Kiev reintroduce la mili obligatoria para frenar la deriva en el Este

La ocupaci¨®n de edificios gubernamentales por activistas prorrusos en el este de Ucrania empieza a ser una actividad con m¨¢s poder de convocatoria que las celebraciones del 1 de Mayo, demediadas por el largo puente festivo y, como de costumbre, animadas por numerosas banderas sovi¨¦ticas, algunas de ellas izadas en m¨¢stiles en el centro de la ciudad. Este jueves, durante la toma de la Fiscal¨ªa de Donetsk se dieron cita en torno al edificio tantos curiosos como asaltantes, unos centenares que lograron vencer en poco menos de una hora la resistencia policial y hacerse con el control del inmueble, uno m¨¢s en la lista de sedes oficiales conquistadas desde el 6 de abril. Los milicianos tambi¨¦n requisaron los pertrechos a los agentes, incapaces de repeler el ataque con gases lacrim¨®genos y bombas de sonido.

Hasta 16 ciudades y pueblos del Oriente ucranio se hallaban este jueves parcial o totalmente en manos prorrusas, en un pulso a las autoridades interinas de Ucrania que se intensifica a medida que se acerca el 11 de mayo, fecha del refer¨¦ndum federalista; mientras, desde Kiev, un nuevo elemento atizaba el enfrentamiento con Mosc¨², la detenci¨®n del agregado militar de la Embajada rusa en Ucrania, acusado de espionaje y declarado persona no grata. La asunci¨®n por parte del Gobierno de la p¨¦rdida de las dos provincias del Este, Lugansk y Donetsk, ante el avance rebelde llev¨® tambi¨¦n este jueves al presidente interino del pa¨ªs, Alexandr Turch¨ªnov, a restablecer ¡°con car¨¢cter inmediato¡± el servicio militar obligatorio, una medida que amenaza con sustanciarse en una leva masiva de j¨®venes para reforzar la escasa presencia militar en el Este. Tras la creaci¨®n de la Guardia Nacional, un cuerpo militarizado con hasta 60.000 efectivos, la conscripci¨®n es un paso m¨¢s all¨¢ en los ¨ªmprobos esfuerzos del Gobierno de Kiev por recuperar el control del pa¨ªs o, cuando menos, impedir que se propague la rebeli¨®n. El FMI anunci¨® el jueves que revisar¨¢ un paquete de ayuda de 17.000 millones de d¨®lares si Kiev pierde definitivamente el Este.

Por las carreteras que rodean Donetsk no hay ni rastro del Ej¨¦rcito regular, solo espor¨¢dicas patrullas de polic¨ªa de tr¨¢fico cuya ¨²nica misi¨®n, subrayan, es velar por la seguridad del mismo desde el arc¨¦n o alguno de los improvisados controles que cambian de mano pr¨¢cticamente a diario. Junto a Slaviansk, Kramatorsk y el resto de top¨®nimos que concitan titulares desde hace d¨ªas, hay otros muchos lugares que han metabolizado la insurrecci¨®n como un avatar inevitable y tranquilo. Los pueblos que rodean Donetsk, jalonados por kil¨®metros de minas de carb¨®n casi a cielo abierto e hileras de f¨¢bricas decr¨¦pitas, son un buen ejemplo. Las alcald¨ªas de Mariibka y Jartzysk han sido tomadas pac¨ªficamente, previa negociaci¨®n con las autoridades locales, por decenas de milicianos improvisados, mineros de los yacimientos del oligarca Rinat Ajm¨¦tov, el hombre m¨¢s rico de Ucrania. Un territorio de holl¨ªn y desempleo, contaminaci¨®n y desesperanza que ha abrazado la revuelta por sus propios motivos ¨Cm¨¢s tangibles y concretos que la ret¨®rica nacionalista que inflama las capitales de Donetsk o Lugansk.

¡°La gente est¨¢ cansada y exhausta. De todas las f¨¢bricas de la comarca solo quedan activas en torno al 25%. La mayor parte de la producci¨®n [metal¨²rgica] iba a Rusia, pero ahora le resulta m¨¢s f¨¢cil y barato comprar directamente a China y la regi¨®n sufre desde hace a?os un ¨¦xodo b¨ªblico, con miles de habitantes sin trabajo ni subsidios. Los pocos obreros que quedan son temporales, sujetos a periodos de inactividad prolongada¡±, explica el activista Nikolai Soemin, ingeniero en paro, a la puerta de la alcald¨ªa de Jartzysk (60.000 habitantes). El sustrato socioecon¨®mico de la rebeli¨®n contra Kiev adquiere un repentino relieve solo con echar una ojeada al guardarropa del Ayuntamiento: un perchero reventado de cascos de minero.

En los accesos a la localidad, a unos 30 kil¨®metros de Donetsk, media docena de trabajadores reci¨¦n salidos de la galer¨ªa desmontaban ayer ante la inacci¨®n de la polic¨ªa (¡°estamos aqu¨ª solo para regular el tr¨¢fico¡±, repet¨ªan) el parapeto de sacos terreros de un control de carretera, y los sub¨ªan a un cami¨®n para trasladarlos a los confines de la provincia, a modo de barricadas, ¡°para impedir el paso de los activistas de Pravy Sektor [Sector de Derechas, ultranacionalista], que vienen a Donetsk para provocar incidentes¡±, contaba Roman Tritsov con la cara a¨²n negra de holl¨ªn.

A diferencia de otros edificios tomados en las grandes ciudades, como la sede de la radiotelevisi¨®n provincial de Donetsk, en manos de milicianos de Oplot -uno de los grupos m¨¢s organizados y radicales de cuantos dirigen la revuelta-, los ocupantes de las alcald¨ªas de Mariibka o Jartzysk, como el ingeniero Soemin, improvisan la rebeli¨®n a diario. El tambi¨¦n minero Dmitri Klimenko, ¡®delegado¡¯ de la autoproclamada Rep¨²blica de Donetsk en la segunda, explica que la barricada de neum¨¢ticos, alambradas y banderas ante la alcald¨ªa es ¡°meramente simb¨®lica¡± y que la actividad del consistorio ¡°prosigue con normalidad¡±, como tambi¨¦n sucede en la de Donetsk.

¡°No somos separatistas, solo queremos expresar la opini¨®n de la ciudad a la Junta de Kiev¡±, la denominaci¨®n que para los prorrusos merece el Gobierno interino de Arseni Yatseniuk, cuenta Klimenko. Como constat¨® el mi¨¦rcoles el presidente Turch¨ªnov al admitir la pr¨¢ctica derrota del Estado en el Este, las relaciones entre polic¨ªas y ocupantes son amistosas. ¡°Todos los ocupantes somos vecinos de Jartzysk y, si alguien intentara atacarnos, los agentes nos proteger¨ªan. De hecho, como hemos introducido la ley seca a partir de las nueve de la noche, la polic¨ªa est¨¢ muy satisfecha porque ha descendido el n¨²mero de incidentes¡±, concluye el cabecilla rebelde.