El refugio en Brasil de un exfiscal disgusta al oficialismo boliviano
La huida es otro factor de tensi¨®n en las distantes relaciones entre las administraciones de Morales y Dilma Rousseff
La huida a Brasil del exfiscal Marcelo Sosa deja mal parado al Gobierno del presidente Evo Morales que, ahora, suma otro factor de tensi¨®n en las distantes relaciones con la Administraci¨®n de Dilma Rousseff, pese a las negociaciones comerciales sobre un nuevo contrato de venta de gas natural boliviano.
La decisi¨®n de Sosa ha originado gran pol¨¦mica en el sistema pol¨ªtico y judicial de Bolivia; mientras surgen voces de parlamentarios oficialistas que proponen un replanteamiento de la agenda de ambos pa¨ªses a fin de que ¡°Brasil no sea refugio de bolivianos que tienen cuentas pendientes con la justicia¡±, se levantan otras que consideran el momento propicio para que se investigue la realidad boliviana, en la que se est¨¢, presuntamente, vulnerando derechos democr¨¢ticos.
Las autoridades brasile?as otorgaron, a comienzos de esta semana, un refugio temporal por seis meses al exfiscal Sosa, que se considera un perseguido pol¨ªtico tras su salida de Bolivia por la frontera con Per¨² y su ingreso al pa¨ªs vecino por el punto tripartito Bolpebra a Brasilea.
Sosa fue el poderoso fiscal que, en representaci¨®n del Gobierno boliviano, tramit¨® la acusaci¨®n contra 39 ciudadanos por delitos de terrorismo, alzamiento armado y separatismo, vulnerando elementales derechos en un debido proceso judicial, reiteradamente reclamado por los demandados.
El principal acusador en este ag¨®nico juicio, iniciado hace casi cinco a?os, ha dado un giro en su actuaci¨®n.
Ahora considera ilegal la operaci¨®n policial en un hotel de Santa Cruz el 16 de abril de 2009 ¨Cdurante la cual se abati¨® a tres europeos -, admite la posible falsedad de los informes forenses de la autopsia de estas personas y del montaje de supuestas pruebas; reconoce la compra de falsos testigos, la existencia de casos de soborno, tortura, extorsi¨®n y que fue obligado por autoridades de Gobierno a incriminar a personas inocentes. Estas afirmaciones est¨¢n contenidas en una carta que Sosa ha dirigido al pueblo boliviano ¡°que debe conocer la verdad de estos sucesos¡±.
El senador del oficialista Movimiento Al Socialismo, David S¨¢nchez, ha declarado a la emisora de radio Erbol que los problemas pol¨ªticos y asuntos como el de refugio y exilio, adem¨¢s del tema de coyuntura sobre las inundaciones en Beni y las represas hidroel¨¦ctricas ameritan ¡°el replanteamiento de la agenda con Brasil y, con seguridad que la canciller¨ªa boliviana estar¨¢ proyectando en breve tiempo reuniones con su par brasile?o¡±, ha dicho S¨¢nchez en alusi¨®n a la cita de cancilleres anunciada para el siete de abril en La Paz.
S¨¢nchez ha declarado que entiende la pol¨ªtica de refugio de Brasil ¡°pero tambi¨¦n los bolivianos exigimos, con nuestra Constituci¨®n, que se pueda respetar la justicia¡± y ha expresado su deseo de que los dos Estados puedan ponerse de acuerdo. El diputado oficialista Edwin Tupa coincide con este criterio a fin de que ¡°Brasil no sea refugio de gente que tiene cuentas con la justicia¡±.
La asamble¨ªsta de la opositora Convergencia Nacional, Centa Rek, ha pedido la inmediata extinci¨®n del juicio y la libertad de los enjuiciados detenidos por orden de Sosa. La mayor parte de ellos supera los tres a?os de privaci¨®n de libertad. Rek ha anunciado el viaje a Brasil de una misi¨®n de parlamentarios de oposici¨®n para lograr una audiencia con el Consejo Nacional de Refugiados y congresistas brasile?os.
El objetivo es llamar su atenci¨®n sobre lo que realmente est¨¢ pasando en Bolivia. ¡°Es una situaci¨®n de persecuci¨®n de amplias dimensiones y grandes repercusiones. Queremos una investigaci¨®n profunda¡±.
Sosa era investigado por tres casos de extorsi¨®n, despu¨¦s de que el pa¨ªs fue sacudido por el esc¨¢ndalo de una red de extorsi¨®n que operaba desde los ministerios del Interior y de la Presidencia. La red fue denunciada por el estadounidense Jacob Ostreicher, que acab¨® huyendo del pa¨ªs con la ayuda, entre otros, del actor Sean Penn, designado embajador para la defensa de la hoja de coca por el presidente Evo Morales.
Esta es la tercera vez que una persona procesada en los tribunales deja el territorio boliviano sin pasar por puestos fronterizos de control. El primero fue el senador Roger Pinto, tras un largo asilo en la embajada de Brasil de La Paz, y el segundo, Ostreicher. Otras 700 personas se encuentran refugiadas en Brasil tras alegar persecuci¨®n pol¨ªtica, seg¨²n el dato proporcionado por Sosa en su carta p¨²blica.
Con el principal acusador fuera del pa¨ªs, los encausados en el juicio por terrorismo est¨¢n pidiendo que se anulen obrados por ¡°actividad procesal defectuosa¡±, seg¨²n las manifestaciones p¨²blicas de los abogados defensores de varios ciudadanos procesados, Otto Ritter y Gary Prado.
El proceso ha peregrinado por tribunales de La Paz, Cochabamba, Tarija y el Chaco antes de llegar a Santa Cruz, donde se encuentra ahora para restituir el derecho a juez natural, pues los hechos se produjeron en esa ciudad. Las declaraciones ante los jueces de gran parte de los 39 acusados reflejan, cada vez con mayor certidumbre, que el caso ha sido un montaje desde ciertas esferas gubernamentales.
El Ministerio P¨²blico ha anunciado el inicio de acciones para pedir a Brasil la extradici¨®n de Sosa y, a la par, ha pedido a Interpol su captura internacional. Es una reacci¨®n ante los dedos acusadores de la oposici¨®n y hasta de la misma Corte Suprema de Justicia, que consideran al Fiscal General Ramiro Guerreo como responsable de la fuga del exfiscal Sosa al no haber actuado con prontitud.
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