Latinoam¨¦rica desperdicia el 15% de los alimentos que produce
La regi¨®n pierde unas 80 millones de toneladas por a?o, un 6% del total global de p¨¦rdidas
?Cu¨¢ntas veces a la semana usted tira restos de comida o alimentos caducados a la basura?
Tal vez lo piense mejor cuando se entere que en Am¨¦rica Latina, donde millones de ni?os sufren desnutrici¨®n cr¨®nica, se pierde el 15% de los alimentos que se producen cada a?o, o unos 80 millones de toneladas.
Desde el punto de vista de la nutrici¨®n, esto significa que se desperdicia una cuarta parte de los componentes energ¨¦ticos -o 450 kilocalor¨ªas- que una persona necesita diariamente para vivir.
Aunque no es consuelo, comparativamente Am¨¦rica Latina es la regi¨®n del mundo que menos comida desperdicia o pierde. En los pa¨ªses desarrollados, esta proporci¨®n puede alcanzar m¨¢s de un tercio de la producci¨®n total de alimentos.
Las causas de este desbarajuste var¨ªan en funci¨®n de los pa¨ªses. Los de ingreso alto, por ejemplo, desaprovechan la mayor parte de sus alimentos en la etapa del consumo. En Latinoam¨¦rica, el desperdicio se produce por igual en las etapas de producci¨®n y consumo: cada una representa el 28% del total de p¨¦rdidas, seg¨²n c¨¢lculos de la FAO.?
Fecha de caducidad
La fecha de caducidad de los productos es un factor que contribuye de manera importante a estas p¨¦rdidas, especialmente en la etapa del consumo familiar. El consumidor tiende a pensar que no es seguro ingerir un alimento despu¨¦s de ese plazo, pese a las advertencias en contrario de los expertos.
¡°Muchas veces compro algunos productos, como fiambres por ejemplo, que caducan en uno o dos d¨ªas, y no siempre estoy a tiempo de consumirlos¡±, comenta Juan Pedro, en un restaurante del centro de Buenos Aires.
En cuanto a la producci¨®n, el desperdicio se debe principalmente a formas ineficientes o prematuras de cosechar, y a condiciones excesivas de lluvia o de sequedad, hecho que sucede recurrentemente en Brasil o Argentina, por ejemplo.
El resto de las p¨¦rdidas de alimentos en la regi¨®n se lo reparten las fases de almacenamiento (22% del total), de distribuci¨®n y mercadeo (16%) y de procesamiento (6%).
En M¨¦xico, por ejemplo, se desperdician m¨¢s de 10 millones de toneladas de alimentos al a?o, que representan el 37% de la producci¨®n agropecuaria en el pa¨ªs, seg¨²n el Grupo T¨¦cnico de P¨¦rdidas y Mermas de Alimentos.
¡°Este desperdicio de alimentos supone terribles p¨¦rdidas en la inversi¨®n en agricultura y en los insumos de energ¨ªa necesarios para producir comida que despu¨¦s se pierde y de la que no se obtienen los retornos esperados¡±, explica Jos¨¦ Cuesta, experto en pobreza del Banco Mundial y autor del Food Price Watch, que monitorea el precio mundial de los alimentos y sus efectos socioecon¨®micos en la poblaci¨®n.
¡°Se trata de ingresos que el agricultor latinoamericano dejar¨¢ de recibir por un producto que no podr¨¢ vender¡±, agrega.
Seg¨²n el especialista, existen medidas t¨¦cnicas inmediatas que pueden ayudar a frenar este desperdicio de alimentos. Algunas son tan sencillas como por ejemplo usar recipientes de pl¨¢stico para depositar la fruta que se recolecta -en lugar de bolsas-, o mejorar los sistemas de refrigeraci¨®n para evitar p¨¦rdidas en la fase de almacenamiento.
Efecto en los m¨¢s pobres
La l¨®gica econ¨®mica de este problema es simple pero abrumadora: cuanta m¨¢s comida tiren los hogares, m¨¢s comida adicional tendr¨¢n que comprar para poder cubrir sus necesidades.
Esto implica que las familias utilizar¨¢n una mayor proporci¨®n de sus ingresos en comida y menos en otras actividades como educaci¨®n o sanidad.
¡°Claramente las p¨¦rdidas alimentarias tienen un impacto sobre la pobreza", afirma Cuesta.
Se?ala que una manera de paliar esta situaci¨®n es concientizar a los consumidores. Porque en sus manos est¨¢ la llave para aprovechar todos los alimentos que se compran y evitar as¨ª comportamientos nocivos, en ciertas ocasiones incentivados por las promociones comerciales ¨Clos dos por uno, por ejemplo-, que invitan a adquirir m¨¢s productos de los que realmente se necesitan.
A pesar de las repetidas crisis en el precio de los alimentos que el mundo viene padeciendo desde 2007, los gobiernos de la regi¨®n no han llegado a pol¨ªticas concretas de cambio de h¨¢bitos de consumidores y productores para frenar el grave problema del desperdicio de comida.
¡°No hay mucho nivel de conciencia, ni siquiera en los pa¨ªses m¨¢s ricos. Hay conciencia para producir m¨¢s alimentos pero no para mejorar la tendencia de p¨¦rdidas de alimentos en la regi¨®n, sobre todo en concientizaci¨®n y educaci¨®n¡±, concluye Cuesta.
Seg¨²n el reporte Food Price Watch, el precio de los alimentos sigue siendo elevado ¨Caunque descendi¨® en 2013-, lo cual deja en una situaci¨®n vulnerable a la poblaci¨®n de menos recursos econ¨®micos. El pr¨®ximo informe, previsto a publicarse a fin de mes estar¨¢ dedicado al problema global del desperdicio alimentario.
Robert Valls es productor online del Banco Mundial
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