El ¡®Sarkoleaks¡¯ o la deslealtad de un maniaco del espionaje
Nicolas Sarkozy y Carla Bruni piden a la justicia que impida la publicaci¨®n de las cintas con sus charlas privadas
Furiosos por la traici¨®n de su consejero m¨¢s escuchado, Nicolas Sarkozy y su esposa, Carla Bruni, anunciaron el jueves que emprender¨¢n acciones legales contra todo aquel que difunda los centenares de horas de conversaciones privadas grabadas en secreto por Patrick Buisson, el polit¨®logo y periodista de extrema derecha que ayud¨® al exl¨ªder de la UMP a vencer las elecciones presidenciales de 2007 y que, tras asesorarle durante cinco a?os, no pudo evitar la derrota de Sarkozy en los comicios de 2012.
El esc¨¢ndalo generado por la grabaci¨®n y la publicaci¨®n de cinco conversaciones que el exjefe del Estado mantuvo en 2011 con la primera dama y su equipo de asesores m¨¢s cercano pone en serio peligro el esperado regreso a la pol¨ªtica de Sarkozy de cara a las elecciones de 2017.
Al tratar de parar su difusi¨®n, el expresidente intenta limitar los da?os que podr¨ªa causar la aparici¨®n de revelaciones m¨¢s comprometedoras, un riesgo nada improbable dado que Buisson era, seg¨²n le defini¨® ayer su hijo, Georges, "un maniaco del espionaje", y visto que, seg¨²n enfatiz¨® un excolaborador, "ten¨ªa montado un sistema industrial de grabaciones secretas desde hace a?os".
El exconsejero pol¨ªtico y de comunicaci¨®n de Sarkozy present¨® por su parte una denuncia por el robo de las cintas, en un intento de sacudirse la responsabilidad de la filtraci¨®n y de impedir que salgan nuevas conversaciones a la luz. Su letrado, Guilles-William Goldnadel, asegur¨® que el equipo del presidente sab¨ªa bien que su cliente grababa todo con su dict¨¢fono digital, y acus¨® a Sarkozy y a su entorno de "montar una comedia" al mostrarse escandalizados por la aparici¨®n de las transcripciones.
Algunos amigos del maurrasiano y mon¨¢rquico Patrick Buisson contaron tambi¨¦n que el periodista, que hoy es director del canal Historia de la cadena privada TF1, registr¨® cada minuto de su trabajo junto a Sarkozy en el El¨ªseo para "levantar el acta oficial del mandato y porque es un amante de la Historia".
Claude Gu¨¦ant, que fue mano derecha del expresidente, secretario general del El¨ªseo y ministro del Interior durante el pasado quinquenio, neg¨® de plano que Buisson mostrara sus intenciones al resto de consejeros: "Nunca o¨ª hablar de grabaciones oficiales ni vi una grabadora sobre la mesa", declar¨® Gu¨¦ant.
Seg¨²n los medios que han publicado las cintas, Le Canard encha?n¨¦ y Atlantico, el asesor sal¨ªa de casa con el magnetof¨®n encendido en el bolsillo y grababa horas y horas de conversaciones, incluso las m¨¢s nimias. Le canard detall¨® que en una de las cintas se oye a Buisson hablando con el taxista que le llevaba al El¨ªseo, canturreando una canci¨®n ¡ªcomunista¡ª por un pasillo del palacio y conversando con alguien por tel¨¦fono al volver a casa.
Pero la intervenci¨®n m¨¢s asombrosa fue la del hijo ¨²nico de Patrick Buisson, Georges, que apenas se habla con su padre desde que el joven se cas¨® con una mujer malgache, y que sali¨® a escena disparando a diestro y siniestro contra su progenitor. El hijo, que niega ser el autor de la filtraci¨®n, retrat¨® a Buisson como "un enfermo del espionaje desde hace mucho tiempo", y enfatiz¨® que tiene "la casa llena de grabadoras".
Georges acusa tambi¨¦n a su padre de haberle utilizado como testaferro al convertirle en gerente y accionista de la empresa de sondeos Publiopinion, que con otra anterior llamada Publifact facturaron entre 2007 y 2012 nueve millones de euros a la presidencia de la Rep¨²blica. La justicia investiga desde 2009 ese exorbitante sobreprecio, abonado sin adjudicaci¨®n previa. Aquel a?o Buisson puso la sociedad nueva a nombre de su hijo y sigui¨® cobrando.
El Sarkoleaks esconde otros misterios y ramificaciones apasionantes. Las cintas contienen necesariamente monta?as de informaci¨®n confidencial y potencialmente explosiva, ya que relatan desde la c¨²pula de la Rep¨²blica cinco a?os muy controvertidos, con esc¨¢ndalos como las acusaciones de financiaci¨®n ilegal del coronel Muammar el Gadafi a Sarkozy antes de la invasi¨®n de Libia; el caso L'Oreal, en el que los jueces llegaron a imputar y desimputar al presidente por abusar de la confianza de la anciana heredera del imperio de cosm¨¦ticos, Liliane Bettencourt, o el esc¨¢ndalo Bernard Tapie, quien recibi¨® 403 millones de euros del Estado gracias a un arbitraje privado decidido por el El¨ªseo.
En una de las conversaciones filtradas, Buisson queda comprometido al decir que Gu¨¦ant "conoc¨ªa bien los dosieres" y "se mojaba un poquito", "especialmente en los esc¨¢ndalos ante la fiscal¨ªa". La implicaci¨®n del consejero ¨¢ulico hace pensar que no fue ¨¦l quien filtr¨® las cintas. ?Qui¨¦n lo hizo, pues? Algunas miradas se dirigen hacia los investigadores del caso de los sondeos millonarios, pero estos negaron ayer haber visto siquiera las transcripciones. La garganta profunda m¨¢s probable es un ajuste de cuentas, aun no se sabe si pol¨ªtico o privado.
Seg¨²n Marine Le Pen, el esc¨¢ndalo revela sobre todo la torpeza de Sarkozy, "que se deslumbr¨® con Buisson hasta el punto de olvidar que siempre fue un mercenario". "De los mercenarios", concluy¨®, "cabe esperar eficacia, pero nunca lealtad".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.