Guerra al ¡®roaming¡¯

Para millones de europeos que acud¨ªan a las playas de la costa adri¨¢tica de Croacia en los ¨²ltimos veranos, el ubicuo tel¨¦fono m¨®vil hab¨ªa empezado a ser un objeto que provocaba desconfianza, en vez de comodidad y comunicaci¨®n.

Las llamadas a familiares y amigos causaban indignaci¨®n cuando llegaba la factura al terminar las vacaciones. En el caso de los smartphones y los adictos a las apps, el consumo de datos supon¨ªa un castigo a?adido, y las facturas ascend¨ªan enseguida a cientos de euros.

Pero eso cambi¨® el pasado mes de julio. Las facturas pasaron a ser mucho m¨¢s modestas. No por la competencia entre empresas de telefon¨ªa, proveedores de Internet ni otras compa?¨ªas. Sino porque el 1 de julio Croacia se convirti¨® en el 28? miembro de la UE, y los costes de la itinerancia disminuyeron dr¨¢sticamente gracias a las nuevas normas impulsadas por la Comisi¨®n Europea en los ¨²ltimos cuatro a?os.

Neelie Kroes, la liberal holandesa que ocupa el cargo de comisaria responsable de la agenda digital, lleva a?os librando una campa?a para reducir el precio de la itinerancia.

"Para cada europeo y cada empresa que pretende viajar, comerciar o negociar en la UE, el ¨²ltimo recordatorio que queda de nuestras antiguas fronteras f¨ªsicas suele ser el tel¨¦fono m¨®vil que lleva en el bolsillo", dijo el mes pasado. "Los costes de la itinerancia son un ejemplo muy visible. Un espacio europeo de comunicaciones verdaderamente integrado beneficiar¨ªa a todos los consumidores y todos los ciudadanos europeos. Les dar¨ªa derecho a utilizar los servicios de telecomunicaciones con igualdad de condiciones en toda Europa, para que puedan disponer de una elecci¨®n plena y competitiva entre las mejores ofertas, est¨¦n donde est¨¦n. Sin toparse con obst¨¢culos a cada instante. Sin preocuparse por que la factura de su itinerancia vaya a salir m¨¢s cara que el billete de avi¨®n. Por eso nuestras propuestas para un continente conectado incluyen el empe?o de derribar esas barreras e introducir el fin de la itinerancia".

A Bruselas, como a los brit¨¢nicos, les gusta presumir del mercado ¨²nico europeo: el mayor y m¨¢s pr¨®spero, el m¨¢ximo logro de la UE, alardean.

Sin embargo, a?aden, imag¨ªnese que es brit¨¢nico, vive en Bruselas y posee una tarjeta de cr¨¦dito alemana, y que quiere comprar algo, por ejemplo en iTunes. En B¨¦lgica no puede utilizar el vale que le regal¨® su hermana en Manchester por Navidad y, al usar la tarjeta de cr¨¦dito, iTunes le reenv¨ªa autom¨¢ticamente a la versi¨®n alemana de la tienda, que no es la que usted quiere.

"Estamos en la era de la comunicaci¨®n, pero no podemos aprovechar las ventajas del mercado ¨²nico", dice Kroes.

Las distorsiones del mercado ¨²nico en el sector de las telecomunicaciones eran especialmente escandalosas hasta hace unos a?os, cuando Kroes emprendi¨® una lucha que le permiti¨® reducir de manera gradual pero notable los costes del uso del m¨®vil y el acceso a los datos en cualquier lugar de la UE.

En los ¨²ltimos a?os se han limitado y bajado progresivamente los precios de la telefon¨ªa m¨®vil. La itinerancia de datos se abarat¨® m¨¢s de un tercio el a?o pasado. Como consecuencia, el consumo aument¨® a m¨¢s del doble, seg¨²n la Comisi¨®n.

El objetivo es eliminar todos los costes de la itinerancia para finales del a?o que viene, aunque Kroes, en un principio, quer¨ªa que el nuevo r¨¦gimen se implantara ya, a tiempo para las elecciones europeas de este mes. El c¨¢lculo pol¨ªtico era evidente: las ventajas para los consumidores ser¨ªan populares y proporcionar¨ªan dividendos electorales.

No est¨¢ tan claro que vaya a ser as¨ª. Pero, sin duda, los l¨ªmites y el desmantelamiento gradual de los costes de la itinerancia son populares.

Si va a Croacia este verano y navega y se descarga datos desde su smartphone, le costar¨¢ 15 veces menos que hace dos a?os.

Traducci¨®n: Mar¨ªa Luisa Rodr¨ªguez Tapia.