T¨¢cticas extremas reavivan la lucha contra las deportaciones en Estados Unidos
Las huelgas de hambre y las solicitudes masivas de revisiones de caso son algunas de las medidas que buscan presionar un cambio en el sistema
?Cu¨¢nto m¨¢s podr¨¢ resistir el gobierno estadounidense sin un cambio legal o administrativo en sus leyes de inmigraci¨®n? La pregunta es obligada despu¨¦s de dos millones de deportados y un alza en las estrategias de choque de activistas que buscan impulsar un cambio radical.
¡°Obama est¨¢ deportando a ciudadanos estadounidenses¡±, eso es lo primero que sale de la garganta de Ernestina Hern¨¢ndez. Habla de los diez meses que su esposo Manuel ha pasado en el centro de detenci¨®n Joe Corley, en la comunidad de Conroe, Texas, haciendo una huelga de hambre para exigir el fin fe las deportaciones.
¡°Hace tiempo, cuando fue a M¨¦xico, lo secuestraron y golpearon, esa es la vida a la que tiene que regresar. ?Qu¨¦ hacemos nosotros? Si deportan a su pap¨¢, ?c¨®mo le explico a mi hija que lo dejamos ir? Y si nos vamos con ¨¦l, ?qu¨¦ futuro le espera a mi hija all¨¢?¡±, dice con indignaci¨®n.
Luego de cinco a?os del gobierno de Barack Obama, la vida bajo el sistema actual de inmigraci¨®n ha colmado la paciencia de muchos. La presi¨®n por un cambio se est¨¢ desbordando a las puertas de las agencias de gobierno.
La huelga de hambre en el centro de detenci¨®n Joe Corley, en Texas, le sigue a acciones similares iniciadas en Tacoma, Washington, donde se comenz¨® un masivo ayuno a principios de marzo. Estas son solo una de varias estrategias de choque que est¨¢n dibujando un panorama complicado para el Gobierno. Obama tendr¨¢ ahora una compa?¨ªa indefinida en la fachada de la Casa Blanca. Activistas del grupo Dram Action Coalition recordar¨¢n diariamente a quien pase por ah¨ª c¨®mo les ha impactado el fen¨®meno de las deportaciones. La campa?a demostrar¨¢ de forma visible la necesidad de frenar el ¨¦xodo de personas que no han cometido delitos.
¡°No podemos esperar un d¨ªa m¨¢s. Una revisi¨®n de 90 d¨ªas son 99,000 deportaciones m¨¢s¡±, asegur¨® Erika Andiola, co directora de Dream Action Coalition, refiri¨¦ndose al plazo impl¨ªcito que seg¨²n diversos activistas Obama mencion¨® en una reuni¨®n a finales de marzo, en la que prometi¨® revisar el sistema actual.
Ni siquiera cuando el Presidente ha salido del pa¨ªs, el tema de ha alejado de su agenda. En su reciente visita al Vaticano, la atenci¨®n medi¨¢tica estuvo concentrada en el caso de la ni?a de 10 a?os, Jersey Vargas, que logr¨® acercarse al papa Francisco en una audiencia p¨²blica y pedirle que intercediera ante Obama para frenar las deportaciones y devolverle a su padre, detenido por Inmigraci¨®n.
¡°Creemos que nuestro movimiento de base est¨¢ penetrando Washington. A lo largo del pa¨ªs tenemos gente hablando de las deportaciones, no hacemos esto porque creamos que la reforma migratoria est¨¢ muerta, sino porque pensamos que hay ciertos pasos que deben darse ahora¡±, insisti¨® Tania Unzueta, organizadora de National Day Laborer Organizing Network.
Sin frontera
En la frontera la situaci¨®n es a¨²n m¨¢s tensa. El 1 de abril pasado, la Conferencia de Obispos de Estados Unidos celebr¨® una misa en Nogales, Arizona, en honor a los cerca de 6,000 inmigrantes indocumentados muertos desde 1998, mientras intentaban cruzar el desierto.
¡°Al final del d¨ªa esto se trata de seres humanos, de once millones de seres humanos que permanecen en las sombras. No podemos esperar hasta que los vientos pol¨ªticos cambien. Hay un imperativo moral de actuar lo antes posible¡±, explic¨® Kevin Appleby, director de inmigraci¨®n para la Conferencia de Obispos de Estados Unidos.
Al final de la homil¨ªa, dos personas que hab¨ªan sido deportadas recientemente desde el centro de detenci¨®n de Phoenix, Jaime Valdez y Ardani Rosales, se presentaron en la garita para solicitar una reapertura de sus casos y obtener libertad condicional humanitaria. Ambos hab¨ªan sido deportados tras participar en una huelga de hambre.
Los funcionarios de inmigraci¨®n han tenido que debido adaptar el sistema para este tipo de casos, luego de la ola de personas que han llegado a la frontera con la misma meta. A principios de marzo, un grupo de m¨¢s de 150 personas lleg¨® a Otay Mesa, en California. Entre ellos viajaban ni?os, j¨®venes y padres que hab¨ªan sido deportados o hab¨ªan salido del pa¨ªs para evitar la separaci¨®n familiar.
El grupo se autodenomin¨® Reforma 150 y llegaron a Estados Unidos en el marco de la campa?a ¡°Bring Them Home¡±. Algunos de ellos han podido reunirse con sus familias, mientras otros esperan salir del centro correccional de San Diego. Organizaciones como National Immigrant Youth Alliance (NIYA) est¨¢n detr¨¢s de este esfuerzo, as¨ª como grupos similares, Dream 9 y Dream 30. Esto forma parte de la escalada de acciones, cada vez m¨¢s extremas, que se caracterizan por la ausencia del miedo de este grupo de personas a las que ya no queda nada m¨¢s que perder.
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