28 l¨ªderes demasiado balbucientes
El acuerdo para la uni¨®n bancaria fue algo superior a lo esperado pero bastante inferior a lo que se reclamaba como indispensable
Casi lo mejor de la cumbre europea que acab¨® ayer fue la calma. Eso permiti¨® volver a hablar de Pol¨ªtica Exterior y de Defensa, tras largo ayuno: aunque fuese para exhibir una ral¨ªsima cosecha.
A veces en lo peor cunde lo mejor. Las 48 dram¨¢ticas cumbres celebradas desde el inicio de la Gran Recesi¨®n recabaron tantas respuestas urgentes que, a¨²n con tardanza y vaivenes, se avanz¨® mucho en la creaci¨®n de mecanismos de la uni¨®n econ¨®mica y monetaria.
Ayer y anteayer, mucho menos. Los dos deberes que llegaron m¨¢s rodados, ambos econ¨®micos, acusaron una afecci¨®n general de balbuceo en los l¨ªderes. Los contratos-programa que vinculan dinero extra ¡ªa¨²n inconcreto¡ª a los m¨¢s reformistas de los pa¨ªses vulnerables, quedaron para oto?o pr¨®ximo. La canciller se qued¨® sola en su defensa, sin aliados ricos (temerosos de rascarse el bolsillo) ni pobres (angustiados por posibles nuevas normas sancionadoras a quienes incumpliesen sus compromisos).
Una verdadera l¨¢stima, porque esa era la zanahoria m¨¢s al alcance de la mano de la pol¨ªtica econ¨®mica. Las necesitan, las zanahorias, bastantes pa¨ªses acosados por el jarabe de palo de las pol¨ªticas presupuestarias monol¨ªticamente restrictivas. La sobredosis institucional de esta ortodoxia es apabullante (Pacto de Estabilidad, Tratado Fiscal, six pack, two pack...), mientras que los est¨ªmulos a la demanda siguen anclados en la receta monodosis del Pacto por el Crecimiento y el Empleo, aquellos 120.000 millones de hace a?o y medio que solo muy lentamente empiezan a desplegarse.
Tampoco se han cubierto de gloria los primeros ministros en el asunto de la uni¨®n bancaria. Siete escuetas l¨ªneas de sus conclusiones les sirven para felicitarse a cuentas del pacto alcanzado previamente... por sus ministros de Econom¨ªa. La entente fue algo superior a lo que parec¨ªa posible pero bastante inferior a lo que se reclamaba como indispensable.
La debilidad del pacto no estriba tanto en que lleve el sello de un pa¨ªs u otro: en este caso, tambi¨¦n el de la Alemania temerosa de que un fondo de liquidaci¨®n de bancos en derribo se le escapase de las manos (y de los bolsillos de sus contribuyentes) e incentivase a los sure?os a actuar como cigarras, en vez de hormigas.
El compromiso consiste en que habr¨¢ fondo de resoluci¨®n / liquidaci¨®n, gestionado por un directorio de ministros (mediante acuerdo, ay, intergubernamental). Podr¨¢ resolver crisis ¡°en 24 horas¡± ¡ªcomo reclamaba el BCE¡ª seg¨²n lo que recomiende de la Comisi¨®n, salvo que por mayor¨ªa simple los Gobiernos tumben su propuesta... o que para disponer de dinero cierto no se alcancen los dos tercios de los miembros (Francia y Alemania tendr¨¢n pase VIP, un 25% de votos cada una).
De momento, este es un perro flaco. ?C¨®mo se garantiza la promesa de actuaci¨®n expr¨¦s, en 24 horas? Eso es lo m¨¢s inquietante. Y adem¨¢s, ir¨¢ engordando hasta los 55.000 millones de euros (suficientes para un rescate a la espa?ola) a ritmo lento, premioso, en 10 a?os, aunque podr¨¢ entre tanto allegar dinero-puente de aqu¨ª y de all¨¢. No descarten que al perro flaco le incordie la pulga del Parlamento. Ojal¨¢, si es para engordarlo.
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