Rusia aboca a Europa a m¨¢s reformas
El desaf¨ªo de Putin obliga a la UE a acelerar los cambios en la pol¨ªtica energ¨¦tica y de defensa. La reducci¨®n de la dependencia de gas y petr¨®leo llevar¨¢ a?os
Jam¨¢s hay que desaprovechar un buen shock: ¡°Solo una crisis, real o percibida, da lugar a un cambio verdadero; cuando llega esa crisis las respuestas dependen de las ideas que flotan en el ambiente¡±, dec¨ªa Milton Friedman, uno de los padres del neoliberalismo. Esa danza macabra que es la crisis del euro ha servido para acelerar el proyecto europeo con cesiones de soberan¨ªa impensables hace unos a?os y con un sensacional paquete de recortes ¡ªconocidos tambi¨¦n como reformas¡ª en la periferia. La tensi¨®n con Rusia aboca a Europa a acometer una segunda ronda de reformas, esta vez solo tangencialmente relacionadas con la econom¨ªa, para corregir las debilidades que quedan al descubierto con el desaf¨ªo de Vlad¨ªmir Putin: la enorme dependencia energ¨¦tica y la vacilante pol¨ªtica de defensa.
Ya hay en Bruselas un enjambre de lobistas y de representantes de diversas instituciones tratando de influir para sacar partido de los cambios que se avecinan. ¡°La crisis ucrania no es un conflicto militar: es una crisis pol¨ªtica y en todo caso energ¨¦tica¡±, afirman fuentes europeas. Y, aunque no pase a mayores, ha funcionado como despertador: ¡°Obliga a Europa a repensar o quiz¨¢s acelerar sus estrategias, aunque la dependencia rusa de Occidente es mucho mayor que la dependencia europea de Rusia¡±, a?ade Anders Aslund, del Peterson.
Los socios europeos, alineados con EE UU, persiguen buscar un nuevo punto de equilibrio con Mosc¨² para limitar los da?os, a sabiendas de que una escalada no beneficia a nadie. Europa, en fin, sigue atenta, pendiente y vigilante el desenlace de la crisis en Ucrania, pero no quiere m¨¢s tensi¨®n en medio de una policrisis financiera, econ¨®mica y pol¨ªtica de la que apenas empieza a recuperarse. Tampoco quiere l¨ªos Washington, como ha dejado claro el presidente Barack Obama en su visita a Bruselas. Pero es que ya ni siquiera parece quererlos Rusia, que el viernes sugiri¨® una soluci¨®n diplom¨¢tica al conflicto desatado tras la anexi¨®n de Crimea.
Las razones de que nadie quiera un conflicto a gran escala son variadas, pero tanto en el desaf¨ªo ruso como en el cap¨ªtulo actual de la crisis, en medio de una especie de calma tensa, hay que rebuscar en las procelosas aguas de la econom¨ªa para comprender algunas aristas del conflicto. Por un lado, el tablero geopol¨ªtico tiene ante s¨ª una creciente rivalidad energ¨¦tica, y la regi¨®n del C¨¢ucaso es clave: de ah¨ª ¡ªy de las garant¨ªas defensivas que busca Rusia creando un cintur¨®n de seguridad en Ucrania¡ª la bravata de Putin. Por otro, la econom¨ªa global, y en especial Europa y Rusia, no est¨¢ para m¨¢s sacudidas. Ni EE UU ni Jap¨®n tienen grandes lazos econ¨®micos con Rusia; en Europa son m¨¢s estrechos, especialmente en el cap¨ªtulo del gas y el petr¨®leo. Aun as¨ª, si la econom¨ªa rusa entrara en barrena, con ca¨ªdas cercanas al 10% del PIB ¡ªsimilares a la crisis del rublo en 1998¡ª, los da?os para Alemania se limitar¨ªan a medio punto de PIB, seg¨²n Deutsche Bank. En cambio, la amenaza de sanciones ha provocado ya desperfectos en Rusia: una sensacional huida de capitales y un descalabro de la bolsa y del rublo ante la constataci¨®n de que el pa¨ªs es muy dependiente de los ingresos procedentes de Europa y del centro financiero de la City de Londres.
La UE busca desesperadamente formas de reducir la dependencia energ¨¦tica de Rusia, pese a que ni siquiera durante la guerra fr¨ªa Mosc¨² se atrevi¨® a cortarle el gas a Occidente. Bruselas pide un ejercicio de realismo: no hay atajos y eso llevar¨¢ tiempo; a?os. En el caso del petr¨®leo ni siquiera es deseable en el cort¨ªsimo plazo: ¡°Buscar otros proveedores de crudo solo llevar¨ªa a un incremento de precios que favorecer¨ªa a Rusia¡±, reconocen fuentes comunitarias. ¡°Aun as¨ª, la crisis es un catalizador: los europeos se han dado cuenta de que hay que invertir en interconexiones, desarrollar las renovables y pensar qu¨¦ hacer con el shale gas y lo nuclear¡±.
Algo parecido puede decirse de la pol¨ªtica de defensa. Solo en los tres primeros a?os de la crisis ¡ªhasta 2010¡ª, el gasto europeo en defensa se redujo en 45.000 millones, recortes que no han hecho sino aumentar desde entonces. Obama critic¨® con dureza esa tendencia en Bruselas. La crisis ucrania no va a permitir grandes alegr¨ªas presupuestarias, pero s¨ª puede detener esa ca¨ªda, seg¨²n las fuentes consultadas; especialmente en los pa¨ªses m¨¢s cercanos a la zona de conflicto. ¡°Hay gente frot¨¢ndose las manos con este asunto: la seguridad europea es m¨¢s fr¨¢gil de lo que pens¨¢bamos y es posible que haya llegado el momento de un punto de inflexi¨®n en ese frugal gasto militar europeo¡±, seg¨²n fuentes diplom¨¢ticas. Aun as¨ª, es el segundo del mundo: en torno a 200.000 millones de d¨®lares anuales, cinco veces m¨¢s que China; ocho veces m¨¢s que Rusia. Sobre el papel, Europa en su conjunto tiene muchos soldados, pero esas fuerzas son poco desplegables, est¨¢n muy poco coordinadas y mal equipadas. ¡°Hay planes para que eso cambie. Veremos si el aviso de Rusia los activa¡±, cierran las mismas fuentes.
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