son a¨²n refugios para familias que perdieron sus hogares. Y vuelve a haber atascos en las calles de Tacloban aunque a¨²n hay toneladas de escombros sin recoger. Todav¨ªa har¨¢ falta mucho esfuerzo y tiempo para que las zonas m¨¢s afectadas por el supertif¨®n Haiyan -uno de los m¨¢s potentes de la historia- que azot¨® Filipinas hace un mes vuelvan a ser lo que eran aquel 8 de noviembre pero los signos de normalizaci¨®n que describen dos trabajadores humanitarios espa?oles desde sendos puntos de la isla son evidentes.
El desastre se puede resumir en cinco cifras recopiladas en el ¨²ltimo informe de OCHA (la agencia de la ONU que coordina los asuntos humanitarios). Primero, las que afectan a los vivos: 15 millones de personas afectadas (de una poblaci¨®n que suma 99 millones), cuatro millones de desplazados, 1,2 millones de viviendas destruidas o da?adas por aquellos vientos de m¨¢s de 300 kil¨®metros por hora con rachas de 378 y que fueron seguidos por una especie de tsunami que result¨® lo m¨¢s devastador y mort¨ªfero. Segundo, los muertos: 5.759 personas fallecieron y otras 1.770 personas est¨¢n todav¨ªa desaparecidas.
¡°Las prioridades en las ¨¢reas m¨¢s afectadas contin¨²an siendo necesidades primarias: refugio, agua, atenci¨®n sanitaria y suministros b¨¢sicos para el hogar¡±, explica desde Manila por correo electr¨®nico Roger Alonso, el jefe de la delegaci¨®n de la Cruz Roja Espa?ola en Filipinas. M¨¢s de 93.000 personas siguen acogidas en centros de evacuaci¨®n, seg¨²n OCHA.
La log¨ªstica es todav¨ªa el gran quebradero de cabeza de las autoridades y las ONG que trabajan para paliar los efectos de este desastre, que ha afectado a una zona muy extensa repartida en seis islas del pa¨ªs-archipi¨¦lago. La ONU reconoce que a¨²n existen dificultades para hacer llegar la ayuda humanitaria a las zonas m¨¢s remotas y que posiblemente los supervivientes que viven a lo largo de las v¨ªas de comunicaci¨®n est¨¢n recibiendo m¨¢s ayuda de la que les corresponder¨ªa. Naciones Unidas solicit¨® 254 millones de euros para los afectados de Haiyan (Yolanda lo denominan los filipinos) pero solo ha recaudado la mitad.
Ese dinero sirve, entre otros much¨ªsimos cometidos, para comprar y distribuir arroz a los supervivientes. En algunos lugares el problema es conseguir comida; en otros es que la clientela pueda pagarla. ¡°El mercado de Tacloban est¨¢ lleno de productos y de puestos; hay verduras y otros productos tra¨ªdos de pueblos m¨¢s lejanos, pero los precios de han triplicado¡±, cuenta por tel¨¦fono desde la ciudad epicentro y s¨ªmbolo del desastre, Daniel Burgui, el responsable de prensa de Acci¨®n contra el Hambre. Burgui, que lleva all¨ª desde el principio de la emergencia, ha visto la evoluci¨®n. ¡°Todav¨ªa no hay luz, el toque de queda sigue vigente aunque no le hacen mucho caso, los chavales han vuelto a la escuela aunque faltan profesores, hay tel¨¦fono, las empresas han colocado puestos para cargar los m¨®viles, hay cinco gasolineras funcionando... hay avances pero por ejemplo todos los barrios costeros son escombreras¡±, precisa.
Decenas de ONG de todo el mundo siguen sobre el terreno. Tienen tarea para muchos meses. Estos son algunos ejemplos de ONG espa?olas. La distribuci¨®n de agua potable es una de las prioridades para Cruz Roja Espa?ola, cuyos miembros han llevado plantas potabilizadoras m¨®viles y han abierto puntos de reparto de agua potable en varias localidades. Acci¨®n contra el Hambre tambi¨¦n tambi¨¦n distribuye agua limpia, ha levantado tiendas para ayudar a madres traumatizadas a recuperar la lactancia, ha construido letrinas o repartido kits de higiene. Los t¨¦cnicos de M¨¦dicos del Mundo est¨¢n dedicados sobre todo al restablecimiento de los servicios sanitarios, explica Tina Mi?ana por tel¨¦fono desde Ormoc, ciudad portuaria en la isla de Leyte. ¡°El hospital regional ha estado abierto todo el tiempo pero est¨¢ muy da?ado. Estamos ayudando a reparar la infraestructura, reponer los equipos y dar apoyo a la direcci¨®n¡±, detalla.
Recalca el delegado de Cruz Roja Espa?ola que ¡°a medio y largo plazo hace falta facilitar el acceso a la poblaci¨®n afectada a alojamiento seguro y resistente a desastres naturales [tifones y terremotos] y por otro lado facilitar la recuperaci¨®n de medios de vida¡±. Que los pescadores tengan barcos y redes para salir a faenar o que los campesinos tengan semillas y recuperen los campos para cultivar.
Ya se ha puesto en marcha en Tacloban alg¨²n programa de los denominados Efectivo a cambio de trabajo: una fundaci¨®n budista paga a los vecinos que perdieron su empleo a cambio de que recojan escombros en las calles, relata Burgui. El resultado es doble: los supervivientes tienen dinero para comprar lo que necesitan y se avanza en las tareas de limpieza y reconstrucci¨®n.
Cuenta el miembro de Acci¨®n contra el Hambre que est¨¢n regresando muchas de las familias que huyeron, en aviones del Ej¨¦rcito estadounidense y en ferries atestados rumbo a islas vecinas. Su ausencia facilit¨® las primeras tareas de limpieza pero ahora son muy necesarios porque las ONG buscan entre los locales trabajadores cualificados y no cualificados para poner en marcha sus programas. Necesitan ingenieros, trabajadores sociales, enfermeras, psic¨®logos, etc¨¦tera.
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