Tarjeta amarilla para ordenar el juego pol¨ªtico
Voces cr¨ªticas del Partido Democr¨¢tico cuestionan la operaci¨®n de asalto al poder
Era de veras curiosa la manera en que Silvio Berlusconi encaj¨®, a principios del pasado mes de octubre, la traici¨®n de Angelino Alfano, su viejo lugarteniente, un pol¨ªtico del mont¨®n al que Il Cavaliere hizo creer durante a?os que ser¨ªa su sucesor ¡ªsin advertirle de que aspiraba a la inmortalidad¡ª. Aunque Alfano le hizo morder el polvo p¨²blicamente al tomar partido por Enrico Letta ¡ªy por conservar la vicepresidencia del Gobierno de Enrico Letta y la cartera de Interior¡ª, Berlusconi no lo atac¨® con dureza, si acaso le dedic¨® alguna chufla marca de la casa, pero dej¨® entreabierta la puerta de la reconciliaci¨®n. Hasta ahora. Tal vez crecido por su resurrecci¨®n pol¨ªtica, o m¨¢s bien intentando envenenar la relaci¨®n de Alfano con Renzi, el pol¨ªtico y magnate atac¨® a su antiguo delf¨ªn con descalificaciones de grueso calibre. Le dijo nada m¨¢s y nada menos que es ¡°un tonto ¨²til¡± que ha permitido ¡°y tal vez seguir¨¢ permitiendo¡± el gobierno de la izquierda.
La cuesti¨®n es que Alfano, que debe de estar de los nervios por conservar el poder sin agacharse demasiado, contraatac¨® con la misma moneda: ¡°Berlusconi est¨¢ rabioso como nunca, rencoroso. Su problema es que en los ¨²ltimos a?os se ha rodeado de demasiados idiotas in¨²tiles¡±. Hay que tener en cuenta que, si hace un mes, con el sosegado Letta en el poder y Berlusconi en estado de hibernaci¨®n, la pol¨ªtica italiana ya era un gallinero, en los pr¨®ximos d¨ªas puede alcanzar cotas de infarto. No solo por el ansia de los ministrables por llevarse el gato el agua, tambi¨¦n por el nerviosismo de Renzi por limpiar, con hechos, su pecado original, ese asesinato pol¨ªtico de Letta ejecutado a quemarropa.
No hace mucho, Matteo Renzi cont¨® que, cuando ten¨ªa apenas 18 a?os, hizo de ¨¢rbitro en ligas locales y campos de polvareda y que la ¨²nica forma en que los jugadores, m¨¢s altos y m¨¢s fuertes que ¨¦l, no se le subieran a las barbas, era ense?ar en los primeros minutos una tarjeta amarilla. Si no era as¨ª, el partido se le iba de las manos. Ahora se encuentra en una tesitura parecida. Su Gobierno no contar¨¢ con los cl¨¢sicos 100 d¨ªas de cortes¨ªa, ni siquiera con los 50.
El primer d¨ªa que se presente ante los ciudadanos ¡ªquiz¨¢s a finales de la presente semana¡ª, Renzi ya tendr¨¢ que tener previstas ¡ªa modo de tarjeta¡ª una serie de medidas incuestionables para ahogar las primeras voces que, desde dentro del PD, hablan de ¡°malestar¡± con los m¨¦todos utilizados para asaltar el poder. Varios medios italianos anuncian para los pr¨®ximos d¨ªas la difusi¨®n de algunas encuestas que, entre otros datos, informan de un considerable malestar ciudadano con los m¨¦todos del impetuoso alcalde de Florencia.
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