Todo cuadra
La toma de Falluya por parte de Al Qaeda se enmarca en el acercamiento de Ir¨¢n y EE UU
Lo que est¨¢ sucediendo en Faluya y en la provincia de Al Anbar tiene menos que ver con la expansi¨®n de Al Qaeda y el Estado Isl¨¢mico de Irak y Siria (ISIS, por sus siglas en ingl¨¦s) que con el juego de intereses que gobierna Irak desde hace diez a?os.
El reciente acercamiento de Ir¨¢n y Estados Unidos explica en gran medida los acontecimientos. Si ambos pa¨ªses ya ven¨ªan entendi¨¦ndose sobre Irak en la trastienda, ahora Ir¨¢n tiene la ocasi¨®n de hacer valer ante la comunidad internacional su papel de ¨¢rbitro no solo en Irak sino en toda la regi¨®n, cosa que la Administraci¨®n estadounidense necesita para avanzar en algunos de los frentes diplom¨¢ticos y militares que tiene abiertos. Irak es una vez m¨¢s moneda de cambio de la geoestrategia regional.
Ir¨¢n ha estado r¨¢pido a la hora de ofrecer su apoyo p¨²blico a EE UU para contener el avance del terrorismo yihadista en Irak. Pero caben dudas sobre la informaci¨®n que llega de la toma de Faluya por los yihadistas: primero porque la transmite el Gobierno de Al Maliki, tan enemigo de las tribus sun¨ªes de la regi¨®n como aliado incondicional de Ir¨¢n, y segundo porque la alimenta el ISIS con sus truculentos v¨ªdeos sobre un nuevo Sunist¨¢n desde Raqqa hasta Faluya. Tanto el Gobierno iraqu¨ª como el ISIS est¨¢n interesados en que la regi¨®n estalle ahora, cuando en realidad el levantamiento popular de sus habitantes por la paridad pol¨ªtica y econ¨®mica con el resto del pa¨ªs lleva m¨¢s de un a?o.
A lo largo de 2013 Al Maliki ha practicado una pol¨ªtica de persecuci¨®n sistem¨¢tica de la oposici¨®n sun¨ª. Las manifestaciones pac¨ªficas en la plaza de la Dignidad de Ramadi vienen siendo reprimidas sin miramientos por el Ej¨¦rcito iraqu¨ª y la Sahwa, sus aliados de las tribus locales. El pa¨ªs ha vuelto a niveles de violencia de hace a?os: seg¨²n la ONU en 2013 murieron 7.818 civiles. En abril hay elecciones legislativas, y Al Dawa, el partido chi¨ª en el Gobierno, necesita reforzar su posici¨®n. La represi¨®n de los sun¨ªes es la base de su estrategia, que tambi¨¦n conviene a Ir¨¢n: a m¨¢s inestabilidad en Irak, m¨¢s inestabilidad en Siria y m¨¢s necesidad de Teher¨¢n.
El socio iran¨ª puede no gustar a los aliados hist¨®ricos de EE UU, pero a Washington puede venirle bien tener a Ir¨¢n como socio ante la actitud desafiante de Riad y Tel Aviv. Arabia Saud¨ª, cada vez m¨¢s inestable internamente, prosigue en el exterior su doble juego de apoyar y financiar tanto a la oposici¨®n islamista siria como a los yihadistas de distinto pelaje que luego hay que combatir. E Israel ahonda su pol¨ªtica de colonizaci¨®n de Palestina y no har¨¢ nada por el proceso de paz.
Todo cuadra: coincidiendo con esta nueva toma de Faluya (la de EE UU es de 2004) se ha sabido que Ir¨¢n no ha sido invitado a las pr¨®ximas negociaciones de Ginebra II sobre Siria. No ser¨ªa raro que la ONU cambie de decisi¨®n en los pr¨®ximos d¨ªas, mientras arde Al Anbar y los 350.000 habitantes de Faluya reviven una guerra que no es la suya.
Luz G¨®mez Garc¨ªa es profesora de Estudios ?rabes e Isl¨¢micos de la Universidad Aut¨®noma de Madrid.
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