Espa?a prepara una lista de programas militares para despu¨¦s de la crisis
Desde 2008, el presupuesto de Defensa se ha reducido en un 30%, hasta los 5.745 millones
Aviones no tripulados (UAV), Airbus A330 de reabastecimiento en vuelo que sirvan tambi¨¦n para el transporte de personalidades, veh¨ªculos de combate sobre ruedas 8x8 o fragatas F-110 est¨¢n en la lista de los nuevos programas de armamento que, a partir del a?o pr¨®ximo, se propone lanzar el Ministerio de Defensa espa?ol. Los dr¨¢sticos recortes presupuestarios y la necesidad de digerir la pesada factura de los grandes proyectos de la pasada d¨¦cada ¡ªuna letra de 30.000 millones de euros que habr¨¢ que seguir pagando hasta 2030¡ª han llevado a las Fuerzas Armadas a prescindir incluso de unidades que a¨²n no hab¨ªan completado su vida operativa pero resultaba oneroso mantener, como el portaaeronaves Pr¨ªncipe de Asturias, y a reducir bajo m¨ªnimos el adiestramiento de la fuerza.
Desde 2008, el presupuesto de Defensa se ha reducido en un 30%, hasta los 5.745 millones de euros, menos del 0,6% del PIB. A esta cifra hay que sumarle, sin embargo, el coste de las misiones en el exterior (800 millones) y de los cr¨¦ditos extraordinarios para pagar deudas a las empresas de armamento (1.783 millones en 2012 y 877 en 2013), por lo que el saldo final est¨¢ cerca del 1% del PIB, a¨²n en la cola de los pa¨ªses de la OTAN.
Tanto el ministro de Defensa, Pedro Moren¨¦s, como su colega de Asuntos Exteriores, Jos¨¦ Manuel Garc¨ªa-Margallo, dan por sentado que, cuando se consolide la salida de la crisis, Espa?a deber¨¢ recuperar lo perdido estos a?os en equipamiento y operatividad de los ej¨¦rcitos.
Ello depender¨¢ de que se d¨¦ prioridad a esta partida sobre otras que han sufrido tambi¨¦n severos recortes ¡ªcomo educaci¨®n, dependencia o sanidad¡ª y, sobre todo, de que crezcan los ingresos p¨²blicos pues la regla de oro, introducida en la Constituci¨®n en 2011 para frenar el acoso de los mercados, sacraliza el equilibrio presupuestario.
Los planes de Defensa pasan porque los m¨¢s de 14.000 millones que el Ministerio de Industria adelant¨® en su d¨ªa a las empresas de armamento sean condonados y el dinero que ahora se gasta en liquidar atrasos se dedique a modernizaci¨®n y gastos de funcionamiento. En todo caso, no mucho m¨¢s all¨¢ del 1% del PIB. Los a?os en los que Espa?a actuaba como un nuevo rico, tambi¨¦n en Defensa, se han ido para no volver.
El problema est¨¢ en si, cuando acabe la traves¨ªa del desierto. Espa?a dispondr¨¢ de un Ej¨¦rcito que resulte sostenible. O ser¨¢ el mismo que antes de iniciarla, pero m¨¢s fam¨¦lico.
Hasta ahora, las reformas han brillado por su ausencia. El cap¨ªtulo de personal, pese a la reducci¨®n de sueldos y efectivos, ha seguido aumentando, hasta consumir el 77% del presupuesto ordinario, cuando no deber¨ªa pasar del 50%. Y la industria de Defensa, pese a las millonarias inyecciones de dinero p¨²blico, no se ha reestructurado. Sigue estando demasiado atomizada y es, en muchos casos, ineficiente.
Las Fuerzas Armadas han hecho sus deberes: el Ej¨¦rcito de Tierra ha planeado las brigadas operativas polivalentes y el Estado Mayor de la Defensa la Fuerza Conjunta, como forma de salvaguardar un n¨²cleo operativo para caso de crisis. El problema es que las reformas, incluso si a la larga conllevan un ahorro, de entrada cuestan dinero. Y Defensa no lo tiene.
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