El precio de criticar a Abbas
Los servicios de seguridad palestinos castigan a los empresarios, periodistas y activistas que se atreven a expresar en p¨²blico su disidencia con el Gobierno
Criticar a las autoridades palestinas se paga caro. De hecho bien puede conllevar riesgo de ruina. Lo sabe muy bien el empresario Mohamed al Sabawi, quien a finales de a?o pasado se atrevi¨® a decir en p¨²blico que ¡°la gente quiere la ca¨ªda¡± del presidente Mahmud Abbas. En represalia, fue detenido e interrogado durante nueve horas. Su familia inici¨® entonces una campa?a de protesta. Ahora el Gobierno palestino quiere forzarla a callar, privando a sus compa?¨ªas de autorizaciones, privilegios y clientes. Hacerle la oposici¨®n a esos dirigentes se ha convertido en un ejercicio arriesgado en Cisjordania, justo en un momento en que la Autoridad Palestina negocia con Israel la creaci¨®n de un Estado propio a iniciativa de Estados Unidos.
Muchas organizaciones humanitarias opinan que esas coerciones no obedecen a una pol¨ªtica gubernamental, sino a un exceso de celo de los servicios de seguridad. ¡°El problema es que las fuerzas de seguridad palestinas no rinden cuentas por estos arrestos arbitrarios¡±, dice Bill Van Esweld, representante de Human Rights Watch en Ramala. ¡°No hay evidencias fuertes de que los abusos est¨¦n conectados con el Presidente. Todo apunta a que son iniciativas propias de las fuerzas de seguridad¡±.
Me detuvieron y me denunciaron¡±?? Un reportero que revel¨® abusos
El empresario Al Sabawi, refugiado palestino que tiene pasaporte canadiense, expres¨® esa voluntad de ver marcharse a Abbas en noviembre, despu¨¦s de que las fuerzas de seguridad ocuparan, durante la visita a Ramala del presidente franc¨¦s Fran?ois Hollande y sin permiso, la terraza de uno de sus edificios, donde alquila oficinas Naciones Unidas. Su hijo, Khaled, tilda el arresto de ¡°detenci¨®n ilegal¡±. ¡°?Qui¨¦n controla Palestina? Es Abbas. ?l es responsable de sus empleados y de c¨®mo act¨²an, incluidos los servicios de seguridad¡±, mantiene.
No arrestamos a nadie sin orden de la fiscal¨ªa¡± Portavoz policial
El general Adnan Damiri, portavoz de las fuerzas policiales palestinas, asegura que el arresto de Al Sabawi obedeci¨® ¨²nicamente a motivos de seguridad durante la visita de Hollande. ¡°El se?or Al Sabawi deber¨ªa dejar de proyectar sobre otros sus problemas econ¨®micos¡±, a?ade. ¡°La polic¨ªa palestina no hace pol¨ªtica¡±, puntualiza. ¡°No interferimos en las libertades de expresi¨®n, ni en las cr¨ªticas al presidente ni a nadie. No tenemos problema alguno con las cr¨ªticas pol¨ªticas. S¨ª estamos en contra de la difamaci¨®n, y a¨²n as¨ª no arrestamos a nadie hasta que tenemos una orden de la fiscal¨ªa para ello¡±.
Al Sabawi, por su parte, opina que a su padre le est¨¢n acosando al ¡°m¨¢s puro estilo de una mafia¡±. A la inmobiliaria Union Construction Investment, de la que Al Sabawi es accionista mayoritario, el Gobierno palestino le ha dificultado el registro de parcelas adquiridas para construcci¨®n, lo que impide su reventa. La aseguradora Al Ahalia, tambi¨¦n propiedad de Al Sabawi, ha visto como la Guardia Presidencial palestina ha cancelado la compra de p¨®lizas para sus empleados.
Las fuerzas de seguridad tambi¨¦n han arrestado a periodistas palestinos cr¨ªticos con el Gobierno. George Kanawati, presentador de un programa de quejas ciudadanas en una radio de Bel¨¦n, fue detenido en noviembre y sali¨® de su interrogatorio con un ojo morado. Mamdo Hamamreh, de la televisi¨®n Al Quds, fue condenado a un a?o de c¨¢rcel por publicar en Facebook una foto comparando a Abbas con un villano televisivo.
El propio Abbas perdon¨® a Hamamreh, algo que para las organizaciones humanitarias es significativo. ¡°No es el presidente quien ordena estas acciones¡±, asegura Musa Rimawi, que dirige el Centro Palestino para el Desarrollo y las Libertades de Prensa. ¡°Hay en las fuerzas de seguridad quien quiere demostrar que es muy leal, y lo hace as¨ª¡±.
No es el presidente quien ordena estas acciones¡± Un activista palestino
Los territorios palestinos ocupan el puesto 138 en el nuevo ¨ªndice de libertad de prensa de Reporteros Sin Fronteras, publicado la semana pasada, por detr¨¢s de pa¨ªses como Afganist¨¢n. El a?o pasado, varios periodistas palestinos protestaron en Ramala contra el silenciamiento de periodistas cr¨ªticos. En una carta al primer ministro, Rami Hamdal¨¢, denunciaron pr¨¢cticas ¡°da?inas¡± y ¡°vergonzantes¡±.
Son da?inas y vergonzantes¡± Periodistas palestinos sobre los arrestos
Entre ellas, el arresto durante 10 d¨ªas de 2012 de Yousef Shayeb, por escribir un reportaje en el diario jordano Al Ghad en el que dej¨® al descubierto una trama de corruptelas en la embajada palestina en Francia, que lleg¨® a salpicar al ministro de Exteriores Riad al Malki. Por las presiones del Gobierno palestino, Shayeb perdi¨® su trabajo en ese peri¨®dico y a¨²n tiene pendiente de resolver una causa abierta por injurias.
¡°Pens¨¦ que recibir¨ªa reconocimiento, por denunciar abusos y avanzar la libertad de prensa en Palestina. Imagin¨¦ que abrir¨ªan una investigaci¨®n¡±, dice hoy. ¡°Al contrario, me detuvieron y me denunciaron¡±. Los servicios de seguridad le pidieron que delatara a sus fuentes y entregara los documentos en los que bas¨® su investigaci¨®n. ?l se neg¨®.
El mandato del presidente palestino expir¨® en 2010. El ¨²ltimo a?o en que hubo elecciones fue 2006. Tras una guerra, el grupo islamista Ham¨¢s tom¨® el control de Gaza y el partido Al Fatah, en el que milita Abbas, se mantuvo en Cisjordania. Israel ocup¨® militarmente ambos territorios en 1967 y se retir¨® de Gaza en 2005. En Cisjordania la Autoridad Palestina s¨®lo tiene control civil sobre el 40% del territorio. En el resto, Israel ha extendido unas colonias consideradas ileg¨ªtimas por el derecho internacional. Hay un consenso entre activistas, periodistas y observadores palestinos de que la peor amenaza para la libertad de prensa en Cisjordania es esa ocupaci¨®n israel¨ª.
Muchos disidentes creen que Abbas cede demasiado en las negociaciones con los israel¨ªes. En 2012 el presidente decidi¨® invitar a Ramala a quien entonces era viceprimer ministro de Israel, Shaul Mofaz. Aquello incendi¨® las calles palestinas, pues Mofaz fue jefe del Estado Mayor del Ej¨¦rcito de Israel durante el estallido de la segunda intifada, y muchos palestinos le acusan de haber ordenado un tortuoso aislamiento de Arafat.
La visita de Mofaz provoc¨® una serie de protestas contra Abbas que fueron contenidas con mano dura policial. Los activistas recibieron palos y pu?etazos. A Hafez Omar, de 30 a?os, le enviaron al hospital tras golpearle en la cabeza. Es autor de unos ic¨®nicos carteles que plagan las calles cisjordanas, muy cr¨ªticos con Israel, la Autoridad Palestina y EE UU. Asegura que a?os de resistencia contra la ocupaci¨®n israel¨ª le han restado miedos.¡°Hay una crisis de confianza en Palestina. Estamos divididos. Gaza por un lado. Cisjordania por otro. Los que gobiernan no tienen legitimidad alguna. No nos representan¡±, dice.
El general Damiri admite que en esas acciones policiales ¡°hubo algunas violaciones y sus autores fueron amonestados, pero hay exageraciones sobre el uso de violencia. No usamos balas, solo gas lacrim¨®geno y palos, algo com¨²n en todo el mundo¡±.
La mano de los servicios de inteligencia palestinos alcanza tambi¨¦n a Internet, donde su celo no es menor. Hace un a?o Anas Saad Awwad, de 26 a?os, fue acusado de injuriar a Abbas y condenado a prisi¨®n por manipular una foto del presidente, para vestirlo con una camiseta del Real Madrid sobre el lema ¡°nuevo jugador¡±. Fue sintom¨¢tico que el juez empleara para ello el apartado del C¨®digo Penal de Jordania ¡ªalgo permitido por la ley palestina¡ª que proh¨ªbe injurias a la corona.
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