El pa¨ªs de las castas de desafectos
La poblaci¨®n norcoreana est¨¢ clasificada seg¨²n un estricto sistema de control ideol¨®gico con tres rangos y 51 subcategor¨ªas, seg¨²n su lealtad al r¨¦gimen
Ser norcoreano, como ser indio, es mucho m¨¢s que ser un ciudadano de una parte del mundo. Ser norcoreano implica ¡ªcomo en el caso de un indio, aunque con marcadas diferencias en el sistema de castas¡ª ser sujeto de un determinismo social ¡ªy pol¨ªtico¡ª que decide el destino, la clase y las oportunidades de alimentarse, recibir educaci¨®n, encontrar un empleo o simplemente vivir.
El r¨ªgido sistema de castas conocido como songbun marca de por vida a todos los norcoreanos seg¨²n hayan nacido ¡ªo progresado, o descendido, como en el probable caso de la familia del ejecutado Jang Song-thaek¡ª en uno de los tres escalones en que, seg¨²n su lealtad o desapego al r¨¦gimen de Pyongyang, se clasifican todos los norcoreanos.
Son los siguientes: ¡°leales¡±, la aristocracia, el entorno del poder; ¡°vacilantes¡± o dudosos, todos aquellos sospechosos de desafecci¨®n, los tibios o no suficientemente entusiastas con el l¨ªder, esa fina l¨ªnea gris que puede oscilar entre la salvaci¨®n y el ostracismo; y, por ¨²ltimo, los ¡°hostiles¡±, sobre los que no cabe duda alguna y que acarrean de por vida una existencia arrastrada.
Como explica el investigador Robert Collins en el informe Songbun, marcados de por vida, publicado por el Comit¨¦ por los Derechos Humanos en Corea del Norte, con base en Nueva York, los tres rangos o castas, que se distribuyen a su vez en 51 categor¨ªas casi gremiales, clasifican de manera hereditaria a los 23 millones de norcoreanos.
En el songbun la movilidad social, o ideol¨®gica, resulta tan escasa que progresar desde una de las dos castas inferiores resulta casi imposible. No lo es, sin embargo, descender de la primera a la ¨²ltima, pues el ascensor social funciona a toda velocidad en la bajada.
Los leales descienden de quienes lucharon contra los japoneses desde 1910 hasta la II Guerra Mundial (es decir, los 35 a?os de dominio nip¨®n en la pen¨ªnsula); los combatientes de la guerra de Corea (1950-1953) y los correligionarios de Kim Il-sung, presidente eterno del pa¨ªs y creador de este sistema de castas. Sus privilegios incluyen poder vivir en Pyongyang y un trato preferente en el acceso a la vivienda, alimentos, sanidad, educaci¨®n y empleo.
La franja intermedia o ¡°vacilante¡± es fundamentalmente menestral y se nutre de familias de artesanos o comerciantes, retornados de China o los intelectuales (profesiones liberales) educados bajo el dominio japon¨¦s. Desempe?an trabajos poco cualificados y no son considerados enemigos, pero s¨ª sospechosos.
Los parias del sistema de castas son los ¡°hostiles¡±, entre los que se engloban los descendientes de colaboracionistas con Jap¨®n o los enemigos confesos de Kim Il-sung; tambi¨¦n los familiares de todos cuantos han huido a Corea del Sur o tienen lazos de cualquier tipo con surcoreanos. Condenados casi a trabajos forzados ¡ªa tareas peligrosas o duras en las zonas m¨¢s remotas del pa¨ªs¡ª, tienen racionado el acceso a la alimentaci¨®n.
El sistema de castas songbun es ¡°el m¨¦todo de control social m¨¢s elaborado e intruso [en la vida del ciudadano]¡± de cuantos utiliza el r¨¦gimen totalitario de Pyongyang, seg¨²n el informe de Collins; ¡°una forma de asegurar la propia supervivencia del r¨¦gimen¡± y, adem¨¢s, una garant¨ªa de ¡°castigo sistem¨¢tico¡± para todos los hostiles que va mucho m¨¢s all¨¢ de la adscripci¨®n ideol¨®gica y que puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte, o la supervivencia al menos, en ¨¢mbitos como el del acceso a la alimentaci¨®n. En un discurso pronunciado en 1958, el entonces jefe de Estado, Kim Il-sung ¡ªabuelo del actual l¨ªder, Kim Jong-un¡ª, cifr¨® en un 25% el n¨²mero de miembros de la casta aristocr¨¢tica; en el 55%, el de la intermedia, y en el 20%, la de los parias u hostiles al r¨¦gimen. La distribuci¨®n se corresponde, subraya el informe, con los estragos de la gran hambruna de los noventa: de menos a m¨¢s seg¨²n se descend¨ªa en la escala social.
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