El rechazo a un futuro con violencia marca las elecciones en Afganist¨¢n
Tres candidatos encabezan las preferencias en las presidenciales de este s¨¢bado
Las 48 horas de reflexi¨®n obligatorias en Afganist¨¢n han acallado los ruidosos y festivos m¨ªtines que han caracterizado la campa?a para los comicios presidenciales y provinciales del pr¨®ximo s¨¢bado. Tres son los principales contendientes para remplazar al jefe del Estado, Hamid Karzai, a quien la Constituci¨®n impide presentarse a un tercer mandato. Pero para los afganos, m¨¢s que las (escasas) diferencias de programa entre Ashraf Ghani, Abdullah Abdullah y Zalmay Rassoul, importa el relevo pac¨ªfico en el poder, tras d¨¦cadas de guerra y privaciones.
¡°Las elecciones se han preparado mucho mejor que en las anteriores ocasiones¡±, ha manifestado J¨¢n Kubis, el representante especial de la ONU para Afganist¨¢n. Sus palabras, en sinton¨ªa con el discurso oficial de la comunidad internacional, intentan transmitir confianza a los afganos y a los analistas que dudan de la limpieza y credibilidad de esta tercera elecci¨®n presidencial desde el derribo de los talibanes en 2001. Los motivos de preocupaci¨®n son m¨²ltiples. Desde el perfil de los candidatos, hasta el riesgo de fraude y, sobre todo, el clima de inseguridad acentuado por la amenaza talib¨¢n de impedir las votaciones.
El imponente despliegue policial del que alardean las autoridades, 195.000 hombres en todo el pa¨ªs, no impidi¨® que el jueves a mediod¨ªa un terrorista suicida burlara los controles de acceso al Ministerio del Interior, en el centro de Kabul, matara a seis agentes y dejara a otra decena heridos. Aunque fuentes diplom¨¢ticas occidentales aseguran que a diario se desbaratan atentados y se intercepta material explosivo, eso no tranquiliza ni a los afganos ni a las organizaciones internacionales, muchas de las cuales han incentivado vacaciones y restringido el movimiento de quienes permanecen sobre el terreno.
A¨²n as¨ª, encuestas y estudios acad¨¦micos apuntan a que ¡°un sorprendente n¨²mero de afganos urbanos tienen intenci¨®n de votar¡± a pesar de la violencia, los precedentes de fraude y los rumores de pactos de reparto de poder entre los pol¨ªticos. Para ellos no se trata tanto de elegir entre programas, o de un ejercicio democr¨¢tico, como de apostar por un futuro sin violencia.
De hecho, la contienda parece m¨¢s bien entre personalidades. Los candidatos, todos pastunes (salvo Abdullah que es mitad tayiko), han hecho un esfuerzo por mostrarse incluyentes, designando para las vicepresidencias a miembros de las minor¨ªas, e incluso a alguna mujer. La diversidad del pa¨ªs exige equilibrios.
Ninguna elecci¨®n puede ganarse sin los votos pastunes (un 42% de la poblaci¨®n), pero tampoco sin el apoyo de alguno de los otros grupos ¨¦tnicos (tayikos, uzbekos o hazaras, que suman un 45%). Aunque la apuesta por los compa?eros de candidatura ha sido en algunos casos arriesgada.
Ninguna elecci¨®n puede ganarse sin los votos pastunes, pero tampoco sin el apoyo de los otros grupos ¨¦tnicos
En su gui?o a la minor¨ªa uzbeka, Ghani lleva como n¨²mero dos a Abdul Rashid Dostum, un notorio se?or de la guerra que est¨¢ acusado de cr¨ªmenes contra la humanidad. Lo mismo sucede con el hazara Mohammad Mohaqiq, que es el candidato a primer vicepresidente de Abdullah.
En pol¨ªtica exterior todos quieren firmar con Estados Unidos el Acuerdo Bilateral de Seguridad (BSA, en sus siglas inglesas), que Karzai ha rechazado. No hacerlo, les restar¨ªa credibilidad. Saben que de ese pacto depende la ayuda de 4.000 millones de d¨®lares anuales que financia, entre otros, a las fuerzas de seguridad, 300.000 hombres armados sin los cuales el pa¨ªs se sumir¨ªa de nuevo en la guerra civil.
¡°M¨¢s vale votos que balas¡±, explica el periodista Bilal Sarwary, haci¨¦ndose eco de un sentir bastante extendido, al menos en las ciudades. En su opini¨®n, todo el mundo sabe que no van a ser unas elecciones con los est¨¢ndares internacionales. ¡°Aparte de la violencia, a¨²n tenemos mucho voto de clan y todos los candidatos van a intentar hacer trampas en la medida que puedan¡±, admite antes de recordar que, ¡°por primera vez en la historia de Afganist¨¢n, un presidente va a dar el relevo a otro en las urnas. La alternativa es volver a matarnos unos a otros en una guerra civil¡±.
Los representantes de la comunidad internacional no pueden estar m¨¢s de acuerdo. Al final, lo que quieren es un proceso que evite otro conflicto abierto, permita firmar el BSA, y luego un acuerdo con la OTAN. Tras 12 a?os, miles de millones gastados y muchas vidas perdidas nadie quiere volver a la casilla de partida.
Contra la inseguridad y la corrupci¨®n
Globos, bailes y tambores. Los m¨ªtines electorales han sido una fiesta. Incluso cuando empezaban a las nueve de la ma?ana y los candidatos no llegaban hasta tres horas despu¨¦s. Ashraf Ghani, el mejor situado en las encuestas, y supuesto favorito de EEUU, reuni¨® a una multitud el martes en el estadio de Chaman Hozory de Kabul. Casi a la misma hora, su principal rival, Abdullah Abdullah, congregaba a una muchedumbre en Herat, la tercera ciudad del pa¨ªs. Horas antes, Zalmay Rassoul, al que se atribuye el respaldo del presidente Hamid Karzai, se hab¨ªa dado su propio ba?o de masas en Mazar-i-Sharif.
¡°Voy a votar por Ghani porque es un hombre preparado, que ha tenido puestos de responsabilidad a nivel internacional y ha prometido traernos seguridad¡±, declaraba Safiullah, un estudiante de inform¨¢tica de 21 a?os.
De hecho, al menos 748 colegios electorales de los 7.171 previstos no van a poder abrir debido a las amenazas de los talibanes. Sin embargo, la preocupaci¨®n por la inseguridad de Safiullah, como la de la mayor¨ªa de los afganos, es m¨¢s cotidiana. Se queja de que en su barrio de Kabul cuando la polic¨ªa pilla a alg¨²n delincuente, le libera a cambio de un soborno.
¡°Mucha gente, sobre todo los traficantes de droga, quedan en libertad tras pagar dinero a jueces y polic¨ªas¡±, confirma Waresollah Sheikh, un abogado que trabaja en el Tribunal Penal. En su opini¨®n, si sale elegido Ghani, un ex alto funcionario del Banco Mundial, disminuir¨¢ la corrupci¨®n. Todos los candidatos han hablado de luchar contra esa lacra con promesas de justicia e igualdad. Sin embargo, ninguno ha planteado pol¨ªticas concretas de c¨®mo atajar los muchos males que plagan el pa¨ªs. Los tres principales contendientes han tenido responsabilidades de Gobierno con Karzai y, salvo Abdullah, no es previsible que ninguno cambie radicalmente de direcci¨®n.
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