El ALBA impone su mayor¨ªa e impide una resoluci¨®n de la OEA sobre Venezuela

Atrapada entre el desd¨¦n del presidente Nicol¨¢s Maduro y la irritaci¨®n de buena parte de la comunidad internacional ante su prolongado silencio sobre la violencia desatada en las calles de Venezuela, la Organizaci¨®n de Estados Americanos (OEA) se dispon¨ªa el jueves a definir, por fin, su postura ante la crisis en el pa¨ªs sudamericano. Tras ocho horas de reuni¨®n, la mayor¨ªa de votos que Venezuela ha conseguido aglutinar en los ¨²ltimos a?os logr¨® impedir que los Estados miembros adoptaran alguna de las medidas que se iban a discutir: la convocatoria de una reuni¨®n de consulta de los cancilleres, el env¨ªo de una misi¨®n de observaci¨®n o la redacci¨®n de una resoluci¨®n ante el conflicto. La ausencia de acuerdo deja en evidencia la fractura, cada vez m¨¢s acusada, en el seno de la entidad y supone, adem¨¢s, otra oportunidad perdida para recuperar su mermada autoridad en el hemisferio, que podr¨ªa remediarse parcialmente este viernes, si, en la segunda parte de la sesi¨®n se consigue llegar a una declaraci¨®n de consenso.

¡°Lo que es evidente es que se han logrado frenar los porp¨®sitos intervencionistas de los convocantes de este Consejo ¡±, se?al¨® a la prensa el embajador venezolano ante la OEA, Roy Chaderton, al t¨¦rmino de una maratoniana reuni¨®n -comenz¨® alrededor de las 5.30 y se suspendi¨® pasada la una de la madrugada del viernes- que se celebr¨® a puerta cerrada. Venezuela ha sabido concitar el apoyo de los pa¨ªses del Caribe, un pu?ado de votos decisivo en el seno de la organizaci¨®n, que le ha permitido decantar la balanza a su favor en muchas ocasiones a lo largo de los ¨²ltimos a?os. Este jueves, el apoyo del bloque del ALBA y del Caricom determin¨® que ni siquiera se llegaran a contemplar ni la posibilidad de una convocatoria de los ministros de Asuntos Exteriores de la OEA para debatir la respuesta conjunta de la organizaci¨®n ante la crisis venezolana, ni el env¨ªo de una misi¨®n observadora, dos opciones contra las que arremeti¨® duramente el presidente Maduro durante los fastos por el aniversario de la muerte de Hugo Ch¨¢vez.

Descartadas ambas alternativas, la declaraci¨®n conjunta de llamado a las negociaciones entre las partes parec¨ªa la opci¨®n con mayores posibilidades de obtener consenso. Sin embargo, la forma, extensi¨®n y contenido de ese di¨¢logo fue lo que hizo encallar el debate entre los Estados miembros. A la reuni¨®n del Consejo se present¨® una propuesta inicial, liderada por Bolivia, en nombre del bloque del ALBA y pa¨ªses afines como Argentina, Uruguay o Brasil, que alababa los esfuerzos del Gobierno de Venezuela por resolver la coyuntura de protestas sociales de su pa¨ªs y la conferencia de paz convocada por Maduro como el foro leg¨ªtimo para albergar ese di¨¢logo. A ese texto se pretendi¨® incorporar, a modo de enmienda, una iniciativa promovida por Per¨² y el bloque de la Alianza del Pac¨ªfico, m¨¢s Costa Rica, Panam¨¢, EE UU y Canad¨¢, que ped¨ªa ¡°un seguimiento¡± de esas negociaciones que garantizara el env¨ªo peri¨®dico de informaci¨®n sobre el curso de las mismas al secretario general, Jos¨¦ Miguel Insulza.

Durante la tarde, se consigui¨® redactar un borrador con unos cinco puntos b¨¢sicos que contemplaban, entre otros asuntos, una investigaci¨®n de la violencia, la garant¨ªa de la no injerencia de la OEA en los asuntos internos de Venezuela ¨Ccomo pidi¨® Maduro- y la observaci¨®n de la institucionalidad democr¨¢tica y el Estado de Derecho en el marco de la Carta Democr¨¢tica de la organizaci¨®n, asuntos sobre los que se hab¨ªa llegado a un cierto consenso. La negativa del bloque del ALBA a aceptar la inclusi¨®n de la propuesta peruana impidi¨®, sin embargo, la posibilidad de que se llegara a un acuerdo esquivo, lo que oblig¨® a suspender la reuni¨®n para este mismo viernes.

Ninguna de las partes parece dispuesta, a priori, a hacer concesiones de cara a la segunda parte de la sesi¨®n del Consejo Extraordinario. En un principio, se volver¨¢ a partir de la propuesta boliviana que cuenta con la oposici¨®n frontal de pa¨ªses como Panam¨¢, el convocante de la reuni¨®n, EE UU o Canad¨¢. ¡°Nosotros quisi¨¦ramos ver que hubiera l¨ªneas de acci¨®n en el texto de Bolivia, no simplemente que se lamenten cosas. Habr¨¢ que revisar esa iniciativa y ni opini¨®n es que la OEA quedar¨ªa muy mal que respaldara esa posici¨®n porque el Consejo Permanente debe guardar cierto grado de neutralidad ya que la idea no es ni atacar al Gobierno de Venezuela pero tampoco venir a alabarlo¡±, explic¨® el embajador paname?o ante la OEA, Arturo Vallarino.

Una peligrosa fractura

El nivel de sutilezas barajadas para tratar de alcanzar una redacci¨®n final de declaraci¨®n es un claro ejemplo del ajedrez continental que se juega en la OEA. Las fricciones en torno al chavismo y el rechazo que en muchos Estados provoca la propia organizaci¨®n han sido determinantes en su prolongado silencio ante la crisis venezolana. Todas las instituciones regionales del hemisferio, Naciones Unidas, la Uni¨®n Europea, hasta el papa Francisco, han emitido comunicados, m¨¢s o menos tibios, instando al di¨¢logo, todos, y repudiando la violencia, algunos. La OEA ha permanecido callada, en una espera que, como su secretario general, Jos¨¦ Miguel Insulza, reconoci¨® durante la sesi¨®n, ha hecho emerger ¡°tensiones innecesarias ¡° entre sus miembros.

Durante su intervenci¨®n, el secretario general reivindic¨®, sin embargo, la vigencia y la importancia de la OEA en el continente. ¡°La expectativa provocada sirve para defender que esta Organizaci¨®n sigue siendo el principal foro de debate de las Am¨¦ricas¡±, se?al¨® el jefe de la entidad en un discurso muy firme, en el que no rehus¨® reconocer la profunda divisi¨®n entre sus miembros sin obviar la importancia de la pluralidad de voces en su seno ¨Cno en vano la OEA es la ¨²nica entidad que aglutina a todos los pa¨ªses del continente-. ¡°Las crisis polarizan y esta organizaci¨®n que es pol¨ªtica est¨¢ siempre al centro de ellas [¡­] Aqu¨ª, los de izquierda, de derecha o de centro tienen iguales derechos y la OEA es gobernada, de manera abierta y conocida, en el marco de la democracia y el estado de derecho, por sus estados miembros, reunidos en Consejo o Asamblea General¡±, se?al¨® Insulza.

Pese a la claridad de las palabras del secretario general, la incapacidad de llegar a un consenso sobre la situaci¨®n en Venezuela evidencia una fractura tremenda que juega en detrimento de su influencia en el hemisferio cada vez m¨¢s ahogada entre el mar de nuevos organismos regionales ¨CUnasur, CELAC¡­- entre cuyas aguas sus Estados miembros parecen nadar m¨¢s a gusto.?