Domingo en la dacha de Yanuk¨®vich
Miles de ciudadanos esperan horas de atascos para visitar el espectacular domicilio del presidente, en el que proponen crear un museo de la corrupci¨®n
La curiosidad de los ucranios se ha concentrado este fin de semana en la residencia que el presidente depuesto V¨ªctor Yanuk¨®vich ocupaba a una treintena de kil¨®metros de la capital y que se ha convertido en un verdadero museo de los gustos y el estilo del l¨ªder huido y, por extensi¨®n, en un dato sociol¨®gico m¨¢s sobre la ¨¦lite dirigente post sovi¨¦tica. Mezhigorie est¨¢ ubicada al fondo del pueblo de Novie Petrivzi y a la mansi¨®n llegaban este domingo r¨ªos de gente, en coche, a pie y en bicicleta. Tal era la afluencia que, para llegar y marcharse, hab¨ªa que esperar horas en enormes atascos.
¡°Ni los jeques ¨¢rabes tienen tales viviendas¡±, exclamaba Alexandr, que dec¨ªa trabajar en un fondo ben¨¦fico y que se mostraba partidario de ¡°meter a Yanuk¨®vich en una jaula y tenerlo un a?o colgado en el Maid¨¢n¡±. En cierto modo, el lujoso complejo de 140 hect¨¢reas donde Yanuk¨®vich resid¨ªa es tambi¨¦n una jaula, a juzgar por las sucesivas barreras que lo separan del mundo exterior: primero un muro compacto de cerca de 20 metros de altura rematado por una madeja de alambre de espino; luego una fila de abetos, seguida de una carretera a modo de tierra de nadie; una buena verja de hierro forjado y un denso seto que impide ver el interior.
Tras superar estos obst¨¢culos por alguno de los puntos de control, los visitantes llegan a un paisaje id¨ªlico de colinas cubiertas de c¨¦sped, con un amplio lago donde flotaban peque?os icebergs y tambi¨¦n un comedero para las aves y los patos que chapoteaban en torno a una rocosa isla artificial.
La mansi¨®n de Yanuk¨®vich, de cuatro altas plantas, es un producto ecl¨¦ctico, como si se hubiera mezclado en ¨¦l un castillo medieval con una robusta caba?a de le?os, y todo ello se hubiera completado con s¨®lidas columnas acanaladas en espiral y detalles g¨®ticos, entreverados con algunas simuladas ruinas rom¨¢nticas.
Los nuevos poderes f¨¢cticos de Ucrania han decidido abrir al p¨²blico el territorio de la residencia, pero mantienen cerrada esta excepto para visitas guiadas especiales. Los ucranios se encaramaban el domingo a las ventanas y miraban m¨¢s all¨¢ de los cactus de los alf¨¦izares, hacia el interior, donde pod¨ªan verse unos s¨®lidos muebles de estilo castellano, pesados aparadores, un lujoso parqu¨¦, mullidas alfombras, estatuas y jarrones de gusto bastante convencional.
¡°Es como un cuento¡±, dec¨ªa Oxana, una ni?a que iba acompa?ada de su madre y que se hab¨ªa fijado en los animalitos de piedra de tama?o natural, dispersos por el paisaje. ¡°A m¨ª lo que m¨¢s me gusta es la barbacoa¡±, afirmaba un chico de 10 a?os, ¡°porque fue mi padre quien la construy¨®¡±, dec¨ªa orgulloso.
¡°Lo mejor es el zool¨®gico¡±, opinaba Anatoli, despu¨¦s de haber visto a los faisanes, avestruces, ciervos, cerdos y corderos, y los ¨¢rboles frutales del invernadero. ¡°Es como Versalles¡±, exclamaba. ¡°Vaya, pues d¨ªgame c¨®mo ir al zool¨®gico¡±, se interesaba un padre de familia seguido por su prole. Deambulaban todos como son¨¢mbulos, pregunt¨¢ndose y aconsej¨¢ndose.
Los miembros del movimiento de autodefensa del Maid¨¢n de repente se hab¨ªan convertido en gu¨ªas tur¨ªsticos e incluso se hab¨ªa instalado un puesto gratuito de bicicletas. ¡°Vayan al gale¨®n, eso s¨ª que es impresionante¡±, dec¨ªa una mujer, refiri¨¦ndose a la aparatosa nave fondeada en el llamado mar de Kiev, la reserva de agua de la capital.
El territorio de Mezhigorie fue en el pasado la ubicaci¨®n de un complejo de residencias gubernamentales dedicadas a actos oficiales. Sin embargo, Yanuk¨®vich se adjudic¨® una parte del conjunto a principios de la pasada d¨¦cada. Despu¨¦s, parte de la propiedad fue vendida a una sociedad an¨®nima, vinculada a uno de los miembros del equipo del presidente. En 2009, siendo primera ministra, Yulia Timoshenko intent¨® recuperar el complejo de viviendas e incluso lo consigui¨® durante cierto tiempo.
Mezhigorie se hab¨ªa convertido en un objeto simb¨®lico a los ojos de los ucranios que asocian este complejo con el abuso y el latrocinio, como hicieron los ciudadanos sovi¨¦ticos con las dachas de sus dirigentes, que por cierto nunca llegaron a abrirse al p¨²blico.
Los miembros del movimiento Automaid¨¢n (ciudadanos que se manifestaban contra el r¨¦gimen a bordo de sus veh¨ªculos) organizaron varias excursiones a Mezhigorie en noviembre y diciembre pasado, pero les sali¨® al paso la reforzada escolta y servicio de vigilancia del presidente.
Ahora, todos ellos han desaparecido y los activistas del Maid¨¢n montan guardia para evitar saqueos o vandalismo. Son muchos los ucranianos que proponen convertir la residencia en un ¡°museo de la corrupci¨®n¡±.
¡°Esto no es todo¡±, dec¨ªa en el jard¨ªn de Mezhigorie un habitante de Kiev que aseguraba haber desbrozado el bosque que rodea la residencia cuando trabajaba en una empresa forestal estatal. ¡°Nos quitaban el m¨®vil para que no pudi¨¦ramos hacer fotos, pero lo mejor no es esta residencia, sino otra que est¨¢ en Sujolushe, a 30 kil¨®metros. All¨ª iban a cazar y el bosque es m¨¢s espeso, los ciervos y los jabal¨ªes andan sueltos y no est¨¢n prisioneros y el servicio se dedica a sacar brillo a las armas¡±.
Mezhigorie, con su garaje lleno de coches de lujo blindados, su campo de golf, y su helipuerto, no tiene nada que ver con las dachas de los dirigentes de la URSS, que resultaron mucho m¨¢s modestas, y no digamos ya con las dachas de los dirigentes de la Rep¨²blica Democr¨¢tica Alemana, que esas s¨ª fueron dedicadas a museo.
La residencia de Mezhigorie evoca en cierto modo los palacios de Astan¨¢ y Ashjabad, las capitales de Kazajist¨¢n y Turkmenist¨¢n, pues en todos ellos hay una nota com¨²n: el confort occidental parece subordinado a las f¨¢bulas de Las mil y una noches.
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