Wilders divide a su propio partido tras su discurso electoral contra los ¡°marroqu¨ªes¡±
12 cargos auncian que "se distancian" del l¨ªder xen¨®fobo y una parlamentaria europea anuncia su dimisi¨®n Todos los partidos piden hacerle el vac¨ªo por incitar al odio contra un grupo ¨¦tnico La Iglesia Protestante convoca para el domingo en un servicio religioso abierto a otros credos
Geert Wilders, el pol¨ªtico antimusulm¨¢n holand¨¦s, ha podido cometer el mayor error de su carrera pol¨ªtica. Hasta 12 cargos p¨²blicos de su partido, entre concejales y diputados provinciales y nacionales, anunciaron en la noche del mi¨¦rcoles su intenci¨®n de "distanciarse" del l¨ªder xen¨®fobo. Una eurodiputada anunci¨® su dimisi¨®n. Los insultos de su jefe a los ¡°marroqu¨ªes¡± holandeses en la noche electoral del pasado mi¨¦rcoles han resultado imposibles de digerir. Las deserciones dejan la formaci¨®n a punto del colapso. Tras lograr un buen resultado en las municipales en las dos ciudades donde presentaba candidatos, Wilders lo celebr¨® preguntando al p¨²blico que lo coreaba en La Haya: ¡°?Quer¨¦is m¨¢s o menos marroqu¨ªes, aqu¨ª, y en Holanda?¡±. La sala core¨®: ¡°Menos, menos, menos¡±. Entonces, ¨¦l respondi¨®: ¡°Lo arreglaremos¡±. La frase le ha valido ya un centenar de denuncias ante la Fiscal¨ªa General del Estado por incitar al odio y la discriminaci¨®n. El domingo, la Iglesia Protestante oficiar¨¢ un servicio religioso de rechazo a sus palabras abierto a otros credos.
¡°Hemos notado que un amplio sector de la sociedad precisa sentirse unido, y quiere que todo el mundo sea tratado como un individuo valioso. Esa es la voz que deseamos sea escuchada¡±, ha dicho Karin van den Broeke, mujer sacerdote y presidenta de la Iglesia Protestante en Holanda. Su plan ha recibido el apoyo de la comunidad jud¨ªa y musulmana, pero mientras busca un templo, Wilders repite que su discurso no es delictivo. Para ser exactos, ni siquiera es nuevo. ¡°Estoy en contra de los delincuentes marroqu¨ªes, como siempre. Es absurdo que no pueda decir algo as¨ª. M¨¢s del 60% de estos j¨®venes ha tenido roces, o ha sido detenido por la polic¨ªa. Dependen (como grupo) siete veces m¨¢s que el resto de los subsidios. Se aprovechan y molestan a todos. Echarlos del pa¨ªs es una idea estupenda¡±, ha declarado a la cadena comercial de televisi¨®n RTL.
"?Quer¨¦is m¨¢s marroqu¨ªes o menos?", pregunta Wilders a sus seguidores en la celebraci¨®n de los resultados del mi¨¦rcoles. "?Menos, menos, menos!", le responden.
Al hablar de ¡°marroqu¨ªes¡±, Wilders se refiere en realidad a los holandeses de origen marroqu¨ª. Es decir, a los descendientes de los inmigrantes de primera generaci¨®n llegados a Holanda en los a?os sesenta para trabajar, en su mayor¨ªa, en el sector textil y de electr¨®nica. A sus compatriotas, puesto que han nacido aqu¨ª y disponen de pasaporte en regla. Seg¨²n las ¨²ltimas estad¨ªsticas, cerca de la mitad de los habitantes de La Haya ¨Csede del Gobierno y residencia del rey, Guillermo Alejandro¨C es de origen inmigrante, o bien expatriados temporales que trabajan fuera de su pa¨ªs. Y s¨ª, es cierto que las pandillas de ¡°j¨®venes marroqu¨ªes¡± aparecen con frecuencia en los atestados policiales (como sucede en ?msterdam). Pero las autoridades apuntan ¡°el fracaso escolar, el desarraigo y los peligros de radicalizaci¨®n, entre los problemas a resolver¡±. ¡°Distinguirlos por su etnia solo empeora las cosas¡±, seg¨²n portavoces gubernamentales.
Como las denuncias contra Wilders obran en poder de la Fiscal¨ªa, Ivo Opstelten, ministro de Justicia, le ha contestado a t¨ªtulo personal. ¡°Debe retractarse de unas palabras repugnantes. Estoy de acuerdo con Mark Rute (primer ministro liberal) en que as¨ª no podemos colaborar con ¨¦l¡±, ha dicho. Desde Bruselas, donde ha asistido a una cumbre europea dedicada al problema de Crimea, Rutte ha criticado al l¨ªder extremista ¡°por pasarse una vez m¨¢s de la raya¡±. Hasta la fecha, el mandatario, que acept¨® el apoyo extraparlamentario de Wilders durante su primer Gabinete (entre 2010 y 2012) en plenos ajustes por la crisis, hab¨ªa preferido evitar la confrontaci¨®n. Cuando le abandon¨®, provocando la convocatoria de nuevas elecciones, mantuvo la puerta abierta a la colaboraci¨®n. Ahora ya no.
La socialdemocracia, sus socios en el actual Gobierno, tambi¨¦n ha dado un portazo. ¡°El art¨ªculo primero de la Constituci¨®n dice que todos los ciudadanos deben ser tratados por igual, y estamos a punto de celebrar el 200 aniversario de la Carta Magna¡±, ha recordado Ronald Plasterk, ministro de Interior.
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