Perplejidad
La Uni¨®n Europea est¨¢ haciendo todo lo posible para no enfrentarse con Vladimir Putin
No sabemos jugar a este juego de hinchar el pecho y mirar desafiantes a los ojos. Y se nos nota. Ni siquiera lo entendemos. Nuestra mirada es de perplejidad: echamos un paso atr¨¢s y nos preguntamos, ?por qu¨¦ act¨²a as¨ª? Putin nos recuerda al mat¨®n de patio, al bully que se quiere imponer por la fuerza y con quien de nada vale dialogar. Al contrario, el di¨¢logo refuerza su agresividad. ?l tiene su l¨®gica, impecable y cristalina, reflejo de unos intereses muy n¨ªtidos: ¡°esto es m¨ªo y si lo tocas te aplasto¡±.
Dicen sus bi¨®grafos que su etapa escolar estuvo muy marcada por la necesidad de emplearse a fondo con los pu?os para convencer a los matones de que su car¨¢cter estaba muy por encima de su f¨ªsico (nada imponente en altura y envergadura). ?Es ah¨ª donde se forj¨® este car¨¢cter que vemos hoy en d¨ªa? Puede que esto no sea m¨¢s que caduca psicolog¨ªa barata. Pero igual que los economistas est¨¢n volviendo a la psicolog¨ªa para entender mejor una serie de comportamientos (aparentemente irracionales) de los actores econ¨®micos que no encajan en los modelos te¨®ricos m¨¢s usados, quiz¨¢ haya llegado la hora de que los polit¨®logos tambi¨¦n volvamos al an¨¢lisis de la personalidad para entender por qu¨¦ determinados conflictos no encajan del todo en nuestras teor¨ªas de relaciones internacionales. Algunos dir¨¢n que s¨ª, que el neorrealismo estructural (una reformulaci¨®n algo pedantona de la vieja teor¨ªa del equilibrio de poder) lo explica todo. Pero como mucho explica s¨®lo una parte de este conflicto, la otra, la rusa.
Si la Uni¨®n Europea ha excitado los instintos geopol¨ªticos de Putin, llev¨¢ndole a dar un pu?etazo en la esquina del tablero que ocupa Crimea, ha sido muy a pesar suyo
Porque se pongan como se pongan los conspiranoicos, si la Uni¨®n Europea ha excitado los instintos geopol¨ªticos de Putin, llev¨¢ndole a dar un pu?etazo en la esquina del tablero que ocupa Crimea, ha sido muy a pesar suyo. La UE hizo todo lo posible por llegar tarde al conflicto. Y lo consigui¨®: para cuando logr¨®, con la presencia en Kiev de tres de sus ministros de exteriores, que Yanuk¨®vich firmara un acuerdo con la oposici¨®n que restaurara la Constituci¨®n de 2004 y diera paso a unas nuevas elecciones, el r¨¦gimen ya estaba herido de muerte y en descomposici¨®n por la locura criminal de su presidente que, desbordado por la situaci¨®n, decidi¨® huir. Y ahora, la UE est¨¢ haciendo todo lo posible para no enfrentarse con Putin: dejar pasar tiempo hasta reunir el Consejo Europeo, no elevar el tono ni hablar en p¨²blico de sanciones, apelar a la buena voluntad, pedir una mediaci¨®n internacional, etc. La UE, se le nota a leguas, no quiere entrar en la l¨®gica de las sanciones econ¨®micas ni del enfrentamiento. S¨®lo le falta suplicar a Putin que le de una salida honrosa.
Lo m¨¢s ir¨®nico de la UE es que, seg¨²n nuestro relato de nosotros mismos, hace d¨¦cadas que dejamos de retorcer los brazos de la gente. Y es que, seg¨²n nosotros, no tenemos poder. Pero para los dem¨¢s, s¨ª que lo tenemos, y mucho, de aqu¨ª que nos perciben como una amenaza. Y raz¨®n no les falta: si la UE representa el 25,9% del PIB mundial y Rusia el 2.4%, ?c¨®mo iba a ser posible que la UE, siendo la primera econom¨ªa del mundo, con 501 millones de habitantes, fuera m¨¢s d¨¦bil que una Rusia cuyo PIB es once veces inferior al nuestro, cuya poblaci¨®n (142 millones) es tres veces y media menor y cuyo gasto en defensa es una cuarta parte del nuestro? Muy tontos tendr¨ªamos que ser para ser m¨¢s d¨¦biles que Rusia. O muy listos para ocultarlo. Elijan ustedes.
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