El petr¨®leo calienta el conflicto entre Nicaragua y Costa Rica

A menos de 100 d¨ªas de acabar la presidencia de Laura Chinchilla en Costa Rica, su Gobierno est¨¢ decidido a dejar planteados todos sus reclamos al vecino Daniel Ortega ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ), en La Haya. Las autoridades en San Jos¨¦ anunciaron que enviar¨¢n a este tribunal internacional en semanas pr¨®ximas una nueva demanda contra Nicaragua por ofrecer a empresas petroleras internacionales explorar yacimientos submarinos en ¨¢reas que, seg¨²n las instituciones costarricenses, son parte de su jurisdicci¨®n.

Con unas fronteras mar¨ªtimas que imposibilitan saber d¨®nde realmente acaba y d¨®nde empieza el mar nicarag¨¹ense y el costarricense, ambos pa¨ªses centroamericanos tienen una raz¨®n m¨¢s para el desencuentro, adicional al juicio internacional por una supuesta invasi¨®n nicarag¨¹ense en una isla tica (2010), territorio que Managua se?ala como propio. Este caso se fundi¨® con una demanda que tambi¨¦n present¨® Nicaragua por supuestos da?os ambientales provocados por sus vecinos del sur al construir un pol¨¦mico camino paralelo a la frontera, con supuestos fines defensivos en caso de un eventual ofensiva del ¡°enemigo¡±, como llam¨® Chinchilla en el 2011 al gobierno de Ortega.

La disputa ha sido constante durante los ¨²ltimos tres a?os, abundantes en reivindicaciones soberanistas en ambas capitales, pero de fondo estaba ya el control sobre aguas que esconden decenas de bloques petroleros en el Caribe y en aguas del oc¨¦ano Pac¨ªfico. Lo denunci¨® en una nota de protesta la Canciller¨ªa costarricense en julio del 2013 al criticar el documento llamado ¡°Petroleum Promotional Folder of Nicaragua¡±, producido por el Ministerio de Energ¨ªa y Minas de Nicaragua. ¡°Es claramente visible que una importante cantidad de esos bloques o ¨¢reas ofertadas por Nicaragua se encuentran en espacios mar¨ªtimos de la Rep¨²blica de Costa Rica¡±, dec¨ªa la nota diplom¨¢tica en referencia a 18 puntos en el Pac¨ªfico y 55 en el Caribe.

La acusaci¨®n fue rechazada por Nicaragua. Tampoco lograron ponerse de acuerdo para volver a negociar los l¨ªmites mar¨ªtimos y Costa Rica vio necesario concretar la demanda internacional, con el alegato de que solo el derecho internacional tiene como recurso para frenar ¡°las ansias expansionistas¡± de Managua, con el apoyo de Rusia, como ha dicho el canciller tico, Enrique Castillo.

Managua ha rechazado tales acusaciones y, tras el anuncio costarricense de una nueva demanda ante la Corte en Holanda, culp¨® al gobierno de Chinchilla que querer obstruir cualquier posibilidad de di¨¢logo bilateral con el futuro gobierno en San Jos¨¦, cuyo gobernante deber¨¢ salir electo de una segunda ronda electoral el 6 de abril. Las opciones son el oficialista Johnny Araya y el opositor Luis Guillermo Sol¨ªs (Partido Acci¨®n Ciudadana), un experto en relaciones internacionales que promete priorizar una relaci¨®n cordial con su vecino del norte, uno de los factores que agrietan el di¨¢logo pol¨ªtico en el istmo centroamericano.

Costa Rica insiste en que la defensa del territorio marino donde estar¨ªan los bloques petroleros obedece a defensa de la soberan¨ªa, pues no est¨¢ en sus planes promover la exploraci¨®n petrolera, por considerar que contradice la imagen ambientalista tradicional de este pa¨ªs centroamericano, a pesar de intentos de aliados costarricenses por buscar aqu¨ª el ¡°oro negro¡±, como lo plante¨® China en el 2007.

Con unos 300.000 nicarag¨¹enses viviendo en Costa Rica para enviar remesas a su pa¨ªs y un intenso comercio bilateral que evitado la ruptura total de la relaci¨®n diplom¨¢tica, los gobiernos de Costa Rica y Nicaragua han aprovechado tambi¨¦n su conflicto para intentar mejorar los respectivos ¨ªndices de popularidad con sus poblaciones, en las qua calan f¨¢cil los mensajes contra el vecino.

El Gobierno de Chinchilla, m¨¢s af¨ªn a su vecino del sur, Panam¨¢, ha evitado expresar apoyo alguno al plan de Nicaragua de construir un canal interoce¨¢nico en alianza con el empresario chino Wang Jing. En principio se opuso porque la ruta preliminar provocaba afectaciones ambientales en la frontera costarricense, pero despu¨¦s se modificaron los mapas y San Jos¨¦ opt¨® por el ¡°respeto a la soberan¨ªa de Nicaragua¡±, aunque en fuera de los micr¨®fonos, el escepticismo abunda.