Las capitales brasile?as ya tienen casi 370.000 adictos al crack
Un informe muestra que el 90% de las ciudades registraron problemas con el consumo del derivado de coca¨ªna
El crack es una de las drogas m¨¢s devastadoras que, hace casi tres d¨¦cadas, se extendieron por S?o Paulo y las principales ciudades brasile?as. Hoy, de acuerdo con una reciente pesquisa de la Fundaci¨®n Oswaldo Cruz, cerca de 370.000 personas en las capitales de las 27 unidades de la federaci¨®n consumen de forma regular este derivado de la coca¨ªna. La cifra representa casi el 1% de la poblaci¨®n de dichas ciudades.
Otro informe de la Confederaci¨®n Nacional de Municipios concluye que el 90% de los 5.563 municipios brasile?os tiene problemas con el estupefaciente, ya que casi 1,1 millones de personas han probado el crack. Grandes ciudades como R¨ªo de Janeiro, Salvador y Belo Horizonte luchan frecuentemente para acabar con sus crackolandias,?como se conoce a las zonas donde se concentran los consumidores. El Gobierno federal ya lo considera una epidemia e intenta implantar una serie de programas en colaboraci¨®n con los Estados para ayudar en el tratamiento de adicciones.
El crack, una sustancia muy adictiva, lleg¨® a Brasil a finales de los ochenta para abaratar el precio de la coca¨ªna. Hoy, una piedra cuesta de cinco a 10 reales (entre dos y cuatro d¨®lares, aproximadamente) dependiendo de su tama?o (generalmente de hasta 2 cent¨ªmetros) y lugar de venta. La coca¨ªna cuesta entre 40 y 60 reales (de 17 a 26 d¨®lares).
Dif¨ªcilmente se incautan alijos de crack. Lo que llega al pa¨ªs es la pasta base de coca¨ªna, procedente principalmente de Bolivia y de Colombia. Ya en territorio brasile?o, los laboratorios clandestinos las transforman en piedras que, al ser quemadas, emiten el sonido que da el nombre a la droga.
Su consumo suele relacionarse sobre todo con personas sin hogar: muchos de los adictos vagan, desnortados y sucios, por la ciudad. Pero los consumidores no son solo personas desfavorecidas. Adem¨¢s de los 18 hoteles ilegales que el Gobierno de S?o Paulo quiere cerrar, existen decenas de casas donde se vende y se consume libremente. En S?o Paulo son al menos diez en barrios de clase media. En ellas, estudiantes, trabajadores del comercio y empresarios se re¨²nen con el ¨²nico objetivo de consumir. Despu¨¦s, vuelven a sus trabajos y a sus casas.
Los estudios m¨¦dicos dicen que los efectos en el cuerpo son veloces. La adicci¨®n llega porque el usuario intenta buscar la misma sensaci¨®n que tuvo en la primera vez que consumi¨® la droga. Algunos cuentan que el placer es similar a un orgasmo. Dura, a lo sumo, cinco minutos.
Sus efectos en el organismo son m¨¢s r¨¢pidos que los de la coca¨ªna, porque la droga es r¨¢pidamente absorbida por los pulmones y llega al cerebro en cuesti¨®n de segundos. Causa temblores, crea una sensaci¨®n de euforia, aumenta la presi¨®n arterial. La taquicardia puede causar un infarto de miocardio y, en casos extremos, un accidente vascular cerebral. Cuando se usa en grandes cantidades, el adicto tiene menos hambre y pierde el sue?o. Es com¨²n que las personas adelgacen despu¨¦s de un uso continuado del estupefaciente.
La mayor¨ªa de los tratamientos intenta aliar la cuesti¨®n de la salud con la social. La idea es crear nuevos v¨ªnculos y h¨¢bitos distintos al consumo de la droga.
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