Un en¨¦rgico cruzado del populismo
Orb¨¢n, que luch¨® contra el comunismo en Hungr¨ªa hace 25 a?os, acapara el poder en todos los ¨¢mbitos con un mensaje nacionalista, conservador y cristiano
La calle principal de Felcs¨²t consiste en una hilera de casas con jard¨ªn a ambos lados de una carretera secundaria. Un poco m¨¢s adelante hay un supermercado, luego un bar, una iglesia, un colegio. En el pueblo donde creci¨® Viktor Orb¨¢n, lo que mejor se ve desde la distancia es una enorme cubierta de pizarra con pin¨¢culos cobrizos. Decenas de obreros trabajan para terminar un estadio de f¨²tbol con capacidad para 3.500 espectadores en este silencioso lugar de 1.800 habitantes situado a una hora en autob¨²s de Budapest. Si quisiera, el vencedor de las elecciones de ayer podr¨ªa seguir los partidos desde la ventana. Al fin y al cabo, el campo, que ha costado unos 12,5 millones de euros y que han financiado empresas interesadas en deducirse impuestos y caerle bien al mandatario, se ha levantado a 10 metros de su casa.
Felcs¨²t ya cuenta con algo para ense?ar. ¡°Yo jugaba al f¨²tbol con ¨¦l, ¨ªbamos a la misma escuela¡±, cuenta uno de los empleados de la construcci¨®n. Ha habido d¨ªas en los que han llegado a ser hasta 350, y muchos han tenido que venir de fuera. ¡°Ahora hay m¨¢s trabajo¡±, dice este hombre que no quiere dar su nombre. ¡°Yo no entro en pol¨ªtica, para m¨ª ¨¦l es uno m¨¢s¡±, asegura.
Pese a todo el poder que ha amasado, Orb¨¢n sigue siendo para muchos h¨²ngaros eso, un hombre del pueblo. Desprende energ¨ªa. Trata de caer simp¨¢tico, se rodea de fieles y todos los asuntos pasan por sus manos. Adora el f¨²tbol y su ¨ªdolo es el que fuera delantero del Madrid Ferenc Puskas, uno de los mejores jugadores de la historia.
La gente lo ha visto en televisi¨®n estos d¨ªas previos a las elecciones inaugurando cosas sin parar: una l¨ªnea de metro proyectada hace m¨¢s de 20 a?os, donde aprovech¨® para bromear con el centro de mando desde la cabina del conductor o la estatua de un poeta magiar en una ciudad de Serbia. Hasta all¨ª se desplaz¨® Orb¨¢n, cant¨® el himno y se dej¨® ver entre la importante minor¨ªa h¨²ngara, que ha logrado derecho de voto en Hungr¨ªa en estas elecciones por primera vez gracias a ¨¦l.
Reformas pol¨¦micas
Ley de prensa.? Obliga a hacer una cobertura "equilibrada" a cadenas de televisi¨®n y radio. Ha sido muy rebajada respecto al plan inicial, que tambi¨¦n inclu¨ªa a la prensa escrita.
Enmienda constitucional. Suscit¨® una fuerte reacci¨®n internacional. Recorta los poderes del Tribunal Constitucional, que no podr¨¢ pronunciarse sobre presupuestos ni impuestos.
Nueva ley electoral.? Por primera vez votan 500.000 h¨²ngaros nacionalizados que viven en pa¨ªses vecinos.
Han pasado 25 a?os entre el joven dem¨®crata de pelo largo que luch¨® contra el comunismo a finales de ochenta y el cruzado por una Hungr¨ªa m¨¢s nacionalista, m¨¢s conservadora y m¨¢s cristiana, donde ¨¦l y su partido acaparan poder en todos los ¨¢mbitos. Orb¨¢n adivin¨® enseguida que su camino estaba a la derecha. Que ah¨ª hab¨ªa espacio para crecer. En los primeros noventa, Fidesz era un partido liberal radical. L¨¢szl¨® K¨¦ri, soci¨®logo y profesor del joven Orb¨¢n, recordaba en una entrevista hace un par de a?os c¨®mo el hoy mandatario le revel¨® que Fidesz iba a virar hacia el conservadurismo para dejar de quedar siempre los terceros en las elecciones. Orb¨¢n quer¨ªa poder, y si ten¨ªa que aparcar las que hab¨ªan sido sus convicciones, pues se aparcaban.
En 2010 lleg¨® su momento. Antes hab¨ªa sido primer ministro entre 1998 y 2002, pero la mayor¨ªa que logr¨® hace cuatro a?os era tan aplastante que empez¨® a hablar de la ¡°revoluci¨®n de los dos tercios¡± con la que ¡°resetear¡± Hungr¨ªa, aprobar cientos de leyes, reescribir la Constituci¨®n e incluso el pasado, aunque eso le haya generado muchos conflictos. El ¨²ltimo en enero, cuando indign¨® a la comunidad jud¨ªa del pa¨ªs, que se ha quejado del aumento del antisemitismo, al proponer que se erigiera un monumento en el que se minimiza la responsabilidad h¨²ngara en el Holocausto.
Pese a la encendida ret¨®rica que suele emplear y a que parece c¨®modo en la confrontaci¨®n, conserva un instinto pragm¨¢tico ¡ªc¨ªnico, en opini¨®n de K¨¦ri¡ª. Ese rasgo asoma tambi¨¦n en las disputas que ha mantenido con Bruselas por sus pol¨¦micas reformas. Afloja o estira el conflicto seg¨²n le interese. Por un lado se muestra dispuesto a cambiar lo que no se ajuste a derecho, por otro, compara a la UE con la Uni¨®n Sovi¨¦tica sin pesta?ear y denuncia que la verdadera raz¨®n de la alarma con Hungr¨ªa es que ¨¦l es cristiano y se ha apartado de ¡°la doctrina econ¨®mica liberal de Bruselas¡±. Adem¨¢s del f¨²tbol, parece que le gusta la confusi¨®n, un juego en el que nunca pierde.
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