La crisis de la desmesura
Nuevamente y por tercera vez desde que fuera destituido e inhabitado por 15 a?os en el ejercicio de sus funciones p¨²blicas, Gustavo Petro, el alcalde de Bogot¨¢, volvi¨® a llenar la Plaza de Bol¨ªvar erigi¨¦ndose esta vez ante sus seguidores como el nuevo Gait¨¢n. En otros discursos ha preferido asemejarse a Allende.
La desmesura de su discurso radica en que en nombre de la democracia y los derechos pol¨ªticos que reclama ante la Comisi¨®n Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), le est¨¢ pidiendo a la poblaci¨®n que lo respalda, que recuerde el Bogotazo y se levante en contra de las mafias de contratistas y los ¡°poderes excluyentes¡± que no lo dejan gobernar. Les est¨¢ pidiendo con un discurso por los derechos, el ejercicio de la protesta contra la persecuci¨®n ideol¨®gica pero con violencia.
Ni Gustavo Petro es Jorge Eliecer Gaitan ni son los poderes excluyentes y las mafias, que bien son una terrible realidad, los que impiden que el exguerrillero desmovilizado del M-19 hace 25 a?os y el otrora valiente senador que honr¨® la actividad legislativa con importantes denuncias contra el paramilitarismo, la parapol¨ªtica y la corrupci¨®n, pueda ejercer como burgomaestre. No. Petro tiene amenazada su continuidad por su desmesurada incapacidad e improvisaci¨®n como gobernante en el manejo de las basuras.
Fue precisamente eso lo que aprovech¨® y castig¨® con una medida disciplinaria el Procurador Alejandro Ordo?ez, en otra clara desmesura de su poder institucional, que es sobre lo ¨²nico que ahora hay consenso: la necesidad de una reforma que limite las funciones al ministerio p¨²blico colombiano, y devuelva a los sancionados la doble instancia, el debido proceso y la garant¨ªa de imparcialidad del juez.
El tema Petro est¨¢ impregnando toda la pol¨ªtica nacional y generando una delicada situaci¨®n para el ordenamiento jur¨ªdico de cara a tribunales o instancias internacionales como la Comisi¨®n Interamericana de Derechos Humanos que ha pedido inusualmente a Colombia una explicaci¨®n sobre el proceso que se cursa al alcalde para estudiar el otorgamiento de medidas cautelares, con las cuales Petro ganar¨ªa tiempo para mantenerse en su cargo y el Procurador quedar¨ªa imposibilitado para destituirlo, pues el presidente de la Rep¨²blica no podr¨ªa expedir el decreto en el que se materializa la sanci¨®n.
Petro gana con cara si la CIDH le lanza el salvavidas de las medidas cautelares porque retomar¨¢ su gesti¨®n enviando a la Habana, donde ma?ana lunes se reinicia el proceso de paz con las Farc, un doble mensaje: que son intocables quienes elegidos popularmente resulten incompetentes por su condici¨®n de reinsertados a la sociedad y que la tiran¨ªa de la extrema derecha impide la apertura de nuevos movimientos pol¨ªticos.
La posibilidad de que la CIDH termine por apoyar la solicitud de Petro es posible, seg¨²n algunos analistas, en la medida en que el bloque de pa¨ªses del ALBA que son Venezuela, Bolivia, Ecuador y Argentina, estar¨ªan presionando a la OEA.
Lo que resulta por lo menos inquietante es que sean precisamente estos pa¨ªses del Alba, que hace apenas un a?o, el pr¨®ximo mes de marzo, impulsaran una reforma del sistema interamericano, para evitar el cumplimiento de las obligaciones internacionales y salirse de la OEA, los que defiendan los derechos pol¨ªticos de un mandatario de izquierda pero rechacen cuando el mismo organismo les exige a presidentes de izquierda como Rafael Correa, el m¨ªnimo respeto por la libertad de expresi¨®n en Ecuador.
Para otros no es tan claro que la CIDH intervenga, porque si pide las medidas cauterales o la Corte interamericana termina por darle la raz¨®n a Petro y por ese mismo camino a Piedad C¨®rdoba, estar¨ªa exigi¨¦ndole a Colombia una reforma integral de la estructura del Estado. Tendr¨ªa que modificar adem¨¢s las salas disciplinarias del Consejo Superior de la Judicatura y las del Consejo de Estado que decretan las muertes pol¨ªticas al imponer la p¨¦rdidas de investidura para congresistas y concejales.
Igual, Petro gana con sello si la Comisi¨®n no pide las medidas y lo destituye el Procurador, pues queda en libertad para actuar como bar¨®n electoral de los progresistas, el movimiento que representa, y que est¨¢ lejos de parecerse al camino elegido por Nueva York con Bill de Blasio.
Petro podr¨ªa poner a su antojo a su sucesor en la alcald¨ªa en pleno a?o electoral, porque tendremos cuatro elecciones en los pr¨®ximos seis meses, empezando por el proceso de su propia revocatoria que ya est¨¢ convocado para el 2 de marzo, una semana antes de las elecciones parlamentarias, donde se prev¨¦ que ganar¨¢ el No.
Muchos son los bogotanos de las clases menos favorecidas quienes han recibido de Petro beneficios reales con sus pol¨ªticas de la Bogot¨¢ Humana con el m¨ªnimo vital en el agua y la baja en las tarifas del sistema de transporte, para citar dos ejemplos. Pero no solamente esos bogotanos saldr¨ªan a votar por la NO revocatoria, tambi¨¦n los llamados Indignados, a los que Petro ha venido recogiendo en su discurso bajo la denominaci¨®n de la Primavera colombiana.
La desmesura solo produce caudillos¡hoy de 600 candidatos inscritos para las elecciones parlamentarias solo uno concentra la atenci¨®n de la opini¨®n, el expresidente Alvaro Uribe. Algo deber¨ªa decirnos lo que pasa cuando se pierden los l¨ªmites y se utiliza la legalidad constitucional o los principios morales del catolicismo para actuar de ¡°facto¡± debilitando los espacios democr¨¢ticos, donde deben primar las mayor¨ªas populares.
Frente a todo este escenario cu¨¢l deber¨ªa ser el papel de los partidos pol¨ªticos, cu¨¢l es de los l¨ªderes nacionales y sobre todo del presidente de la Rep¨²blica. C¨®mo leer¨¢ su posici¨®n la historia si de la desmesura de una decisi¨®n arropada de legalidad, terminamos por la senda de las autocracias y los caudillismos.
Diana Calder¨®n es directora de Informativos y Hora 20 Caracol Radio Colombia
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