El mayor partido de Costa Rica hace campa?a sin candidato
El PLN intenta salvar los muebles tras la retirada de su aspirante, Johnny Araya, el 5 de marzo pasado
La retirada del candidato oficialista a la presidencia de Costa Rica, Johnny Araya (del Partido Liberaci¨®n Nacional, PLN), ha empujado a la pol¨ªtica costarricense a una situaci¨®n ins¨®lita. El mayor partido pol¨ªtico de este pa¨ªs deber¨¢ pedir votos para alguien que ya est¨¢ retirado. Araya abandon¨® la contienda el 5 de marzo al considerar que la agrupaci¨®n no tiene posibilidades de ganar en la segunda vuelta de las presidenciales, que se celebrar¨¢ el 6 de abril, ni dinero para continuar con la campa?a.
El PLN consigui¨® en la primera vuelta, que se celebr¨® el 2 de febrero, el peor resultado en sus 63 a?os de existencia. Solo obtuvo el 30% de los votos v¨¢lidos, el equivalente al 20% del total del electorado.
Fundado en las ra¨ªces de la socialdemocracia despu¨¦s de la breve Guerra Civil de 1948 por el caudillo de sangre catalana Jos¨¦ Figueres Ferrer, el PLN se revel¨® en este 2014 como una gran maquinaria electoral incapaz de sobreponer sus m¨¦ritos hist¨®ricos sobre duros y abundantes cuestionamientos de una opini¨®n p¨²blica que, de por s¨ª, cree cada vez menos en los partidos pol¨ªticos. Con el exalcalde capitalino Johnny Araya como candidato presidencial elegido sin primarias por falta de rivales internos, el partido de bandera verde y blanca no logr¨® adaptar el tama?o de su estructura nacional a las complejidades que, aunque indescifrables a¨²n para encuestadoras y analistas, se resumen en la disyuntiva de continuismo o cambio, despu¨¦s de dos gobiernos continuos liberacionistas, con ?scar Arias (2006-2010) y Laura Chinchilla (2010-2014).
El PLN obtuvo el 30% de los votos v¨¢lidos, el equivalente al 20% del total del electorado
Los costarricenses, m¨¢s apegados a los cambios paulatinos que a los golpes, han elegido en esta ocasi¨®n el cambio. Al menos eso parece haber reflejado el resultado del domingo de 2 de febrero, cuando solo uno de cada cinco electores empadronados vot¨® por el candidato del poderoso PLN, ganador de nueve elecciones presidenciales desde 1953, miembro de la Internacional Socialista y hermano del Partido Socialista Obrero Espa?ol (PSOE). Los verdiblancos parec¨ªan prestos para un tercer mandato al hilo y ahora, a tres semanas de la segunda ronda, pide votos m¨¢s por honor que por una verdadera competencia en las urnas contra Luis Guillermo Sol¨ªs, del Partido Acci¨®n Ciudadana (PAC), fundado tambi¨¦n en los m¨¢rgenes de la socialdemocracia pero hace 13 a?os, en las agon¨ªas del bipartidismo hist¨®rico costarricense. El otro grande de entonces, el Partido Unidad Social Cristiana (PUSC) es ahora solo una agrupaci¨®n de media tabla.
Ahora queda entonces trabajar por ¡°dignidad¡±, dice Bernal Jim¨¦nez, un hist¨®rico dirigente que ahora funge como presidente del PLN. ¡°Sin dinero para campa?a, estamos apelando al voluntariado para llegar con dignidad a la elecci¨®n del 6 de abril, sabiendo que las circunstancias no nos van a favorecer. Es por el honor y el cumplimiento del deber. Muchos pensamos que ¨¦l (Araya) deb¨ªa seguir en la batalla, aunque sea sin recursos financieros, pero no podemos cambiar las cosas¡±, contest¨® Jim¨¦nez a EL PA?S.
Aunque Araya ha tirado la toalla, los comicios en su segunda vuelta se deben celebrar con su rostro en la papeleta; la ley proh¨ªbe a un candidato renunciar al balotaje. En todo caso, la c¨²pula del PLN y sus dirigentes locales en las siete provincias del pa¨ªs se niegan a apagar los motores de la campa?a. M¨¢s all¨¢ de la honra y del proclamado respeto a la tradici¨®n electoral en la democracia m¨¢s antigua de Am¨¦rica Latina, les preocupa el futuro cercano de una agrupaci¨®n en la cual cientos de l¨ªderes locales tienen colocado su futuro proyecto pol¨ªtico. En el 2016 se celebran elecciones de gobiernos locales en los 81 cantones del pa¨ªs, de los cuales 60 est¨¢n ahora en manos de alcaldes liberacionistas.
¡°Varias tendencias tendencias que convergen en el PLN como una casa que ha tenido el poder; era m¨¢s una alianza de tendencias. Lo que los une no es lo ideol¨®gico ni lo program¨¢tico. Daniel Oduber (presidente de la Rep¨²blica 1974-1978 con el PLN) me dijo, y lo tengo grabado, que Liberaci¨®n era m¨¢s una maquinaria que un partido pol¨ªtico. Ya el pegamento perdi¨® no es tan poderoso¡±, coment¨® el polit¨®logo Alberto Salom, autor del libro ¡°Los or¨ªgenes del Partido Liberaci¨®n Nacional y la socialdemocracia¡±. ?l fue diputado del PAC en 2006-2010 y uno de los gestores de la candidatura de Luis Guillermo Sol¨ªs, exsecretario general del PLN. Propuestas estatistas se mezclan con ideas de libre mercado bajo una misma bandera.
Para el analista Jorge Vargas Cullel, investigador en temas de democracia y sistemas pol¨ªticos, la confusi¨®n interna en el PLN a?ade incertidumbre al terreno pol¨ªtico en general y, dentro de la agrupaci¨®n, ¡°es el ambiente ideal para el surgimiento de liderazgos irresponsables, interesados en hacer oposici¨®n intransigente¡±, dentro de una bancada que tendr¨¢ 18 legisladores en este cuatrienio, la m¨¢s grande dentro de la Asamblea Legislativa fragmentada. ¡°Sin propuesta o capacidad propia, competir¨¢n entre ellos para ver qui¨¦n es m¨¢s duro con el Gobierno para as¨ª ganar notoriedad con las clientelas hist¨®ricas del Partido¡±, escribi¨® Cullel en su columna semanal en el diario La Naci¨®n, en la que calific¨® el retiro de Araya como ¡°una horrorosa equivocaci¨®n¡±.
Las sospechas, sin embargo, no han faltado. Para empezar, Luis Guillermo Sol¨ªs consider¨® que el retiro de Araya es ¡°una estratagema¡± para restarle contundencia al eventual triunfo del PAC, como apuntan las encuestas. Otros creen que se est¨¢ haciendo el vencido, sin dinero para la campa?a electoral, para dejar que el partido asuma la batalla electoral y revierta la aparente ventaja de Sol¨ªs. Dentro del PLN, la tristeza, el enojo y la sensaci¨®n de traici¨®n por Araya abarca buena parte de las estructuras, incluidos algunos cercanos colaboradores del candidato. Sienten que ese candidato los ha dejado abandonados. Para hacer todo m¨¢s confuso, ¨¦l dijo a la prensa que si el PLN ganara los comicios, no renunciar¨ªa a la posibilidad de asumir la Presidencia de la Rep¨²blica. Las leyes se lo permiten a ¨¦l y a sus dos postulados a las vicepresidencias: Jorte Pattoni, un gerente de 22 a?os en la principal cooperativa del pa¨ªs (Dos Pinos, de productos l¨¢cteos) y Silvia Lara, una soci¨®loga consultora sin ajena al partido.
La c¨²pula del PLN intenta tomar el control del partido ahora que el candidato se repleg¨®. Grupos internos apuran la pelea por votos, como lo ha hecho un centenar de militantes que visit¨® la semana pasada la tumba de su fundador, Jos¨¦ Figueres, y jur¨® no bajar las velas ahora. El problema es que ese Figueres, que inspira a miles de adultos, muri¨® hace 24 a?os y no pesa igual en el mill¨®n de j¨®venes del padr¨®n electoral, una tercera parte. Otros esperan que intervengan figuras ic¨®nicas del partido, como el expresidentes Jos¨¦ Mar¨ªa Figueres, hijo del caudillo, o su hom¨®logo ?scar Arias, premio Nobel de la Paz en 1987. Otro sector clama, m¨¢s bien, por dejar atr¨¢s los rostros de siempre y trabajar por l¨ªderes nuevos y nuevas formas de hacer pol¨ªtica.
La elecci¨®n del 6 de abril, sin embargo, est¨¢ a la vuelta de la esquina y la derrota parece inevitable. Seis d¨¦cadas de historia est¨¢n detr¨¢s de este PLN que ha hace a miles de partidarios votar por la bandera sin importar demasiado el candidato. Lo que nunca hab¨ªa ocurrido era hacerlos votar con un candidato fantasma.
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