Un ¨¦xito de la narrativa democr¨¢tica cubana

En medio de los preparativos y la coordinaci¨®n del II Foro Alternativo a la Cumbre de la CELAC, bajo el t¨ªtulo de Los Derechos Humanos y las Relaciones Internacionales, que un grupo de activistas de la sociedad civil pretend¨ªamos realizar el 28 de enero con el tema La Declaraci¨®n Especial de la CELAC en defensa de la Democracia y su incompatibilidad con el sistema de partido ¨²nico, fui detenido por la polic¨ªa pol¨ªtica.

La detenci¨®n ocurri¨® el domingo 26 de enero en horas del mediod¨ªa en el poblado de Jaimanitas, al noroeste de La Habana. Fui conducido a la Sexta Unidad de la Polic¨ªa en la localidad de Marianao, y puesto bajo custodia policial durante 40 minutos.

Posteriormente fui llevado a la Quinta Unidad de la Polic¨ªa en la localidad de Miramar, donde fui detenido hasta el jueves 30 en la noche, liberado bajo el cargo de Difusi¨®n de Noticias Falsas contra La Paz Internacional y con una medida cautelar que me obliga a acudir a firmar mi presencia todos los martes a la Unidad de la Polic¨ªa mencionada. El argumento para esa acusaci¨®n es todo lo que he escrito y publicado sobre todas las cosas posibles ¨Dno recuerdo si he escrito algo acerca de los errores en f¨ªsica de la ¡°revoluci¨®n¡± ¨D fundamentalmente sobre temas raciales.

Durante la detenci¨®n me fueron ocupados documentos relativos a la Cumbre de la CELAC, algunos art¨ªculos de prensa y una memoria. Mientras estuve detenido se me practicaron prolongados interrogatorios relacionados fundamentalmente con los prop¨®sitos del II Foro Alternativo y pude comprobar que mis cuentas personales de Internet han venido siendo hackeadas desde tiempos inmemoriales.

Se me abri¨® asimismo una investigaci¨®n judicial, que incluy¨® toma de huellas y de ADN, fotograf¨ªa, identificaci¨®n de documentos, toma de declaraciones sobre mis relaciones con ONG extranjeras que siempre asum¨ª, y reafirm¨¦, bajo el concepto de que son relaciones leg¨ªtimas, abiertas y p¨²blicas con organizaciones no gubernamentales a las que tenemos derecho todos los cubanos, y que no consider¨® en ning¨²n caso como delito.

Tres puntos quiero se?alar. Primero, y luego de la consabida amenaza, la polic¨ªa pol¨ªtica trat¨® de chantajearme con la oferta de archivar mis relaciones supuestamente peligrosas y espurias, tras una presumible e inmediata liberaci¨®n el mismo d¨ªa de la detenci¨®n, si yo desmontaba personalmente la organizaci¨®n del II Foro Alternativo. No cabe comentar mi respuesta.

Segundo, asum¨ª declarar sobre mi relaci¨®n abierta con ONG extranjeras a pesar de los riesgos penales y pol¨ªticos que este v¨ªnculo entra?a en Cuba, porque me parece importante, tambi¨¦n en t¨¦rminos pol¨ªticos, no dejar confusi¨®n alguna sobre la naturaleza p¨²blica y no secreta de mis relaciones con entidades de otras partes del mundo, ¨²nico modo de desbaratar el juego y la visi¨®n conspirativos que siempre plantea la polic¨ªa pol¨ªtica, y porque creo necesario proyectar con m¨¢s transparencia este tipo de v¨ªnculos que considero leg¨ªtimos, independientemente de su car¨¢cter controversial. Solo el debate p¨²blico sobre la legitimidad de estas relaciones ser¨¢ eficaz para la legitimaci¨®n estrat¨¦gica de las mismas. Yo asumo los costos. Y en la medida que no existe en Cuba figura penal espec¨ªfica que sancione la ayuda externa, creo fundamental asumir los riesgos p¨²blicos del debate en el escenario actual de Cuba.

Tercero, si bien fui liberado con un cargo ajeno a los motivos de la detenci¨®n y al proceso penal que se me practic¨®, considero que en realidad el gobierno pretende juzgarme penalmente por mis v¨ªnculos con el enemigo. El cargo impuesto es una estrategia operativa que cumple tres funciones: dejar claro que voy a ser juzgado en alg¨²n momento, impedirme salir del pa¨ªs en se?al de castigo y respetar los t¨¦rminos temporales de la ley, en un caso publicitado, que no les permit¨ªa mantenerme detenido un d¨ªa m¨¢s.

Quiero concluir con la siguiente consideraci¨®n. A pesar de que no pudimos realizar el evento, me parece que pol¨ªticamente fue un ¨¦xito. Los costos personales los asumo como propios de la lucha democr¨¢tica en cualquier lugar. Pueden ser considerados absurdos, pero lo kafkiano forma parte de la pol¨ªtica en contextos kafkianos.

Obviamente pudo haberse organizado mejor. Pienso, por ejemplo, que delegar en otros participantes parte de la organizaci¨®n, en funci¨®n de un plan C, podr¨ªa haber garantizado que acudieran al lugar de la cita m¨¢s personas. Yo asum¨ª no hacerlo as¨ª porque las presiones eran inmensas y las filtraciones involuntarias podr¨ªan malograr mi estrategia: impedir que la polic¨ªa pol¨ªtica tuviera conocimiento previo del lugar y le diera tiempo a organizar un acto de repudio u otra estrategia represiva. Al final, las dudas sobre el lugar permitieron, eso creo, que acudieran al menos un grupo peque?o de personas que pudo iniciar cierto intercambio. No fue, claramente, el cu¨®rum necesario. En todo caso asumo como v¨¢lidas todas y cada una de las cr¨ªticas de mis compatriotas en torno a la forma en que intent¨¦ organizar el evento.

Pero el II Foro Alternativo fue un ¨¦xito de la narrativa democr¨¢tica cubana. El mundo no pudo ignorar la existencia y capacidad de la sociedad civil cubana, ni alumbrar la tensi¨®n entre una dictadura que quiere continuar nadando sin obst¨¢culos en el mar de democracias globales y la ret¨®rica hemisf¨¦rica. Ciertamente muchas de las democracias en nuestro hemisferio son d¨¦biles, pese a lo que nos cuentan los medios. La ausencia de liderazgo es notoria en una regi¨®n que se niega a conectar los valores fundamentales y las propuestas de integraci¨®n, tal y como han hecho otros esfuerzos de integraci¨®n regional, incluyendo ?frica.

Por eso la CELAC es y ser¨¢ un fracaso, como nos muestra su ausencia en la crisis venezolana. La lecci¨®n es que la Am¨¦rica de los ciudadanos es la garant¨ªa para la promoci¨®n y defensa de las libertades fundamentales y de los derechos humanos. De ah¨ª nuestro compromiso para celebrar, en alguna fecha futura, el II Foro Alternativo. Para nosotros solo ha sido pospuesto.

El autor es historiador y Portavoz del Arco Progresista en Cuba. S¨ªgalo en Twitter @cubaprogresista