¡°Rohan¨ª tiene que liberar a todos los presos pol¨ªticos¡±
La abogada y activista recuerda su estancia en prisi¨®n y denuncia la situaci¨®n de los m¨¢s de mil encarcelados por Teher¨¢n
La sonrisa de Nasrin Sotudeh desborda su cuerpo menudo. A¨²n no hace tres meses que esta abogada y defensora de los derechos humanos iran¨ª ha recuperado la libertad y da la impresi¨®n de disfrutar cada minuto. ¡°Me encuentro muy bien¡±, asegura mientras se pone el pa?uelo para las fotos. Su entusiasmo resulta contagioso y, sin embargo, su situaci¨®n no est¨¢ clara. Todav¨ªa pesa sobre ella la inhabilitaci¨®n para ejercer y la prohibici¨®n de viajar fuera del pa¨ªs. Los m¨¢s conservadores quieren incluso impedir que una delegaci¨®n del Parlamento Europeo se re¨²na ma?ana con ella y con el director de cine Jafar Panah¨ª. Han recibido amenazas.
¡°No tememos reunirnos con los europeos, pero nos quejamos de que se cree este ambiente de miedo¡±, conf¨ªa tras una entrevista en su domicilio de Teher¨¢n. Sotudeh, de 48 a?os, admite que la presi¨®n no es solo contra ellos sino tambi¨¦n contra la pol¨ªtica de apertura a Occidente del presidente Hasan Rohan¨ª. Aun as¨ª, se declara ¡°llena de esperanza¡± y no olvida pedir la libertad de todos los presos pol¨ªticos, incluidos los l¨ªderes reformistas, Mir-Hosein Musav¨ª, Mehdi Karrub¨ª y Zahra Rahnavard, bajo arresto domiciliario desde que cuestionaron el triunfo de Mahmud Ahmadineyad en las elecciones de 2009.
Pregunta. ?Cu¨¢les han sido las condiciones de su puesta en libertad?
Respuesta. Veinte d¨ªas despu¨¦s de mi detenci¨®n, me pidieron que concediera una entrevista [confesi¨®n ante la prensa]. Luego, me dijeron que no hac¨ªa falta, que bastaba con que me acercara a mis amigos, a los abogados, e informara de sus actividades. Naturalmente, no acept¨¦. A continuaci¨®n, sugirieron que dejara mi vida en Teher¨¢n y que me fuera a vivir a Tabriz con mi suegra. M¨¢s adelante, aseguraron que me quer¨ªan libre, pero que ten¨ªa que cerrar la puerta y no recibir visitas. Tampoco acept¨¦. Al final, me indicaron que no quer¨ªan ponerme condiciones, que lo dejaban en mis manos. El mensaje era ¡°maneja tu vida de forma que no resulte en otra detenci¨®n¡± porque yo s¨¦ lo que es ilegal.
P. ?Se lo esperaba?
R. No, fue una sorpresa. Por aquellos d¨ªas hab¨ªa pedido un permiso, pero no las ten¨ªa todas conmigo.
P. ?Entonces pens¨® que sal¨ªa de permiso?
Cuando llegu¨¦ a casa, mi marido me pregunt¨® y estaba tan confundida que no sab¨ªa si estaba libre¡±
R. S¨ª, me dijeron que iba a salir de permiso. Cuando me mont¨¦ en el coche, todav¨ªa dentro del recinto carcelario, el conductor me felicit¨®. Le di las gracias, pero le dije que era solo para tres d¨ªas. Me asegur¨® que no, que era la libertad. En aquel momento me dio igual porque muchas veces antes hab¨ªan jugado con esa idea. Entonces se subi¨® al coche la agente que deb¨ªa acompa?arme y le pregunt¨¦. Me respondi¨® que nadie le hab¨ªa dicho nada. Sin embargo salimos de la c¨¢rcel por la puerta principal en lugar de por la lateral como otras veces. Le pregunt¨¦ por qu¨¦ y entonces dijo: ¡°Como usted ya est¨¢ libre tenemos que dejarle delante de la puerta de su casa¡±. Cuando llegu¨¦, mi marido me pregunt¨® y estaba tan confundida que no sab¨ªa si estaba libre.
P. ?Qu¨¦ significa su liberaci¨®n?
R. Cuando me liberaron, ten¨ªa muchas esperanzas de que fuera el inicio de un nuevo proceso que llevara a la puesta en libertad de todos los presos. Pero nada ha cambiado y el Gobierno todav¨ªa se muestra muy duro con los opositores. Despu¨¦s de tres meses, existe la posibilidad de que mi liberaci¨®n se produjera por el viaje de Rohan¨ª a Nueva York. No tengo buenas vibraciones. Preferir¨ªa que todos los presos pol¨ªticos estuvieran libres antes que esta situaci¨®n en las que algunos s¨ª y otros no.
P. ?Cu¨¢ntos presos pol¨ªticos hay en Ir¨¢n?
R. Casi mil.
P. Usted se hizo un nombre defendiendo a periodistas y a mujeres. ?Qu¨¦ sinti¨® cuando la encarcelaron junto a algunas de ellas?
Nada ha cambiado y el Gobierno todav¨ªa se muestra muy duro con los opositores¡±
R. Ha sido un honor compartir el mismo techo con esas personas que en ning¨²n momento han cre¨ªdo haber cometido delito alguno. Me ayud¨® a soportar la c¨¢rcel.
P. ?C¨®mo la recibieron?
R. Muy bien. Cuando llegu¨¦ a la secci¨®n de mujeres pol¨ªticas, me trataron con mucha amabilidad. Estuve dos a?os y medio. Fue una experiencia muy valiosa porque tuve contacto con distintos grupos pol¨ªticos y diferentes corrientes de pensamiento, todos opuestos a la injusticia de las sentencias infundadas.
P. ?Qu¨¦ consigui¨® usted con sus cuatro huelgas de hambre?
R. Bueno, si contamos los tres primeros d¨ªas, suman cinco huelgas. Las tres primeras ocasiones fueron al poco de mi detenci¨®n [en 2010] mientras estaba en la secci¨®n 209 [bajo control de los servicios secretos]. Al principio me quej¨¦ de mi detenci¨®n y luego de la condena. Para m¨ª fue sorprendente porque yo solo hab¨ªa defendido a la gente. Pero la ¨²ltima vez fue cuando empezaron a perseguir a mi familia, justo ahora hace un a?o. Hab¨ªan detenido a mi marido y abierto una causa contra ¨¦l; prohibieron salir del pa¨ªs a mi hija, lo cual seg¨²n las leyes constituye un delito. Es natural que protestara¡
P. ?Cu¨¢les han sido las consecuencias para su salud?
R. La ¨²ltima vez perd¨ª 10 kilos, 18 con respecto a lo que pesaba al entrar en la c¨¢rcel. En total han sido 105 d¨ªas de huelga.
P. ?En alg¨²n momento la torturaron o la maltrataron?
R. No f¨ªsicamente, aunque no poder ver a la familia ya es una tortura. Pero hay que tener en cuenta que a los abogados nos tratan de otra forma. Que yo no lo sufriera no significa que no haya torturas. Aunque no te peguen directamente, hay maltrato e insultos. Otras presas me contaron que les vendaban los ojos, les sentaban en una silla de cara a la pared y el interrogador daba patadas a la silla tan fuertes que las tiraba contra el muro.
En la ¨²ltima huelga de hambre perd¨ª 10 kilos. Tengo 18 menos que los que pesaba al entrar en la c¨¢rcel¡±
P. ?Cu¨¢l fue el peor momento que pas¨® en la c¨¢rcel?
R. Una noche mientras estaba en la secci¨®n 209, me correspond¨ªa una llamada semanal a casa y mi marido me dijo que me hab¨ªan sentenciado a 11 a?os de c¨¢rcel y 20 de inhabilitaci¨®n y prohibici¨®n de salir del pa¨ªs. Quiso informarme antes de que me lo comunicaran los interrogadores. Despu¨¦s hubo otros momentos duros cuando no me permit¨ªan ver a mi familia, en particular a mi hija.
P. ?Qu¨¦ es lo que m¨¢s le preocupa sobre la situaci¨®n de los derechos humanos?
R. Sin duda, la pena capital y las ejecuciones porque da?an nuestra conciencia nacional. Despu¨¦s de las elecciones de 2009, [las autoridades] abusaron de la pena capital para acallar a quienes estaban protestando. En segundo lugar, la necesidad de que se deje en libertad a todos los presos pol¨ªticos y se ponga fin al arresto domiciliario de Musav¨ª, Karrub¨ª y Rahnavard.
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