Deshielo de doble direcci¨®n entre Washington y La Habana

El partido comunista es hegem¨®nico en Cuba hace 55 a?os, y nada sugiere que no vaya a seguir si¨¦ndolo. El Estado todav¨ªa controla la econom¨ªa, pero algo sustantivo est¨¢ ocurriendo en la isla como para que EE UU haya atemperado su beligerancia contra el castrismo, la UE decidiera aparcar la posici¨®n com¨²n de 1996, que condiciona las relaciones a la promoci¨®n de la democracia y al respeto de los derechos humanos, y haya desaparecido del malec¨®n habanero la vieja consigna miliciana: ¡°Se?ores imperialistas, no les tenemos ning¨²n miedo¡±. Lo que est¨¢ ocurriendo en Cuba es que, por primera vez, y pese al inmovilismo pol¨ªtico, convergen liberalizaciones socioecon¨®micas y un pragmatismo impensables hace ocho a?os.

¡°Se suceden las conversaciones secretas entre Cuba, Washington y los europeos, y parece que todos han llegado a la conclusi¨®n de que Ra¨²l Castro va en serio¡±, dice una fuente diplom¨¢tica latinoamericana. ¡°Hasta ahora solo vemos reformas econ¨®micas, pero la apuesta es que su trascendencia social lleve a medio plazo a la apertura pol¨ªtica¡±. La progresiva descentralizaci¨®n y reducci¨®n del tama?o del Estado, el surgimiento de 455.000 cuentapropistas, la compra venta de veh¨ªculos y viviendas, y otros cambios estructurales no agotan la lista de las reformas, algunas de complejo y err¨¢tico desarrollo.

¡°Si nos damos cuenta de que una vez puestas en marcha hace falta introducir correcciones, lo hacemos¡±, dice en su despacho el economista Hugo Pons, que particip¨® en la preparaci¨®n de apertura a la iniciativa privada aprobada por el VI Congreso del Partido Comunista, en el a?o 2011. ¡°Tenemos pendiente la eliminaci¨®n de la doble moneda. La unificaci¨®n puede estar concluida en el 2016¡±. Un total de 68.000 emprendedores reciben clases de administraci¨®n y econom¨ªa de mercado bajo la asesor¨ªa de Pons.

Algo est¨¢ ocurriendo dentro y fuera de en La Habana como para que Cuba decidiera no acoger al analista de la CIA Edward Snowden, perseguido por EE UU, que a su vez reaccion¨® discretamente cuando confisc¨® un barco norcoreano cargado con armamento cubano. Tampoco el r¨¦gimen salt¨® a la yugular de Obama despu¨¦s de que el presidente norteamericano se fotografiara con destacados miembros de la oposici¨®n cubana.

El deshielo es de doble direcci¨®n. La reforma migratoria y la eliminaci¨®n de la tarjeta blanca para salir del pa¨ªs, el acceso a la telefon¨ªa m¨®vil e Internet, aunque con limitaciones, la excarcelaci¨®n en el 2010 de 130 presos pol¨ªticos, as¨ª como la autorizaci¨®n a viajar al extranjero y volver a Cuba de los disidentes, son otros avances tenidos en cuenta por EE UU y la UE para reanudar discretas conversaciones.

Los aeropuertos, mientras tanto, reciben a diario vuelos charter procedentes de Miami, en un tr¨¢fico a¨¦reo inusitado. Y quienes ahora salgan de Cuba podr¨¢n permanecer dos a?os en el extranjero sin perder sus bienes en la isla. Solo en el a?o 2012, m¨¢s de 400.000 cubanos con residencia en EE UU pudieron viajar a la isla, al igual que otros cientos de miles domiciliados en Europa, Canad¨¢ y Am¨¦rica Latina. Buena parte de la inversi¨®n de los emprendedores que abren cafeter¨ªas, restaurantes, talleres o peluquer¨ªas procede de sus familiares en el extranjero.

Paralelamente, adinerados hombres de negocios y directivos norteamericanos llegan a La Habana para reunirse con funcionarios y sondear las posibilidades de invertir. Uno de ellos es Alfonso Fanjul, miembro de una dinast¨ªa azucarera prerrevolucionaria, activista contra el castrismo en Miami, que ha viajado a Cuba en dos ocasiones. Empresarios extranjeros con muchos a?os de estancia aseguran en privado que ¡°los dirigentes del partido m¨¢s reacios a la normalizaci¨®n con EE UU han perdido influencia¡±.

La Administraci¨®n Obama relaj¨® algunas de las restricciones y crece el turismo norteamericano encubierto, camuflado en supuestos viajes acad¨¦micos, culturales o religiosos a La Habana. Por su parte, la mayor¨ªa de los pa¨ªses latinoamericanos, de perfil socialdem¨®crata, no objeta el r¨¦gimen cubano, con el que mantiene fluidas relaciones diplom¨¢ticas y comerciales, e ignora cualquier iniciativa dirigida al aislamiento de Cuba. Piden el levantamiento del embargo impuesto por Washington en los a?os sesenta, pero su eventual terminaci¨®n no depende del Ejecutivo norteamericano sino de un dif¨ªcil acuerdo bipartidista en el Congreso.