Uribe se vuelve el mayor opositor a Santos con su entrada en el Senado

Las elecciones legislativas de este domingo en Colombia parecen confirmar que el expresidente ?lvaro Uribe va a tener mucho que decir en la implementaci¨®n de un eventual acuerdo de paz con las FARC y que su movimiento de derecha, el Centro Democr¨¢tico, ser¨¢ la mayor fuerza de oposici¨®n.?Pese a sus buenos resultados, que lo mantuvieron en cabeza durante todo el escrutinio, con el 98% de los votos escrutados, el partido de la U, del presidente Santos, se adelant¨® con 21 senadores. El uribismo tiene en este momento 20 y el control del Congreso se quedar¨ªa repartido entre los partidos de la coalici¨®n que apoya al Gobierno de Juan Manuel Santos ¡ªPartido de la U, liberales y Cambio Radical-, los conservadores, el Polo Democr¨¢tico (izquierda) y Alianza Verde, con 47 esca?os de los 102 que conforman la C¨¢mara Alta.

Estas legislativas tienen especial trascendencia por el momento pol¨ªtico que vive Colombia en torno al proceso de paz con las FARC, la guerrilla m¨¢s numerosa y antigua de Am¨¦rica Latina. El pr¨®ximo Congreso de Colombia que salga de las urnas tras las elecciones legislativas de este domingo ser¨¢ el del postconflicto. A eso le apuestan no solo algunos candidatos en campa?a, sino analistas, acad¨¦micos y periodistas en Colombia, que conf¨ªan en que los di¨¢logos que sostiene el Gobierno de Juan Manuel Santos con la guerrilla de las FARC terminar¨¢n en un acuerdo de paz. Tambi¨¦n se espera el inicio de un nuevo proceso con el Ej¨¦rcito de Liberaci¨®n Nacional (ELN), la otra guerrilla colombiana.

En caso de que Santos logre la reelecci¨®n en las presidenciales el pr¨®ximo 25 de mayo, como hasta ahora apuntan las encuestas a pesar de que el respaldo no supera el 30%, la construcci¨®n de la paz ser¨¢ uno de los temas centrales del debate en el Legislativo. De ah¨ª que el principal reto que enfrenta el ahora presidente y candidato es obtener las mayor¨ªas en el Congreso, para as¨ª sacar adelante los acuerdos que eventualmente se alcancen en La Habana. En otras palabras, ¡°si se quiere llegar a la paz con las FARC, se necesita un Parlamento dispuesto a ella¡±, escribi¨® el soci¨®logo y periodista Alfredo Molano en el diario El Espectador.

La importancia del nuevo Parlamento en el tema de la paz radica en que tendr¨ªa el reto de implementar todos los acuerdos a que llegue el Gobierno con las guerrillas a trav¨¦s de leyes y reformas. La primera tarea ser¨¢ reglamentar el pol¨¦mico Marco Jur¨ªdico para la Paz, un acto legislativo aprobado por el Congreso en 2012, que permitir¨¢ dise?ar un modelo de justicia de transici¨®n que satisfaga a las v¨ªctimas, pero que tambi¨¦n permita alcanzar la paz. Este modelo se aplicar¨ªa a los guerrilleros que se desmovilicen.

Uno de los grandes dilemas del actual Gobierno ha sido buscar un equilibrio, en la pr¨¢ctica, la justicia y la paz, la reparaci¨®n y la verdad. Santos cree que es imposible juzgar a todos los culpables de delitos atroces. La f¨®rmula ser¨ªa procesar los casos m¨¢s graves, que es la propuesta del Marco para la Paz. Esto lo rechaza frontalmente la oposici¨®n encabezada por el expresidente ?lvaro Uribe, que afirma que ese camino traer¨¢ impunidad. Ahora, con la previsible entrada en el Senado de Uribe, el mayor detractor del proceso de paz, ese debate puede tomar nuevos rumbos.

El Congreso saliente, en el que la coalici¨®n de Gobierno ten¨ªa mayor¨ªa, aprob¨® la ley de V¨ªctimas y Restituci¨®n de Tierras, el Marco para la Paz y el proyecto de ley sobre el referendo para la paz, leyes que, en palabras del presidente del Congreso, el liberal Juan Fernando Cristo, ¡°permitir¨¢n aplicar mecanismos de justicia transicional a los integrantes de los grupos insurgentes¡±. Pero la firma de un eventual acuerdo con las FARC traer¨¢ retos mayores, uno de los cuales ser¨¢ la forma en la que los guerrilleros pagar¨¢n sus delitos y como se articular¨¢ su participaci¨®n en pol¨ªtica.

Para el analista Juan Carlos Palou, si Santos es reelegido debe mantener unida la coalici¨®n que ahora integran tres partidos, para lograr que los congresistas aprueben las leyes estatutarias y otras necesarias para ratificar los acuerdos de paz. Aunque el uribismo no sea mayoritario en el nuevo Parlamento, ser¨¢ ¡°monol¨ªtico, altamente ideologizado y con grandes incentivos para frenar las posibles reformas que, aunque no conocemos su alcance, seguramente atentar¨¢n contra los privilegios de las ¨¦lites regionales que lo acompa?an¡±, dice el analista. Sin embargo, otra cosa puede ocurrir si los acuerdos con las FARC son refrendados por los colombianos de manera contundente. ¡°El Congreso no podr¨ªa aparecer contradiciendo la voluntad popular¡±, a?ade Palou, y esto pondr¨ªa a Uribe en una situaci¨®n dif¨ªcil.

Pero lo cierto es que las encuestas son ambiguas al respecto: los colombianos apoyan una salida negociada del conflicto pero rechazan, por ejemplo, que los guerrilleros desmovilizados participen en pol¨ªtica sin pagar un solo d¨ªa de c¨¢rcel. El panorama no empezar¨¢ a aclararse hasta que el proceso de paz llegue a buen t¨¦rmino, y por ahora est¨¢ a mitad de camino. A pesar de las promesas iniciales de Santos, ya est¨¢ descartado que se logre un acuerdo antes de las elecciones del 25 de mayo.