Un informe acusa al r¨¦gimen sirio de ¡°torturas y asesinatos sistem¨¢ticos¡±
11.000 presos han muerto en la c¨¢rcel, seg¨²n un informe publicado por 'The Guardian' y CNN Tres fiscales internacionales han elaborado el documento con pruebas obtenidas por desertores
Nuevas revelaciones que certifican la barbarie de la represi¨®n que ejecuta con celo el Ej¨¦rcito sirio han vuelto a nublar los esfuerzos diplom¨¢ticos que este miercoles se dan cita en Suiza para buscar una salida diplom¨¢tica a la guerra civil que dura ya casi tres a?os. Un exhaustivo informe jur¨ªdico ha acusado al r¨¦gimen de Damasco de ¡°torturas y asesinatos sistem¨¢ticos¡± a miles de detenidos en Siria. ¡°Lo que tenemos delante es un ejemplo cl¨¢sico de cr¨ªmenes contra la humanidad. El Asad se ha convertido en una m¨¢quina de matar. Son asesinatos a escala industrial¡±, sostiene David Crane, uno de los tres juristas que firman el informe y el fiscal que proces¨® al presidente Charles Taylor de Liberia.
No es la primera vez que se producen acusaciones contra el Gobierno sirio, desde el estallido en 2011 de las revueltas en contra del r¨¦gimen. Este documento se trata sin embargo, de la prueba documental m¨¢s completa aportada hasta la fecha sobre las supuestas atrocidades. El informe lo publicaron inicialmente la cadena CNN y el diario The Guardian.
La informaci¨®n procede en su mayor¨ªa de un desertor de la polic¨ªa militar siria, apodado C¨¦sar para proteger su identidad, y que fotografi¨® a miles de cad¨¢veres. Las im¨¢genes de los cuerpos dejan escaso lugar a dudas. Hay cad¨¢veres huesudos, muertos por evidente inanici¨®n. Se ven tambi¨¦n cuellos marcados por alg¨²n tipo de soga que indican muerte por estrangulamiento y torsos con heridas que los investigadores atribuyen a torturas y palizas. En total, los investigadores han tenido acceso a 24.000 im¨¢genes que C¨¦sar y otros sirios consiguieron sacar del pa¨ªs en un l¨¢piz de memoria. Cada cuerpo aparece fotografiado entre cuatro o cinco veces, lo que eleva a 11.000 el n¨²mero de detenidos muertos, seg¨²n los c¨¢lculos de los investigadores.
El informe fue encargado por el Gobierno de Catar ¡ªque apoya la rebeli¨®n en contra del r¨¦gimen de El Asad¡ª a tres exfiscales del Tribunal especial para Sierra Leona y del Tribunal Especial Internacional para la ex Yugoslavia. En total son 31 p¨¢ginas, que han sido entregadas a la ONU, gobiernos y organizaciones de derechos humanos. El hecho de que el trabajo est¨¦ financiado por un pa¨ªs como Catar, con una fuerte implicaci¨®n en el conflicto no le resta para sus autores ninguna credibilidad. ¡°Trabajamos de manera totalmente independiente y no hemos tenido ning¨²n tipo de presi¨®n. Catar s¨®lo nos pidi¨® autentificar el material¡±, explica Goeffrey Nice, otro de los autores, el exfiscal del caso del expresidente yugoslavo Slobodan Milosevic. Sir Desmond de Silva, exfiscal jefe del tribunal especial para Sierra Leona es el tercer integrante del equipo de investigaci¨®n. Un experto en im¨¢genes digitales brit¨¢nico certific¨® la autenticidad de parte de las fotograf¨ªas.
C¨¦sar, que trabaj¨® 13 a?os para la polic¨ªa militar, desert¨® a un tercer pa¨ªs y se entrevist¨® el pasado enero con los investigadores. Les detall¨® el elaborado procedimiento burocr¨¢tico que ejecuta el Ej¨¦rcito cada vez que muere un detenido. C¨¦sar era el encargado de fotografiar los cuerpos. Por un lado, porque eso les permit¨ªa a los militares emitir un certificado de defunci¨®n sin que las familias accedan a los cuerpos. Y por otro, fotografiaban, porque las im¨¢genes confirmaban que las ¨®rdenes de ejecuciones se hab¨ªan cumplido. Tras morir en el centro de detenci¨®n, los cuerpos eran trasladados a un hospital militar. All¨ª, C¨¦sar, junto a un doctor y a un jurista comenzaban su trabajo. El informante indic¨® que hubo d¨ªas en los que fotografi¨® hasta 50 cad¨¢veres. Las causas oficiales de la muerte eran normalmente ¡°ataques cardiacos¡± o ¡°problemas respiratorios¡±. La gran mayor¨ªa de los cuerpos son de hombres j¨®venes y aparecen desnutridos.
A cada detenido se le adjudicaba un n¨²mero de referencia relacionado con el servicio de seguridad responsable de la detenci¨®n y muerte. Ya en el hospital, se les atribu¨ªa otro n¨²mero para falsear una defunci¨®n en el hospital. Una vez fotografiados, los cuerpos se enterraban en zonas rurales.
Los investigadores concluyen que las supuestas pruebas aportadas podr¨ªan sustentar acusaciones de cr¨ªmenes de guerra y contra la humanidad.
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