La recurrente historia de las crisis cambiarias en Argentina
Argentina ha vivido varias debacles monetarias los ¨²ltimos 40 a?os Los expertos dicen que esta vez es menos grave
Argentina sufre estos d¨ªas una nueva crisis cambiaria. En los ¨²ltimos 40 a?os ha sufrido varias, aunque mucho m¨¢s profundas de lo que es ¨C de momento - la actual. Fueron crisis que dejaron huella en la memoria de los argentinos y que han llevado a que muchos de ellos teman en los tiempos de vacas gordas que las flacas pronto llegar¨¢n. Fueron esa crisis las que llevaron a que no solo los ricos sino tambi¨¦n la clase media recurrieran al d¨®lar como moneda de ahorro y de pago de los inmuebles, como modo de protegerse frente a las devaluaciones de la moneda local. Fue una sucesi¨®n de debacles en 1975-1976, 1981, 1989-1990 y 2001-2002.
Antes de la crisis del Rodrigazo de 1975, Argentina ya hab¨ªa sufrido otras. Pero nunca una hiperinflaci¨®n (m¨¢s de 50% de inflaci¨®n en un mes). Aquel a?o, el ministro de Econom¨ªa del Gobierno de Isabel Per¨®n (1974-1976), Celestino Rodrigo, devalu¨® la moneda con el argumento de recuperar la competitividad de la producci¨®n argentina, es decir, para bajar los costes. Rodrigo anunci¨® entonces de un d¨ªa para el otro que la cotizaci¨®n del d¨®lar sub¨ªa m¨¢s del 150%, el combustible se encarec¨ªa un 180% y la media de los servicios p¨²blicos y el transporte, el 100%, mientras que los salarios, solo el 80%. El llamado Rodrigazo fue respondido con la primera huelga general contra un Gobierno peronista. Finalmente, los sindicatos consiguieron un aumento del 180%, similar a la inflaci¨®n anual del 183%.
El historiador econ¨®mico Mario Rapoport recuerda que, en aquel tiempo, hab¨ªa sindicatos fuertes alentados por el peronismo pero tambi¨¦n estaban los identificados con el marxismo. Y fue as¨ª que fall¨® el intento por abaratar el coste laboral argentino. De eso se encargaron entonces los militares que depusieron a Isabel Per¨®n. En 1976, el primer a?o de la dictadura de Jorge Videla, la inflaci¨®n lleg¨® al 444%, y en todo el r¨¦gimen - hasta 1983 - nunca baj¨® del 100% anual. En aquellos a?os de liberalizaci¨®n financiera en Argentina, el d¨®lar se transform¨® en la moneda para el ahorro y las transacciones inmobiliarias, dos usos que a¨²n persisten en buena parte de la poblaci¨®n, con excepciones como la porci¨®n que permanece en situaci¨®n de pobreza. Hasta 1974, solo el 4,2% de los hogares argentinos viv¨ªa en la pobreza, pero en 1980 ya eran el 6,1%, seg¨²n el libro El costo social del ajuste. Argentina 1976-2002, dirigido por la soci¨®loga Susana Torrado.
La siguiente crisis tuvo lugar en 1981. Durante la dictadura de Videla, con Jos¨¦ Alfredo Mart¨ªnez de Hoz como ministro de Econom¨ªa, Argentina multiplic¨® su deuda externa, se desindustrializ¨®, aument¨® el paro, cay¨® el salario, se alent¨® la especulaci¨®n financiera que posibilit¨® la fuga de capitales y se reprimi¨® de forma salvaje a opositores y sospechosos de serlo. En ese cuadro de fragilidad econ¨®mica, el general Roberto Viola reemplaz¨® a Videla y Lorenzo Sigaut a Mart¨ªnez de Hoz. ¡°El que apuesta al d¨®lar pierde¡±, dijo Sigaut, pero a los pocos d¨ªas comenz¨® una devaluaci¨®n que encareci¨® la moneda norteamericana un 226%. Pero en aquel tiempo la poblaci¨®n no protestaba. ¡°La dictadura en 1976 hab¨ªa descabezado a las c¨²pulas sindicales y estudiantiles¡±, recuerda Rapoport. La inflaci¨®n fue del 164% en 1981 y del 343% en 1982. Argentina cay¨® en su peor recesi¨®n hasta entonces desde la Gran Depresi¨®n de la d¨¦cada del 30. La situaci¨®n social se deterior¨® tanto que, finalmente, la peronista Confederaci¨®n General del Trabajo (CGT) organiz¨® el 30 de marzo la primera huelga contra el r¨¦gimen. Tres d¨ªas despu¨¦s, el entonces dictador Leopoldo Galtieri ocup¨® con sus tropas las islas Malvinas, despu¨¦s de 149 a?os de ocupaci¨®n brit¨¢nica, y la protesta sindical se diluy¨®. Dos meses m¨¢s tarde, Argentina perdi¨® la guerra por el archipi¨¦lago y, m¨¢s endeudada que antes, dej¨® de pagar parte de sus obligaciones. La crisis de la deuda se extend¨ªa por toda Latinoam¨¦rica, con epicentro en M¨¦xico.
La elevada inflaci¨®n, el alto endeudamiento y la depreciaci¨®n de la moneda argentina continuaron en democracia. En el Gobierno del radical (centrista) Ra¨²l Alfons¨ªn (1983-1989), solo en 1986 la inflaci¨®n baj¨® del 100% anual. Los salarios se cobraban por quincena y hasta los obreros compraban d¨®lares con parte de su n¨®mina para que sus ingresos no perdiesen valor en las dos semanas que separaban una paga de la otra. Pero la situaci¨®n se desmadr¨® en 1989, cuando estall¨® una hiperinflaci¨®n del 3.079% anual. El d¨®lar subi¨® el 2.038% y se consolid¨® como refugio de los argentinos que pod¨ªan comprarlo. Los precios en los negocios cambiaban entre la ma?ana y el mediod¨ªa. Entonces, en los barrios populares ocurrieron saqueos de supermercados. Algunos dirigentes de izquierda fueron detenidos como supuestos organizadores de los desmanes. El 38,2% de los hogares se hundi¨® en la pobreza. As¨ª como la dictadura provoc¨® el exilio pol¨ªtico de miles de argentinos, en aquella hiperinflaci¨®n muchos otros migraron por motivos econ¨®micos a Europa o EE UU.
El pueblo castig¨® al radicalismo en las urnas y vot¨® al peronista Carlos Menem como presidente en mayo de 1989. Menem, que cambi¨® la doctrina de su partido por la neoliberal, no pudo frenar la hiperinflaci¨®n en 1990 (2.314%), pero s¨ª a partir de 1991. La receta del nuevo jefe de Estado incluy¨® la confiscaci¨®n de los dep¨®sitos a plazo, a cambio de los cuales recibieron t¨ªtulos p¨²blicos, y un plan de privatizaciones y ajuste del Estado que fue aceptado con bastante pasividad por el sindicalismo peronista. Entonces surgi¨® una rival de la CGT, la Central de Trabajadores de Argentina (CTA).
El Gobierno de Menem (1989-1999) dej¨® otra herencia de alto endeudamiento externo, casi sin inflaci¨®n, pero con un desempleo que rondaba el 15%, con a?os de una moneda sobrevalorada, que se encontraba atada al d¨®lar desde 1991. Aquella apreciaci¨®n afect¨® al campo y la industria. A lo largo de los 90 comenzaron a repetirse los piquetes de parados en las carreteras de Argentina. En el Gobierno del radical Fernando de la R¨²a (1999-2001) se intensificaron. De la R¨²a aplic¨® sus ajustes fiscales, incluida la bajada de las pensiones y los salarios. Se negaba a devaluar el peso o a suspender pagos de la deuda, pese a la p¨¦rdida de competitividad de la econom¨ªa y al peso de los pasivos.
Ante el temor de una devaluaci¨®n, los argentinos con m¨¢s informaci¨®n financiera, los m¨¢s ricos y algunos de clase media, retiraron sus d¨®lares de los bancos argentinos a lo largo de 2001. Cuando el miedo se generaliz¨® y los ahorradores se agolparon en las oficinas para tambi¨¦n hacerse de los verdes, se hizo realidad el rumor extendido de una nueva confiscaci¨®n de dep¨®sitos. En diciembre de aquel a?o, el ministro de Econom¨ªa de De la R¨²a, Domingo Cavallo - el mismo que hab¨ªa sido el de Menem entre 1991 y 1996 - dispuso el despu¨¦s bautizado corralito, con lo que quedaron inmovilizados los dep¨®sitos a plazo y solo se pod¨ªan retirar 250 d¨®lares por semana de las cajas de ahorro. La medida hundi¨® a¨²n m¨¢s la econom¨ªa, reaparecieron los saqueos de supermercados, los ahorradores comenzaron a protestar en las oficinas de bancos - que protegieron sus escaparates de vidrio con persianas met¨¢licas -, los piquetes se renovaron y la clase media protest¨® con sus cacerolazos. De la R¨²a decret¨® el estado de sitio el 19 de diciembre de 2001, el pueblo no lo acat¨® y las fuerzas policiales reprimieron y mataron a 39 personas. El presidente tuvo que dimitir al d¨ªa siguiente en medio del descontrol pol¨ªtico, social y econ¨®mico.
El Congreso design¨® como presidente a un peronista, Adolfo Rodr¨ªguez Sa¨¢, que dur¨® una semana, en la que suspendi¨® los pagos de la deuda. El 2 de enero de 2002 asumi¨® la jefatura de Estado otro peronista, Eduardo Duhalde. Fue ¨¦l quien devalu¨® la moneda, con lo que el d¨®lar se apreci¨® 241% y se acabaron los a?os de inflaci¨®n baja al llegar al 41%. Los dep¨®sitos a plazo fueron canjeados otra vez por t¨ªtulos p¨²blicos. La pobreza alcanz¨® al 42,3% de los hogares. La depresi¨®n econ¨®mica de 1998-2002 fue peor que la del 30. Se habl¨® entonces del hiperdesempleo (21,5%). Otra vez los argentinos comenzaron a formar filas en las embajadas de Espa?a o Italia para recuperar la nacionalidad de sus antepasados y marcharse.
La devaluaci¨®n de enero de 2014 no tiene las dimensiones de las de 1975, 1981, 1989 o 2002. El d¨®lar se encareci¨® el 23%. La inflaci¨®n, que hasta diciembre era del 27,5% anual, est¨¢ en ascenso tras la depreciaci¨®n del peso. En 2012, el 15% de los hogares era pobre en Argentina. El paro es del 6,8%. Analistas cr¨ªticos del Gobierno de Cristina Fern¨¢ndez de Kirchner descartan que esta vez se suspendan pagos de la deuda del pa¨ªs - que se redujo durante casi once a?os de kirchnerismo - o que se congelen los pocos dep¨®sitos en d¨®lares que hay, pero temen menor actividad econ¨®mica (el PIB creci¨® el 3,1% en los primeros nueve meses de 2013), m¨¢s paro, inflaci¨®n y devaluaci¨®n y hasta conflicto social. De momento no ha habido protestas populares por la devaluaci¨®n, pero el l¨ªder del ala kirchnerista de la CGT, Antonio Cal¨®, admiti¨® que ¡°a la gente no le alcanza para comer¡±. Fern¨¢ndez le respondi¨®: "Yo no creo, como dijo Antonio, que ning¨²n argentino est¨¦ pasando hambre".
El historiador Rapoport diferencia la crisis cambiaria de 2014 de las de 1981, 1989 y 2002 porque considera que aquellas se originaron por un excesivo endeudamiento externo, que ya Argentina no padece m¨¢s. Encuentra alg¨²n parecido con la de 1975 en el sentido de que la de entonces, como la de ahora, ha sido precedida por a?os de crecimiento industrial y de las importaciones, pero considera que esta vez la depreciaci¨®n del peso ha sido provocada por un "golpe de mercado" de los exportadores agr¨ªcolas que se niegan a liquidar sus granos por las expectativas de una mayor devaluaci¨®n, que los llevar¨ªa a cobrar m¨¢s pesos por los d¨®lares cobrados, y para acabar con las pol¨ªticas de redistribuci¨®n del ingreso de Fern¨¢ndez. El jefe de Gabinete de Ministros, Jorge Capitanich, tambi¨¦n denunci¨® esta semana un "golpe de mercado" y que el Gobierno se encuentra "solo en este pelea", sin apoyo de la oposici¨®n ni del sindicalismo, y frente a grupos "medi¨¢ticos y econ¨®micos concentrados". El presidente de la Uni¨®n C¨ªvica Radical (UCR) y presidenciable, Ernesto Sanz, le respondi¨® con una expresi¨®n homof¨®bica: "El Gobierno est¨¢ mariconeando; que dejen de mariconear". Economistas cr¨ªticos del Gobierno no atribuyen la actual devaluaci¨®n a la especulaci¨®n de los exportadores sino a la apreciaci¨®n real (ajustada por inflaci¨®n) del peso en el periodo entre 2007 y 2012, la inflaci¨®n superior al 20% anual desde entonces, la cancelaci¨®n de deuda externa con reservas del Banco Central y el d¨¦ficit comercial en los sectores energ¨¦tico, tur¨ªstico e industrial.
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