Brasil y el dilema de las represalias comerciales contra EE UU
La nueva ley agr¨ªcola norteamericana elimina los subsidios al algod¨®n pero establece ayudas indirectas
A Brasil le acaba de surgir una prueba de fuego para determinar el verdadero alcance de su voluntad de reconciliaci¨®n diplom¨¢tica con Estados Unidos tras la pol¨¦mica por el espionaje masivo de la NSA. La C¨¢mara de Representantes y el Senado aprobaron la semana pasada la nueva ley agr¨ªcola norteamericana, que supone el elemento clave en el largo contencioso entre Washington y Brasilia por los subsidios a la producci¨®n de algod¨®n en EE UU.
La Organizaci¨®n Mundial del Comercio (OMC) dio en 2004 la raz¨®n a Brasil en su denuncia por las ayudas a la producci¨®n otorgadas por el Gobierno estadounidense y le autoriz¨® a tomar represalias comerciales hasta por 830 millones de d¨®lares al a?o contra EE UU al determinar que dichos subsidios distorsionaban el mercado mundial de algod¨®n y afectaban a los exportadores brasile?os. Sin embargo, Brasil acord¨® con EE UU no aplicar ninguna represalia si Washington abonaba una compensaci¨®n a los productores del gigante sudamericano hasta que aprobara una nueva legislaci¨®n que eliminara los subsidios al algod¨®n.
Los pagos empezaron a efectuarse mensualmente en 2010 por valor de 147 millones de d¨®lares al a?o, pero en octubre pasado se suspendieron a ra¨ªz de los desacuerdos presupuestarios en el Congreso de EE UU que llevaron al cierre parcial de la Administraci¨®n durante dos semanas. Como respuesta, las autoridades brasile?as anunciaron que adoptar¨ªan una decisi¨®n sobre las hipot¨¦ticas represalias antes de marzo. En su visita a Washington a finales de enero, el ministro de Exteriores de Brasil, Luiz Alberto Figueiredo, se reuni¨® con representantes de la Administraci¨®n de Barack Obama para abordar este asunto y explic¨® que el Gobierno de Dilma Rousseff estudiar¨ªa cuidadosamente la nueva ley cuando fuera aprobada para dilucidar si atend¨ªa a sus ¡°requisitos¡± y, a partir de ello, decidir¨ªa si impone o no medidas de castigo a EE UU.
Ahora con la aprobaci¨®n definitiva de la legislaci¨®n ha llegado el momento de la verdad. La norma elimina los subsidios directos a la producci¨®n de algod¨®n -como reclamaba Brasilia, y lo que las autoridades y el sector en EE UU consideran suficiente para cumplir con el fallo de la OMC- pero establece, a cambio, un sistema de potenciales ayudas indirectas, lo que puede no satisfacer del todo las demandas brasile?as. Con el nuevo marco legal, los productores de algod¨®n pueden optar a un seguro que les garantiza un nivel m¨ªnimo de ingresos en los pr¨®ximos a?os. El aspecto esencial es que parte del monto del seguro -puede llegar hasta el 80% del total- estar¨¢ financiando por el Gobierno de EE UU.
¡°Esto supone un incentivo al productor para que compre esa protecci¨®n, lo que puede animarle a producir m¨¢s algod¨®n¡±, sostiene Burleigh Leonador, consultor senior de Prime Policy Group, una consultora con sede en Washington. ¡°Por tanto, desde el punto de vista brasile?o, la preocupaci¨®n puede ser que, pese al cambio en los subsidios, los seguros pueden ser igual de problem¨¢ticos en t¨¦rminos de distorsi¨®n de mercados¡±, a?ade en conversaci¨®n telef¨®nica.
Es decir, los seguros pueden generar un aumento de la producci¨®n del algod¨®n en EE UU, lo que implicar¨ªa que en el mercado mundial haya m¨¢s algod¨®n compitiendo con el recolectado en Brasil, todo lo contrario de lo deseado por el gigante emergente. Seg¨²n datos de la OCDE y la FAO, Estados Unidos es el tercer productor mundial de algod¨®n, por detr¨¢s de China e India, mientras Brasil es el quinto. Adem¨¢s, EE UU es el primer exportador mundial y China el mayor importador.
Todo apunta, por tanto, que la reacci¨®n brasile?a depender¨¢ de lo exigente que sea su an¨¢lisis de la nueva ley y, obviamente, de componentes pol¨ªticos. Brasilia tendr¨¢ que calibrar muy bien ventajas e inconvenientes, pues imponer una represalia comercial a EE UU no es, sin duda, la mejor opci¨®n para recomponer la confianza quebrada tras la revelaci¨®n en septiembre de que la NSA espi¨® el correo electr¨®nico de Rousseff, lo que enfureci¨® profundamente a la presidenta brasile?a y provoc¨® la cancelaci¨®n de su visita prevista a Washington a finales de octubre.
En 2010, las autoridades brasile?as publicaron una lista de un centenar de productos estadounidenses que podr¨ªan ser objeto de represalia por el contencioso del algod¨®n. Por ejemplo, las tarifas a la exportaci¨®n de autom¨®viles estadounidenses a Brasil pasar¨ªan del 35% al 50%, las de trigo del 10% al 30%, o las de algod¨®n llegar¨ªan a alcanzar el 100%.
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