El juez m¨¢s pol¨¦mico de Argentina, en el ojo del hurac¨¢n
La oposici¨®n pide la destituci¨®n de Norberto Oyarbide por detener una operaci¨®n contra el lavado de dinero a petici¨®n de la Casa Rosada
El caso es muy simple. Cristina Fern¨¢ndez, la presidenta de Argentina, cuenta con una persona de su m¨¢xima confianza en el Gobierno: el secretario Legal y T¨¦cnico, Carlos Zannini. ?l llev¨®, por ejemplo, el peso jur¨ªdico de la negociaci¨®n con Repsol para lograr un acuerdo tras la expropiaci¨®n de YPF. La mano derecha de Zannini es el subsecretario t¨¦cnico, Carlos Liuzzi. Se supone que, por aquello del respeto a Constituci¨®n y a la divisi¨®n de poderes, ning¨²n miembro del Ejecutivo deber¨ªa interferir en las diligencias de un juez. Y menos cuando ese juez ordena allanar la sede de una empresa por supuesto lavado de dinero. Pero Liuzzi telefone¨® el 19 de diciembre de 2013 al juez Norberto Oyarbide y el juez detuvo el allanamiento de las oficinas de la empresa financiera Asociaci¨®n Mutual Propyme. Eso es lo que asegur¨® Oyarbide por escrito ante el sumario interno que le abrieron en la C¨¢mara Federal porte?a.
El due?o de Propyme, Guillermo Greppi, denunci¨® que los polic¨ªas enviados por Oyarbide le estaban reclamando dinero a cambio de no allanar sus oficinas. Que le estaban pidiendo lo que en Argentina se conoce como una ¡°coima¡±. Soborno. No era la primera vez que la palabra coima aparec¨ªa asociada a Oyarbide o a los polic¨ªas que trabajan a sus ¨®rdenes.
La noticia trascendi¨® el 11 de marzo. Oyarbide interpuso una denuncia y otro juez federal investiga lo ocurrido. Mientras tanto, el ¨®rgano rector de los jueces, el Consejo de la Magistratura, investiga a Oyarbide. Varios dirigentes de la oposici¨®n aseguran que el Gobierno proteger¨¢ a Oyarbide. Y que seguramente saldr¨¢ impune del caso. Una vez m¨¢s.
La historia de Oyarbide es una sucesi¨®n de v¨ªdeos en Youtube. Uno de ellos transcurre el 12 de diciembre de 2012 en un estadio desmontable de tenis, en el municipio bonaerense de Tigre. Puede que no haya un magistrado en Argentina capaz de disputar el protagonismo al suizo Roger Federer y al argentino Juan Mart¨ªn del Potro durante un partido de exhibici¨®n. Salvo Norberto Oyarbide. Cuando apareci¨® en la tribuna miles de espectadores se olvidaron del juego. Comenzaron a silbarle y a corear: ¡°Oyarbide bot¨®n (forma coloquial de referirse a cualquier polic¨ªa; a menudo se emplea para resaltar la condici¨®n de corrupto y servil con el poder), Oyarbide bot¨®n¡ Sos un hijo de puta, la puta madre que te pari¨®¡±. El juez aguant¨® un rato antes de abandonar el estadio en medio del partido. Para entonces, sobre la piel de este juez de 62 a?os hab¨ªan ca¨ªdo ya m¨¢s de 40 solicitudes de juicios pol¨ªticos que buscaban su destituci¨®n. Y ninguna consigui¨® hacerle mella.
Oyarbide llevaba solo cuatro a?os como juez federal de Buenos Aires cuando en 1998 el regente del prost¨ªbulo para hombres Spartacus, situado en el barrio porte?o de Recoleta, denunci¨® que Oyarbide sol¨ªa visitar con frecuencia el burdel y que ofrec¨ªa protecci¨®n legal al local a cambio de dinero. Oyarbide neg¨® haber visitado el prost¨ªbulo. Hasta que apareci¨® un v¨ªdeo en el que se le ve¨ªa como cliente junto a uno de los empleados. Despu¨¦s aleg¨® que el v¨ªdeo era falso. La c¨¢mara de Diputados aprob¨® un juicio pol¨ªtico contra ¨¦l por mal desempe?o de sus funciones. Despu¨¦s, el Senado deb¨ªa votar la condena o absoluci¨®n de Oyarbide. Y el juez lo ten¨ªa casi todo en contra. Pero el grupo del peronista Partido Justicialista aprovech¨® que la noche del 11 de septiembre de 2001, jornada en que cayeron las Torres Gemelas, varios senadores no acudieron a la C¨¢mara. El Partido Justicialista reuni¨® ese d¨ªa los votos necesarios y logr¨® la absoluci¨®n de Oyarbide en una sesi¨®n que solo dur¨® diez minutos. Ahora, la opositora Uni¨®n C¨ªvica Radical pretende reabrir aquel juicio pol¨ªtico.
Una de sus sentencias m¨¢s famosas se produjo en 2009, cuando dict¨® el sobreseimiento por supuesto enriquecimiento il¨ªcito del expresidente N¨¦stor Kirchner (2003-2007) y su esposa, Cristina Fern¨¢ndez. El juez encontr¨® justificado el aumento patrimonial del matrimonio que en 2008 se hab¨ªa incrementado un 158% sobre el a?o anterior.
Quienes lo han tratado aseguran que no tiene un pelo de tonto, que conoce bien los elementos procesales t¨¦cnicos como para no cometer ninguna barrabasada. Pero que su car¨¢cter exc¨¦ntrico y su af¨¢n de protagonismo juegan en su contra.
Muy pulcro y atildado en el vestir, de pa?uelo en el traje y pajarita, Oyarbide tiene fama de vivir muy por encima de lo que podr¨ªa permitirse con un sueldo de 49.101 pesos (4.400 euros). En 2013 declar¨® un patrimonio 1.225.283 pesos (110.700 euros), dato que los medios cr¨ªticos con el Gobierno saludan con mucho escepticismo. No posee ninguna tarjeta de cr¨¦dito en un pa¨ªs donde millones de personas suelen manejar hasta tres tarjetas de distintas entidades. Le gusta veranear en un lujoso hotel de Punta Cana, en Rep¨²blica Dominicana. Y suele frecuentar los restaurantes de Puerto Madero, el barrio m¨¢s caro de Buenos Aires.
En 2012 acudi¨® a trabajar a los juzgados con un anillo que seg¨²n confesaba ¨¦l mismo, le cost¨® 250.000 d¨®lares (180.000 euros). ¡°Entregu¨¦ en pago todo lo que me regalaron en los ¨²ltimos cinco a?os¡±, coment¨® de forma informal en los juzgados. Una diputada lo denunci¨® por supuesto enriquecimiento il¨ªcito. Y entonces, Oyarbide revel¨® que en realidad lo hab¨ªa alquilado por 7.500 d¨®lares (5.421 euros) en una joyer¨ªa de Uruguay. Gan¨® el juicio.
Se sabe mucho sobre la vida privada de Oyarbide: el nombre y profesi¨®n de sus amantes, las canciones que le gustan, el lugar de Recoleta donde vive¡ Los periodistas porte?os relatan cientos de an¨¦cdotas para explicar su af¨¢n de protagonismo, como el d¨ªa en que en una boda reuni¨® a decenas de invitadas y se puso a dirigir una sesi¨®n de danza¡ Pero lo que nadie conoce es cu¨¢nto sabe Oyarbide sobre algunos altos cargos de la Casa Rosada. Para muchos opositores, el juez sabe demasiado y por eso ¡°lo protegen¡±. Para ¨¦l, las personas que lo denuncian est¨¢n jugando ¡°con la presunci¨®n que han instalado medi¨¢ticamente sobre la corruptela de este juez¡±. Lo cierto es que lleva 20 a?os como juez federal y hasta ahora ha resistido todos los embates. Excepto el de la cancha de tenis.
Por cierto: Carlos Liuzzi, el subsecretario T¨¦cnico de la Casa Rosada, contin¨²a en el cargo. Y neg¨® haber presentado su renuncia.
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