Martha Frayde, una luchadora a la que Castro no dobleg¨®
Miembro de primera hora de la revoluci¨®n cubana, fund¨® el Comit¨¦ Pro Derechos Humanos tras convertirse en una de las disidentes m¨¢s respetadas
Martha Frayde Barraqu¨¦ (La Habana, 1920), fundadora del Comit¨¦ Pro Derechos Humanos en Cuba y una de las activistas m¨¢s respetadas de la emigraci¨®n cubana, muri¨® el pasado mi¨¦rcoles en Madrid a la edad de 93 a?os. Frayde, ginec¨®loga de formaci¨®n, se licenci¨® en 1946 ampli¨® estudios en las universidades de McGill y Montreal en Canad¨¢. De regreso a Cuba, particip¨® activamente en el Partido Ortodoxo que lideraba Eduardo Chib¨¢s, integr¨¢ndose en la d¨¦cada de los cincuenta en la lucha clandestina contra Fulgencio Batista, etapa en la que conoce estrechamente a Fidel Castro. Al triunfo de la revoluci¨®n de 1959, Frayde fue propuesta para ser ministra de Bienestar Social del Gobierno revolucionario, cargo que rechaz¨®. Castro personalmente la nombr¨® directora del Hospital Nacional y de la Escuela de Enfermer¨ªa de La Habana, que Frayde moderniz¨® y remodel¨® de acuerdo a su experiencia norteamericana. Despu¨¦s, Castro la nombr¨® embajadora ante la Organizaci¨®n de las Naciones Unidas para la Educaci¨®n, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) con sede en Par¨ªs, donde la sorprende la crisis de los misiles y comienza su ¡°crisis espiritual de ruptura¡±.
Frayde renunci¨® a voluntariamente a su cargo diplom¨¢tico en 1965, cuando ve el rumbo autoritario y represivo que toman los Castro y toda la c¨²pula ya declaradamente marxista-leninista. Inmediatamente regresa a La Habana y su postura cr¨ªtica es duramente reprimida por el r¨¦gimen. Frayde manifest¨® su deseo de abandonar Cuba pero el r¨¦gimen se lo deneg¨®. Fue en ese momento cuando se uni¨® al germen de lo que ser¨ªa despu¨¦s en el exilio el Comit¨¦ Pro Derechos Humanos en Cuba, en el que que estuvo primero el activista pol¨ªtico Ricardo Bofill; a ellos se les unieron pronto los hermanos Gustavo y Sebasti¨¢n Arcos Bergnes y Elizardo S¨¢nchez. En 1972 intent¨® una salida clandestina de la isla que fracas¨®: lleg¨® a estar en alta mar en una lancha neum¨¢tica que un agente doble del Estado cubano hab¨ªa pinchado. Tras ser detenida e incomunicada fue interrogada con brutalidad, hasta el punto de que se lleg¨® a temer por su vida.
En 1976 fue condenada por conspiraci¨®n contrarrevolucionaria (tambi¨¦n la relacionaban con la CIA) a 29 a?os de c¨¢rcel en un juicio t¨ªpico de la Cuba castrista con jueces militares y escasa defens y que provoc¨® amplia repulsa internacional. a. Ella siempre neg¨® las imputaciones. Todos los que conoc¨ªan su car¨¢cter irreductible y sus principios comenzaron gestiones diplom¨¢ticas en varios pa¨ªses de Europa hasta conseguir un indulto, lo que le facilit¨® que pudiera exiliarse en 1979 en Espa?a con un grupo de antiguos presos pol¨ªticos cubanos.
Instalada en Madrid, volvi¨® a la pr¨¢ctica m¨¦dica hasta su jubilaci¨®n y dedic¨® todas sus fuerzas al Comit¨¦ Pro Derechos Humanos en Cuba. Frayde acogi¨® a muchos disidentes cubanos, los orient¨® y los apoy¨® con la conciencia de que los cubanos del exilio deb¨ªan acercar posturas entre ellos para hacerse o¨ªr ante un mundo que se mostraba indiferente ante los problemas internos de Cuba o que a¨²n estaba deslumbrado por el aura m¨ªtica de los guerrilleros revolucionarios. Una de sus declaraciones m¨¢s citadas es aquella de que Castro ¡°dej¨® chiquito como dictador a Batista¡±, pero no todo el exilio estaba de acuerdo con ella, pues recalcaba que ¡°la reconstrucci¨®n de Cuba ser¨¢ una labor de los unos y los otros¡±.
En 2006, Martha Frayde don¨® su archivo documental a la prestigiosa Colecci¨®n del Patrimonio Cubano (Cuban Heritage Collection), y su colecci¨®n de pinturas cubanas al Museo de Arte Lowe, ambos en la Universidad de Miami. Entre sus muchos amigos artistas a los que trat¨® personalmente se encontraban los grandes nombres de la pintura moderna cubana como Ren¨¦ Portocarrero, Wifredo Lam, Carlos Enr¨ªquez, V¨ªctor Manuel, Amelia Pel¨¢ez y Mariano Rodr¨ªguez; tambi¨¦n fue amiga durante muchos a?os de Pablo Picasso y en el sal¨®n de su casa, en la pared tras su mecedora colonial donde sol¨ªa abanicarse ¡°a la cubana¡±, hab¨ªa una enorme paloma de la paz dedicada cari?osamente por el genio malague?o.
Hasta el final, Martha Frayde continu¨® siendo la representante titular en Europa del Comit¨¦ Pro Derechos Humanos en Europa, insistiendo en denunciar los abusos y condiciones inaceptables de las c¨¢rceles cubanas as¨ª como el trato a los presos pol¨ªticos en la isla. En 1988 public¨® en Francia el libro Escucha, Fidel,que relata su experiencia tras su detenci¨®n en 1976. No se cans¨® de decir que su empe?o principal era que Cuba cumpliera los 30 art¨ªculos de la Declaraci¨®n de los Derechos Humanos de Naciones Unidas, que su pa¨ªs firm¨® en 1948. Elena Bonner (la esposa del disidente y Nobel de la Paz ruso, Andr¨¦i S¨¢jarov) le dijo un d¨ªa: ¡°Adelante, cuando empec¨¦ mi comit¨¦ de derechos humanos en Mosc¨², un pa¨ªs tan grande, ¨¦ramos s¨®lo 10 personas¡±. Frayde dec¨ªa: ¡°Los cubanos de dentro son los que tienen que opinar y que decidir y los que, en definitiva, tienen que lograr el cambio y contar con los cubanos del exilio para la reconstrucci¨®n¡±.
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