Kennedy sopes¨® intervenir militarmente en Brasil en 1963
Cuando se van a cumplir 50 a?os del golpe de Estado militar, varias grabaciones revelan que Estados Unidos pensaba en invadir Brasil para deponer al presidente Jo?o Goulart
Casi 46 d¨ªas antes de ser asesinado en Dallas (Texas), John F. Kennedy contempl¨® durante varias reuniones celebradas en la Casa Blanca una posible intervenci¨®n militar de Estados Unidos en Brasil para deponer al presidente Jo?o Goulart, m¨¢s conocido como Jango.
El autor de la revelaci¨®n es el periodista y columnista de los peri¨®dicos Folha de S. Paulo y O Globo, Elio Gaspari, que localiz¨® un archivo de audio de una reuni¨®n de dos d¨ªas celebrada en la residencia presidencial ¨C del 7 al 8 de octubre de 1963 - en el que el entonces presidente dem¨®crata debate la situaci¨®n de Brasil y de Vietnam y pregunta al ex embajador norteamericano en Brasilia, Lincoln Gordon, sobre una posible intervenci¨®n. ¡°?C¨®mo ve la situaci¨®n? ?Ser¨ªa aconsejable una intervenci¨®n militar?¡±, cuestiona Kennedy.
Seg¨²n Marcos Vin¨ªcius de Freitas, profesor de Relaciones Internacionales de la Facultad Armando ?lvares Penteado (Faap), Washington consideraba que la influencia comunista crec¨ªa de manera desproporcionada en la regi¨®n y recuerda una conversaci¨®n que mantuvo con Gordon quien, tras dejar el servicio diplom¨¢tico, fue rector de la Universidad John Hopkins.
¡°Gordon revel¨® que los estadounidenses consideraban que, una vez bajo la esfera comunista, el proceso de retorno al capitalismo era irreversible¡±, asegura Vin¨ªcius de Freitas. ¡°Las empresas estadounidenses tambi¨¦n hab¨ªan apostado por la inversi¨®n en Brasil despu¨¦s de la Segunda Guerra Mundial y la propuesta de Jango de gravar con un 10% las remesas de las multinacionales en el exterior era una afrenta para esos intereses.¡±
En opini¨®n de Luiz Antonio Dias, profesor de Historia de Brasil en la Universidad Cat¨®lica de S?o Paulo, Estados Unidos estaba en un comp¨¢s de espera, esperando el desenlace de los acontecimientos en el pa¨ªs. Recuerda que la Administraci¨®n de Kennedy, despu¨¦s de fracasar en la desestabilizaci¨®n del r¨¦gimen cubano, no pod¨ªa permitir el surgimiento de un nuevo foco comunista y menos en el pa¨ªs m¨¢s grande de Suram¨¦rica. ¡°Enseguida, lo que sucedi¨® fue que la realidad interna coincidi¨® con los intereses estadounidenses. Solo hubo apoyo log¨ªstico y env¨ªo de material b¨¦lico, como ya se sabe por la amplia documentaci¨®n disponible, no una intervenci¨®n militar directa, como en Chile¡±, dice.
El encuentro en la Casa Blanca respond¨ªa a las inquietudes que suscitaba la situaci¨®n brasile?a. Jo?o Goulart era el vicepresidente de J?nio Quadros que, el 25 de agosto de 1961, renunci¨® al cargo. Como Jango estaba en una misi¨®n diplom¨¢tica en China por esas fechas, los ministros militares intentaron impedir que tomara posesi¨®n como presidente ya que lo ve¨ªan como una amenaza por sus v¨ªnculos con el Partido Comunista Brasile?o (PCB) y con el Partido Socialista Brasile?o (PSB).
Liderada por el gobernador de Rio Grande do Sul, Leonel Brizolla, comenz¨® la Campa?a de Legalidad, movilizando al Estado en defensa de Jango. Con la condici¨®n de que el Congreso aprobase el establecimiento de un r¨¦gimen parlamentario, Jango tom¨® posesi¨®n el d¨ªa 8 de septiembre de 1961, teniendo como primer ministro a Tancredo Neves.
Los estadounidenses tem¨ªan que Jango ampliara la plataforma gubernamental con la presencia de la izquierda y siguiera los pasos de Fidel Castro. La situaci¨®n era complicada. Adem¨¢s, la econom¨ªa estaba debilitada por una serie de factores, entre ellos, una alta inflaci¨®n. La oposici¨®n creciente de los militares al Gobierno culmin¨®, entre la noche del 31 de marzo de 1964 y el primero de abril, en un golpe militar que llev¨® Jango a exiliarse en Uruguay y ser privado de sus derechos durante 10 a?os.
Poco tiempo despu¨¦s, Jango huy¨® a Argentina, donde muri¨®, seg¨²n la historia oficial, v¨ªctima de un ataque card¨ªaco, el 6 de diciembre de 1976, aunque siempre se sospech¨® que fue envenenado dentro del marco de la Operaci¨®n C¨®ndor. Por eso, en noviembre del a?o pasado, el cuerpo del ex presidente fue exhumado por orden de la Comisi¨®n Nacional de la Verdad para investigar las causas de su muerte. En diciembre, sus restos mortales fueron enterrados por segunda vez en su ciudad natal, S?o Borja, en Rio Grande do Sul, y se le rindieron honras de jefe de Estado.
El profesor Luiz Antonio Dias recuerda que, aunque a¨²n no haya sido encontrada ninguna evidencia material irrefutable, la historiograf¨ªa nacional reconoce que hab¨ªa planes para asesinar a Jango y que su muerte podr¨ªa haber sido obra de la Junta Militar brasile?a. Uno de los testimonios en ese sentido es del ex-agente del servicio secreto uruguayo Mario Neira Barreto, como se asegura en el documental Dossier Jango.
Grabaciones clandestinas
La Biblioteca Kennedy hizo p¨²blicas las grabaciones de esos encuentros de 1963 en su p¨¢gina web hace casi un a?o como parte del conjunto de registros clandestinos hechos por el propio Kennedy de todas sus reuniones desde 1962 y fue precisamente su reuni¨®n con Gordon la que dio comienzo a la serie.
Despu¨¦s de que el embajador hablase sobre eventuales colaboraciones culturales entre Brasilia y Washington, Kennedy lo interrumpe con la pregunta: ¡°?Vamos a tomar pronto alguna decisi¨®n? para presionarlo?¡±, refiri¨¦ndose a Jo?o Goulart. ¡°?O qu¨¦ debemos hacer, nada?¡±. Gordon, entonces, avanza dos planes: ¡°O Goulart abandona su imagen [de izquierdista] y se resuelve pac¨ªficamente. O tal vez no de forma tan pac¨ªfica y lo sacamos del poder contra su voluntad¡±.
Jango no ten¨ªa motivos para desconfiar de Kennedy. A comienzos de 1963, Brasil acordaba con Estados Unidos un pr¨¦stamo de cerca de 400 millones de d¨®lares, de los cuales el Gobierno brasile?o solo recibir¨ªa una quinta parte. Adem¨¢s, como prueba de la buena relaci¨®n entre ambos gobiernos, Jango y su mujer, Maria Thereza, hab¨ªan sido recibidos por John y Jacqueline Kennedy en la Casa Blanca.
En el golpe militar de 1964, la intervenci¨®n militar estadounidense acab¨® siendo innecesaria. La p¨¦rdida de apoyo del Gobierno, su indecisi¨®n y la traici¨®n de algunos hombres de su confianza, adem¨¢s del afianzamiento de los militares, contribuyeron a la destituci¨®n de Jango.
Las revelaciones de Gaspari figurar¨¢n en la versi¨®n ampliada de su libro A Ditadura Envergonhada (Una dictadura avergonzada), que narra el r¨¦gimen dictatorial vivido en Brasil entre 1964 y 1985 y que ser¨¢ relanzado en febrero.
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